Albisu muestra sus galones

Laso y Albisu dieron ayer en el Labrit de Pamplona un paso de gigante en sus aspiraciones de clasificarse para la liguilla de semifinales del Campeonato de Parejas al derrotar a Irribarria y Rezusta, que siguen sin convencer a pesar de su potencial. Los pelotaris de Baiko suman el tercer punto y superan en la clasificación a los de Aspe por la diferencia entre tantos a favor y en contra. «Necesitábamos un partido así. Empezamos perdiendo alguna pelota, pero lo más importante era ganar. Hemos cuajado un partido muy completo, me he encontrado a gusto desde el principio. Con tres puntos nos metemos en la pelea, ahora toca refrendarlo el viernes en Getaria». Así se expresaba Jon Ander Albisu una vez concluido el duelo de la bombonera.

Satisfecho, feliz, aunque sin exteriorizarlo demasiado. No hacía falta. Sabía que había jugado bien, muy bien, que había gozado de la pelota, que había mantenido a raya a dos pegadores como Irribarria y Rezusta y que había disipado esas dudas que le impedían soltar el brazo hasta ahora. Liberado, el zaguero ataundarra fue dueño y señor del partido. De principio a fin. Y eso que el primer derechazo se le fue directo a la contracancha. Enmendó su error al tanto siguiente con una cortada ante la que nada pudieron hacer Irribarria y Rezusta. Estaba 'on fire', como dicen ahora los pelotazales más jóvenes. Estaba en su salsa y cuando un pelotari tiene esas sensaciones es complicado hacerle frente. Que se lo digan a los campeones de 2017.

Ni Irribarria ni Rezusta rindieron a su nivel. El zaguero bergararra estuvo incómodo. Laso le buscó las cosquillas sacando al centro de la cancha. Y esa inseguridad se trasladó al marcador (1-5 y 3-11). El zurdo de Arama perdía más pelota de la debida y Laso seguía incordiando a su manera.

Irribarria protagonizó un atisbo de reacción (9-13), pero acto seguido cometió falta de saque. Albisu no desperdició la ocasión para poner tierra de por medio con un derechazo arrimado a pared (9-15). A pesar de sus buenas intenciones, el poder de Irribarria y Rezusta comenzó a hacerse sentir. La renta fue disminuyendo (12-15 y 14-16) y acabó por convertirse en un 20-18 a su favor que no hacía justicia a lo que se había visto en la cancha.

En ese preciso momento emergió de nuevo Albisu, quien acababa de dejar sin restar un saque que no tenía ningún misterio. Laso paró la pelota en el txoko y el zaguero ataundarra se vino arriba. Dejó boquiabiertos al millar de pelotazales que abarrotaron las gradas de la bombonera pamplonesa con un gancho que lo hubiese firmado el mismo Irujo. No un pelotazo al rebote, un gancho, un gancho. Además, impecable de ejecución (20-20). Fue la jugada del partido, la que allanó el camino hacia la victoria.