«Cuando acabó la final quería llorar, es el peor palo que he recibido»

- ¿Cómo ha descansado?

- Me hicieron un ongietorri bonito en el pueblo y cené con los amigos y mis seguidores. Me costó conciliar el sueño cuando me acosté.

- ¿Sigue dándole vueltas al partido en la cabeza?

- Joseba hizo un gran partido y ganó la txapela con absoluto merecimiento. Lo reconozco. Pero creo que juego mejor a pelota de lo que demostré el domingo.

- ¿Tiene ganas de revisar el vídeo o no quiere ni mirarlo?

- Ya lo miraré... dentro de un tiempo. Hoy no he leído la prensa, ni he visto la tele, ni he escuchado la radio... Necesito un tiempo.

- Supongo que habrá recibido muestras de apoyo y cariño.

- He recibido más mensajes que nunca, algunos de ellos muy bonitos. Y lo agradezco. En Amezketa noté que la gente quería mostrarme su apoyo después de verme hundido. Estaba muy tocado cuando llegué a la cena. Varios compañeros estuvieron a mi lado y sentí que me arropaban. Vi cerca a gente de la pelota. No hay cosa más bonita.

- ¿Agradece una cena con sus seguidores después de una derrota tan dura?

- Cuando terminó la final, quería llorar y no tenía ganas de ir a cenar. El recibimiento en Amezketa me emocionó, lloré y solté el nudo que llevaba dentro. Pasé un mal trago, pero le di la vuelta.

- Se le veía abatido en el podio.

- No quería ni subir. Es el mayor palo que me he llevado por la ilusión que había depositado en la final, porque había preparado bien este campeonato. En todas mis anteriores finales había conseguido dar un nivel acorde a mi estado de forma en ese momento. Esta vez, en cambio, no ha sido así.

- ¿Esperaba un Ezkurdia tan poderoso?

- Sí, eso lo tenía claro. Era consciente de que si yo bajaba un poco mi nivel, me iba a ganar. En la segunda parte, Joseba estuvo claramente mejor que yo.

- ¿Duele más el 22-17 del año anterior o el 22-16 del domingo?

- El 22-16 del domingo, sin duda. Estaba más sereno en la derrota del año pasado. Llegué con más trabas a la final. Esta vez, mis expectativas eran más altas. Aimar Olaizola ya me ha comentado más de una vez que en ediciones en las que se sentía mejor preparado que nunca ni siquiera alcanzó la final. Suele pasar.

- La derecha no le funcionó como en partidos precedentes.

- Comparto esa opinión. Vaya por delante que no quiero restar ningún mérito a Joseba. He hecho daño con la derecha a lo largo de todo el campeonato. Si no lo hago, no cojo pelota con la zurda. Es una cadena.

- ¿Le marcaron esos dos pelotazos que se le cayeron baja chapa al inicio?

- No sé. Desde luego, esos errores no me transmitieron buenas sensaciones.

- ¿Le costó gozar con esa mano?

- No le hice nada con esa mano a la pelota. Ni a bote ni de volea. Ni cruzaba ni le daba velocidad. Y creo que es lo que mejor hago dentro del Cuatro y Medio.

- ¿Tanto pesó el duro 15-12?

- No. Me recuperé luego en el marcador y me acerqué a un tanto. La clave fue que desaproveché mis oportunidades. Hubo tantos claves.

- ¿Nota que los rivales le tienen más ganas por ser el referente principal de Aspe?

- Noto que algunos contrarios saltan a la cancha tranquilos cuando se enfrentan a mí. Ezkurdia, por ejemplo, lo hace más suelto que contra otros.

- ¿Saca alguna conclusión positiva de esta derrota?

- He pasado por más derrotas. Sé que todo lo que pasa es porque tiene que pasar. Ahora mismo lo veo todo negro, pero empezaré a ver cosas que ahora no aprecio.