Lewis Hamilton cambiará Mercedes por Ferrari en 2025. EFE

Hamilton, ferrarista de leyenda

Análisis ·

Sustituirá a Carlos Sainz en 2025 sucediendo en la escudería italiana a otros grandes de la Fórmula 1 como Vettel, Alonso, Raikkonen, Schumacher, Prost, Lauda o Villeneuve

Sábado, 3 de febrero 2024, 00:04

Cabría tildar la noticia de sorprendente, inesperada a quince días de estrenar una nueva temporada porque sobre el papel todavía faltan muchos meses para que el mercado de fichajes coja temperatura, aunque conjunciones astrales de semejante calibre resultan en todo caso imprevisibles. Sea como fuere ... la escudería más mediática del Gran Circo ha contratado al piloto más galardonado de la historia y a nadie puede sorprenderle que los mejores se alíen para trabajar juntos en cualquier disciplina.

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Lewis Hamilton vestirá de rojo dentro de un año para enfundarse el que será último uniforme de su carrera deportiva y al enrolarse en la Ferrari culminará el sueño de todo piloto de automovilismo, la ilusión con la que él mismo fantaseaba siendo un niño. Con su fichaje sucederá a Vettel, Alonso, Raikkonen, Schumacher, Prost, Lauda, Villeneuve… y así hasta congregar a los más grandes nombres que haya dado este enorme espectáculo.

Cierto es que como ha ocurrido tantas veces la mayor estrella de este deporte se sube a lomos del Cavallino cuando los de Maranello andan un tanto desnortados, pero ahí es donde la figura de Lewis Hamilton cobra su razón de ser. El británico busca poner broche de oro a la hoja de servicios más brillante que haya conocido el automovilismo de competición y tratará de hacerlo ganando un octavo título al volante del coche que le convertiría en una leyenda. Para lograrlo deberá afrontar una tarea hercúlea intentando derrotar a un rival a su altura como es Max Verstappen, quien con toda probabilidad le sucederá algún día al volante del Ferrari ¿Cabe mayor épica?

La tarde del jueves se oficializaba el fichaje al tiempo que Ferrari Spa -la matriz que engloba a la Scuderia y a Ferrari como fabricante de automóviles- presentaba sus resultados de 2023 en la Bolsa de Nueva York. Los rumores de la operación habían espoleado la cotización bursátil de la empresa hasta dispararla por encima del 10% durante la jornada enjuagando sobradamente el coste del nuevo contrato de Hamilton, además de suponer un espaldarazo para la gestión de John Elkan, nieto de Gianni Agnelli y principal ejecutivo de la empresa. Pero ¿qué ha empujado a Hamilton a dar el paso?

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Probablemente el desgaste provocado por una década de trabajo en Brackley y el coche decepcionante que ha conducido las dos últimas campañas. También habrán pesado los cambios accionariales que vienen sucediéndose en la escudería Mercedes, donde la marca de la estrella apenas alcanza ya a un tercio de la propiedad y su impronta se diluye sin remedio. Si a ello se añade que se le ofrecía ir renovando año a año y en Ferrari ha firmado un contrato «plurianual» aderezado por un sueldo desorbitante habrá que reconocer que la mudanza a Italia estaba cantada; para regocijo de un Marc Gené que en su día trabajó son Schumacher y ahora se prepara para hacerle a Hamilton de cicerone en Maranello.

Visto desde el prisma de la escudería Mercedes el asunto provocará una convivencia enrarecida durante este año pero no afecta a la competitividad del coche porque George Russell es un piloto de primer nivel que se ha mostrado capaz de derrotar a Hamilton, sin ser un fuera de serie como Verstappen, Alonso o su propio compañero. La salida de este también supone un punto de inflexión en la trayectoria del equipo, una encrucijada para decidir si apuestan por un piloto veterano que le sustituya -léanse Alex Albon o Carlos Sainz- o ceden el segundo volante a un joven talento de su propia cantera.

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En definitiva la incorporación de un fenómeno como Lewis Hamilton a la Ferrari desde otro equipo de tronío como Mercedes es un enorme aliciente para el Gran Circo porque previsiblemente eleverá la exigencia competitiva del campeonato y con ello su repercusión mediática. Para que se cumplean las enormes expectativas generadas también será necesario que en Maranello se de cita una generación de ingenieros a la altura del heptacampeón, de manera que el legendario Schumacher tenga por fin digno sucesor a las riendas del Cavallino.

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