¿Puede dar la sorpresa Alonso con Aston Martin?

La cuestión se las trae y antes de nada resulta obligado aclarar que únicamente puede ser aspirante al pódium en una carrera caótica que deje sin opciones a los gallos; léase Red Bull, Ferrari y Mercedes. Dicho esto, también es obligado reconocer que Aston Martin es una escudería en crecimiento y el bicampeón lee las carreras como pocos pilotos, lo que le situaría como un habitual de los puntos bien colocado para aprovechar las desgracias ajenas.

La escuadra de Silverstone presume de estar edificando unas instalaciones que le situarán en la élite del Gran Circo, una fábrica que estrenará el próximo año y ubicará un túnel del viento propio, arma imprescindible para aspirar a las más altas metas. Desde la distancia este grupo aparenta estar bien avenido a pesar de que la fuga de cerebros entre las capas medias del departamento técnico es una constante y un quebradero de cabeza para Martin Whitmarsh, un gestor brillante fichado a golpe de talonario con el único objetivo de trazar un rumbo ganador. De su mano han llegado muchos ingenieros de relumbrón que siguen aumentando la nómina mensual del equipo y han presentado un coche que agrupa multitud de soluciones de eficacia probada. Salvando las distancias, vendría a ser un Golf de la Fórmula 1, un coche que no marcará tendencia en nada concreto pero presumiblemente lo hará todo bien.

Hace ahora un año los de Silverstone diseñaron un monoplaza antagónico a la mayoría de rivales que disfrutó de una vida efímera y pasado el primer tercio de la temporada fue sustituido por una réplica del Red Bull. Sin embargo -una vez retomado el rumbo- los coches verdes se dejaron ver en carrera y sentaron las bases de una regularidad que puede resultar determinante para afianzar el salto de calidad que se pretende, y es precisamente aquí donde la figura de Fernando Alonso cobra trascendencia.

Del ovetense se espera que sea capaz de transmitir las sensaciones que contribuyan a evolucionar rápidamente el coche. Durante los test y el Gran Premio de Bahréin obtendremos una primera impresión de qué puede esperarse, nada determinante pero sí significativo teniendo en cuenta la experiencia del piloto. Cabe prever también que a lo largo de la temporada Fernando mantenga a raya a Lance Stroll y no entre en el cuerpo a cuerpo que sin duda le planteará el canadiense, porque si de algo presume Alonso es de veteranía y de estar de vuelta de casi todo. Se le ha fichado para que ejerza el liderazgo en pista y él ha aceptado el reto, con la esperanza de recobrar la notoriedad mientras vuelve a disfrutar de las carreras. De su capacidad de trabajo no hay duda, de que es un animal competitivo tampoco.

Por si en algún momento fuese necesario templar gaitas, también se ha incorporado a un trotamundos del Gran Circo como Pedro de la Rosa. Nada más ocupar su puesto, al de Cardedeu le tocó comunicar su amargo destino al anterior responsable de prensa del equipo (y amigo personal), al que Alonso tenía cogida la matrícula desde sus tiempos en McLaren. Nada que pueda sorprendernos a estas alturas, dicho sea de paso. Genio y figura, y mucho carácter, ese es Fernando Alonso, un fuera de serie al volante.