Mercedes está de vuelta
La mezcla de curvas de distinta velocidad de Montmeló dictará sentencia para saber si la escudería alemana ha dado por fin con la tecla de la competitividad
Juan Carlos Otaduy
Lunes, 10 de junio 2024, 17:49
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Juan Carlos Otaduy
Lunes, 10 de junio 2024, 17:49
Hay que reconocerle al Circuito Gilles Villeneuve que año tras año insista en su empeño por aportar una carrera entretenida al Mundial de Fórmula 1. La isla artificial sobre la que se asienta el circuito se construyó con los escombros resultantes de la excavación de ... las galerías que forman el metro de Montreal y en 1976 acogió las pruebas de remo de las olimpiadas celebradas en la capital de Quebec. Fue en el magnífico canal existente en la parte trasera del paddock, allí donde hasta hace bien poco se celebraba una extravagante 'regata' entre el personal de las escuderías que la tarde del viernes hacía acopio de todo el material sobrante del garaje que pudiera flotar, para amarrarlo con bridas y cinta americana y lanzarse al agua tratando de llegar los primeros al otro lado del canal; a lo ancho, por supuesto, porque a lo largo la distancia resulta olímpica.
La barbacoa que ponía colofón a la chufla solía terminar muy tarde y muy bien regada, con los dolores de cabeza que conllevaba al día siguiente en que se disputaba la calificación del gran premio. Esta tradición tan arraigada entre la familia de la F-1 fue cancelada hace un par de años de común acuerdo entre los jefes de equipo, aunque con el consiguiente disgusto de sus subordinados que quedaron huérfanos de una juerga muy celebrada.
Pero Notredamme sigue aportando colorido al calendario y el sábado ofreció la calificación más apretada que se recuerda con Russell y Verstappen en el mismo tiempo, por increíble que parezca. Una curiosidad como esta sólo se había dado en el Gran Premio de Europa disputado en Jerez en 1997 con Schumacher, Frentzen y Jacques Villeneuve parando el crono en idéntica milésima. Puede que la precisión relojera de aquella época tuviera que ver en la casualidad porque nunca quedó claro que el cronometraje fuese todo lo riguroso que debía. Sin embargo es evidente que el sábado en Montreal el de Mercedes clavó el tiempo del de Red Bull y en dos centésimas se situaron los pilotos de McLaren, Alonso y un Ricciardo que no pudo contestar de mejor manera a las polémicas declaraciones del citado Villeneuve, que horas antes le había sugerido la retirada.
Lo cierto es que George Russell ha confirmado el cambio de rumbo de una Mercedes que durante todo el fin de semana se mostró sólida y competitiva, repitiendo regularmente sus tiempos entre los mejores. Hace un par de semanas la escudería de la estrella puso en pista un nuevo alerón delantero en el coche del elegante piloto inglés, un ala que en Mónaco dejó entrever su valía y en Montreal la ha confirmado. Resulta evidente que la principal función de este apéndice consiste en ensanchar el margen de reglaje del coche y en consecuencia facilitar que por fin pueda mostrar sus cualidades.
En las curvas de la isla de Notredamme el W15 ha volado, pero será dentro de dos semanas cuando la mezcla de curvas de distinta velocidad de Montmeló dicte sentencia para saber si Mercedes ha dado por fin con la tecla de la competitividad y se sube al carro de animadores del verano en el Gran Circo. De momento hay que felicitarse porque al contrario de lo que parecía no estaban descartados, sólo estaban de parranda, como antaño sus mecánicos en la 'regata' del canal de Montreal.
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