Las pistas del Gran Circo

Hace tiempo los ingleses acuñaron la expresión 'quick right out of the box' para referirse a los coches de Fórmula 1 que son rápidos desde su estreno. Suelen ser coches que no presentan problemas relevantes durante las pruebas de pretemporada y acostumbran a llevarse el gato al agua durante el campeonato. Pues bien, parece que el AMR23 de Aston Martin es uno de esos bólidos que nacen de pie. Teniendo en cuenta además que Fernando Alonso ha adoptado el papel de pediatra con la criatura cabe esperar que esta crezca saludable.

Ojalá el símil se confirme durante la gira arábiga del Gran Circo y veamos al de Oviedo con un buen coche, después de tantos años de sinsabores. Por lo pronto los Aston Martin han estado cómodamente instalados en la zona noble de la tabla de tiempos de pretemporada. Pura estadística que no da puntos, pero sí anticipa una campaña entretenida. Tanto como han entretenido los Red Bull y Ferrari estos días. Los de Maranello ya tuvieron un gran coche el año pasado, un bólido que se diluyó en la batalla por el título víctima de una pésima gestión de estrategia en carrera y del desastre que supusieron varias paradas en boxes en momentos cruciales del calendario. Los mecánicos del Cavallino han purgado sus pecados en invierno, como el estudiante perezoso que antaño se veía obligado a escribir decenas de veces la misma frase en la pizarra; en su caso cambiando ruedas hasta hartarse.

El fiasco de 2022 supuso el cese de Mattia Binotto y el tanteo de Andreas Seidl –uno de los hombres fuertes de McLaren–, que desestimó la oportunidad de dirigir a los italianos. En la contratación de un nuevo jefe de equipo ha pesado la opinión de Stefano Domenicalli, actual jefe de pista del Gran Circo. Domenicalli vivió desde un cargo intermedio los tiempos victoriosos de Ferrari, aquellos en los que una dirección sin italianos permitió a Schumacher ganar cinco títulos consecutivos. La gestión colegiada por aquellos talentos ajenos a la idiosincrasia ferrarista ya no existía cuando tiempo después el Sr. Domenicalli asumió las riendas del Cavallino, y vaya si lo echó en falta. Tanto como para haber recomendado ahora la contratación de Frederic Vasseur para asumir el rol, un veterano ajeno a la Scuderia al que no temblará el pulso a la hora de tomar decisiones por mayor calado que estas tengan.

Sainz y Leclerc se han mostrado igual de veloces durante la fugaz pretemporada y los de Maranello dicen estar preparados, como cabría decir de sus rivales directos. Red Bull apenas ha enseñado sus cartas y con tan poco se ha situado a una distancia estratosférica del resto, mientras Mercedes ha sufrido problemas mecánicos de juventud y parece estar desarrollando un coche con pontones tradicionales en su túnel del viento de Brackley, ese que durante los fines de semana alquila a Aston Martin. Por cierto, hablando de aerodinámica y de Aston Martin… durante los tests se ha comprobado que el lateral del suelo del coche es idéntico al que presentaban los primeros esbozos del AMR23, en agosto pasado. Un mal síntoma que invita a pensar en que el grupo encargado de desarrollar el suelo carece del número suficiente de técnicos como para evolucionar a la par que el resto del coche, y ese hándicap podría provocar que un buen chasis como este no llegue a mostrar todo su potencial.

Apenas faltan unas horas para que se abra el pit lane en Bahréin y unos y otros descubran sus cartas. Si las expectativas generadas en torno al bólido de Fernando Alonso se confirman el de Oviedo deberá hacer acopio de puntos durante las primeras citas del campeonato, antes de que los competidores tomen la delantera en el desarrollo; esa otra carrera que se disputa en las fábricas y resulta determinante.

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