Los seguidores el Gran Circo están de enhorabuena porque España seguirá acogiendo al menos una carrera de Fórmula 1 hasta el año 2035. Era un secreto a voces que las instituciones madrileñas trabajaban desde hacía tiempo en la propuesta de un nuevo evento que se ... sumara al calendario del Gran Circo y ayer pudimos conocer el alcance del proyecto.

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El trazado -aún por concretarse- utilizará algo más de un kilómetro de los viales existentes en Ifema que a través de dos cortos túneles se combinarán con otros cuatro kilómetros de recorrido en parcelas aún por explotarse en Valdebebas. Curvas peraltadas y rectas ocupararán esta zona «permanente» de las instalaciones; porque el paddock, los boxes y la zona de meta estarán situadas en el interior de uno de los pabellones de Ifema constituyendo una novedad en la F-1. Dicho esto se echó este martes en falta la intervención del Presidente de la Federación Española de Automovilismo durante la presentación del evento, haciendo patente que a este reto le quedan muchos flecos por atar.

Hasta la fecha la puesta en marcha del nuevo gran premio ha contado con el liderazgo de José Vicente de los Mozos, ex presidente de Renault en España y hombre fuerte de la automoción a nivel mundial que coincidió con el hoy responsable de la Fórmula 1 Stefano Domenicalli durante el tiempo en que este ocupó la presidencia de Lamborghini. El trabajo de De los Mozos ha resultado ímprobo porque sólo quienes lo han intentado conocen la dificultad de ser elegido por la cúpula del Gran Circo para albergar una de sus citas, y Madrid lo ha logrado alcanzando un éxito incuestionable. A partir de hoy se mantendrá el liderazgo organizativo pero el entramado deportivo recaerá en especialistas que den la forma final al circuito, lo homologuen y pongan en marcha la carrera. Sin embargo tanto el silencio de la Federación de Automovilismo como el carácter de complementariedad que Domenicalli ha otorgado a esta nueva cita hacen volver la vista a Barcelona y preguntarse en qué lugar queda el Circuit de Catalunya.

Las instalaciones del Vallés sólo resultan rentables si albergan un gran premio de F-1 y está por ver si una vez se traslade el Gran Premio de España seguirá Barcelona acogiendo una cita del calendario que pueda llamarse Gran Premio de Europa, del Mediterráneo o de Catalunya. Tanto la trayectoria organizativa del RACC -promotor de las instalaciones- como el enorme arraigo del automovilismo en la zona merecen su lugar en el universo del Gran Circo, pero las instituciones públicas responsables del trazado de Montmeló deben dar un volantazo a su gestión. Fueron la carrera mejor organizada del calendario… fueron sede indiscutida de los entrenamientos de pretemporada… y ni una cosa ni la otra al día de hoy. Han acogido a la F-1 desde 1991 pero no pueden disimular el declive en el que están inmersos.

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La Federación Española de Automovilismo fue este martes tan prudente en su proceder como Domenicalli en sus palabras porque celebrando el éxito del proyecto madrileño no puede olvidarse que unas instalaciones tan formidables como las del Circuit de Catalunya reclaman gestores especializados y un plan de viabilidad realista. Necesitan reinventarse para recuperar su atractivo porque resulta evidente que la era moderna de la Fórmula 1 se deja querer por iniciativas tan ambiciosas como hoy lo es Madrid, ayer lo fue Miami y puede que mañana Barranquilla en Colombia. El Gran Circo ya no despliega su carpa en los circuitos, hoy lo hace en las ciudades y en ocasiones acogerlo es incluso un proyecto de país.

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