«Nunca imaginé que llegaría a vivir del trial»

Él es Jaime Busto. El joven recibe a EL CORREO en la casa donde ha crecido un día antes de regresar a Barcelona, lugar en el que tiene fijada su residencia desde que hace diez años emigró de Bizkaia para cumplir un sueño. «Nunca imaginé que llegaría a vivir del trial y dedicarme al cien por cien», reconoce el joven, que el pasado fin de semana se proclamó subcampeón del mundo en las dos categorías del Mundial. Al vizcaíno la afición por las dos ruedas le viene de familia. Su abuelo y sobre todo su padre compitieron a nivel amateur, a años luz de lo que está consiguiendo el tercero de la saga.

Busto empezó a correr «bastante pequeñito» por las laderas de Gorliz y Armintza y a los catorce años ya participaba en competiciones internacionales. Tenía potencial y le surgió una oportunidad para dedicarse al trial: «No me lo pensé dos veces». Su destino, Cataluña, cuna del motociclismo nacional. «En Bizkaia no hay referencias. Allí es todo mucho más fácil. Están los equipos, los preparadores, las marcas, las fábricas...», explica sobre sus inicios mientras lamenta que en el territorio histórico su deporte apenas tenga visibilidad. «No se lleva mucho, pero se podría hacer perfectamente una prueba con tanta montaña». Nunca se ha corrido al aire libre, pero sí en indoor, denominado oficialmente como X-Trial. Fue en el BEC en 2019 y 2020, aunque en la última ocasión una lesión le apartó de volver a disfrutar de su público. «Hubo mucha gente, se animó mucho a los pilotos. Ojalá se dé otra vez. Sería increíble que me volviesen a ver familia y amigos», lanza. ¿Qué mejor excusa para que se apueste de nuevo por el trial que el subcampeón del mundo sea de la tierra?

«Me gustaría que se diese a conocer más el trial porque es muy complicado. No tiene tanta repercusión como puede ser MotoGP, pero es algo bonito», reflexiona Busto, que este año ha dado el salto de calidad desde su irrupción en el circuito en 2018 en las filas del GasGas, su actual equipo, al que llegó tras cuatro años en Vértigo. Antes, en 2015, firmó por Honda, donde aprendió a la sombra de Toni Bou. «Lleva muchos años ganando. La gente lo ve desde fuera y piensa: 'uf, qué pesado'. Pero para mí es un reto de motivación el poder ganarle antes de que se retire». Bou es la leyenda del trial. Suma 34 títulos (17 en cada disciplina) de forma consecutiva. Nadie le tose y a sus 37 años demuestra tener cuerda para rato. Entrevistado por EL CORREO en 2019 antes de competir en el BEC, Bou ya hablaba de Busto, que tenía 21 años, como un rival «que se lo ponía difícil». Con el tiempo han logrado una relación cercana: «Nos llevamos muy bien. Le agradezco mucho el haber podido entrenar con él, su cercanía... Como persona es increíble», expone el vizcaíno, que desea «seguir luchando contra él y ganarle carreras».

Si Bou ha sido el dominador histórico, Adam Raga ha sido el eterno segundo. Siempre a la sombra del campeón, tendría un palmarés de vértigo de no haber coincidido en espacio-tiempo. Así definió Raga al joven Busto en este periódico: «Está a un nivel impresionante, plantando cara en cada carrera. Tiene un potencial increíble». Cuatro años después, el gorliztarra les ha dado la razón a los dos. Se acaba de proclamar subcampeón del mundo tanto en X-trial como en categoría al aire libre. «Para nada me lo imaginaba, todo esto es un sueño».

Busto, que en septiembre se coronó en el Trial de las Naciones junto a Bou y el joven gallego Gabriel Marcelli (23 años), tiene contrato hasta 2026 con GasGas, con el que en muy poco tiempo volverá a los entrenamientos porque el Mundial 2024 arranca el 12 de enero en Inglaterra. «El año que viene será una lucha muy bonita por el campeonato», vaticina.