Franco Colapinto, el piloto seductor de la F1 al que Carlos Sainz le ha 'robado' el asiento

Hablar de Fórmula 1 en Argentina es hablar de Juan Manuel Fangio. La leyenda automovilística ganó cinco campeonatos mundiales en los años 50, en una época en la que si ibas demasiado rápido corrías un serio riesgo de matarte. Nada que ver con las carreras actuales, que, no obstante, también tienen su riesgo. Fangio estaba hecho de otra pasta de ahí que en su país sea considerado como el único deportista que puede mirar a los ojos a Diego Maradona. Franco Colapinto (Buenos Aires, 2003) quiere seguir sus pasos y los argentinos están volcados con él. Es el primero de los suyos en llegar a la Fórmula 1 en 23 años y a pesar de su corta edad -solo tiene 21 años- los números que presenta en su carrera invitan al optimismo.

Ya ha debutado en la máxima categoría del motor, también ha logrado sus primeros puntos y, a pesar de ser un recién llegado y no tener controlado el coche, le pisa los talones al compañero de equipo. Debutó a primeros de septiembre en Monza, en el Gran Premio de Italia, un país del que proviene la familia de su padre. Allí finalizó duodécimo, a dos puestos de sumar un valioso punto. Lo conseguiría dos semanas después en Bakú, donde finalizó octavo y logró su mejor resultado en las tres carreras disputadas que lleva hasta ahora. En la última cita del calendario, en Singapur, el argentino cruzó la meta undécimo y superó a su compañero de equipo.

Los resultados en Fórmula 1 hay que cogerlos con pinzas. No es lo mismo conducir un Red Bull o un Ferrari y arrasar desde el primer día, que debutar por todo lo alto con un Williams, uno de los peores coches de la parrilla. De ahí que los argentinos se hayan vuelto locos con Colapinto.

El joven piloto es muy simpático. En cada entrevista que condede en el paddock de la F1 saca una sonrisa al periodista, incluso se permite seducir en directo a las reporteras, como le sucedió a Christine, de Dazn España. No tiene ningún pudor en soltar lo primero que se le viene a la cabeza.

La simpatía que demuestra delante del micrófono también la transmite a sus compañeros de parrilla, entre los que se encuentran Carlos Sainz y Fernando Alonso. Están encantados con él. «Ha hecho una muy buena carrera, sin errores», destacó el bicampeón asturiano en el GP de Italia, que puede considerarse como su 'padrino'.

Alonso siempre tuvo un ojo puesto en aquel joven argentino que despuntaba en el karting sudamericano. El español no dudó en ficharlo para su equipo de Fórmula 4 del campeonato de España cuando Colapinto solo era un adolescente. Hace cinco años se proclamaba campeón de la categoría arrasando y logrando once victorias en 21 carreras.

A partir de ahí, el ascenso ha sido meteórico. Tercero en el campeonato europeo de Fórmula Renault -uno de las categorías inferiores más prestigiosas-, séptimo en su debut en las 24 horas de Le Mans, noveno y cuarto en sus dos temporadas en Fórmula 3 -antepenúltima etapa antes de la F1-, y cuando estaba luchando por el Mundial de Fórmula 2 recibió la llamada de Williams para debutar en Fórmula 1. Correrá en el Gran Circo hasta final de temporada, después, problemente se tenga que buscar la vida.

Colapinto tiene un problema y se llama Carlos Sainz. De hecho, en 'El Hormiguero' bromeó sobre el piloto madrileño: «Me sacó de la butaca. Que no joda». Sainz firmó por Williams pocas semanas antes de que Colapinto sustituyese al criticado Sargeant al frente de uno de los coches. Así que para 2025, el argentino no tiene hueco en la escudería, que ya cuenta con dos pilotos con contrato en vigor.

La opción más probable para Colapinto es mantenerse como probador en Williams y seguir probando nuevas categorías, quizás en la resistencia o en la Fórmula E -una competición surgida hace unos años para impulsar los motores eléctricos-. Sea como fuere, su futuro quedará resuelto en breve.

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