Fernando Alonso, ante su gran oportunidad en Singapur

Para sorpresa de los seguidores del Gran Circo uno de los culebrones del verano ha estado protagonizado por el ínclito Felipe Massa, de actualidad tras varios años retirado. La cuestión es que el bueno de Felipe no ha tenido mejor divertimento que reivindicar sus derechos al título mundial de 2008, aquel que Lewis Hamilton le arrebató de forma cruel en la penúltima curva de Interlagos. No es de extrañar que aún hoy duela haber perdido un campeonato de aquel modo. Tampoco que uno revuelva en las cloacas de la Fórmula 1 con tal de que carreras tan pestilentes como el primer Gran Premio de Singapur sean revisadas incluso quince años más tarde de su celebración, pero lo cierto es que la idea resulta hilarante. Más aún cuando Massa pasa por alto que además de los tejemanejes de Briatore aquella noche tampoco la Scuderia Ferrari anduvo fina y él mismo llegó a rodar por el 'pitlane' llevándose puesta la manguera de repostaje durante varios metros. Un despropósito de envergadura suficiente como para pasar definitivamente página entre la indiferencia generalizada.

Quince años más tarde el ganador de aquel gran premio se postula para repetir victoria porque continúa en activo, está en forma y Aston Martin cree estar ante su mejor oportunidad para ganar una carrera en 2023. Para que Fernando Alonso aspire al escalón más alto del pódium Max Verstappen deberá fallar por primera vez en este curso y su segundo de a bordo --el cuestionado Pérez- seguir el mismo camino. Hace semanas que se pone en entredicho a Pérez en el entorno del Gran Circo y él ya ha dejado caer que se plantea el futuro fuera de Red Bull más allá de 2024. Con los mejores asientos de la parrilla comprometidos a medio plazo quizá el retiro a caballo entre su nueva mansión de Madrid y sus negocios de México sea una opción para Pérez, más aún cuando los jerifaltes de los energéticos no han ocultado su admiración por los progresos recientes de Lando Norris. Que Red Bull pose su mirada sobre un piloto de la competencia cuando dispone de una cantera ingente de meritorios resulta sorprendente para el aficionado y halagador para el interesado, pero que además este piloto sea británico y cuente con la simpatía generalizada del Paddock no hace sino jugar a su favor; dando por hecho que Norris derrocha talento al volante.

Volviendo a las tribulaciones de Sergio Pérez resulta sorprendente el modo en que ha ido evolucionando la temporada. Su brillante victoria en Azerbaiyán despertó a la bestia competitiva que Verstappen lleva dentro y desde entonces susactuaciones se han contado por victorias, habiendo dirigido el desarrollo del Red Bull completamente a su gusto.

En este sentido llueven críticas sobre Pérez por seguir quejándose de que el coche no está adaptado a sus características en lugar de ser él quien se adapte al bólido como han hecho algunos de sus rivales, Carlos Sainz sin ir más lejos con un Ferrari que le trajo por la calle de la amargura durante el primer tercio del curso. El madrileño es otro de los que miran con cierta esperanza al Marina Bay de Singapur y creen estar ante su gran oportunidad en una temporada tan previsible como la actual; y por supuesto los chicos de McLaren, cada carrera más competitivos. Ojo con ellos.