El mal fario
Juan Carlos Otaduy
Domingo, 10 de abril 2022, 14:16
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Juan Carlos Otaduy
Domingo, 10 de abril 2022, 14:16
Sonaba a tópico aquello de que con el cambio de reglamentación que afrontaba la Fórmula 1 podría darse un vuelco a la jerarquía de la parrilla pero vaya sí han cambiado las cosas. Red Bull defiende el título con argumentos sólidos pero acumula dos abandonos ... mecánicos en tres carreras, y ha encontrado en el Ferrari de Leclerc un rival a su altura. Entraba en todos los cálculos que los energéticos tuviesen un coche ganador, lo que no esperaba ni su más enconado rival es que la fiabilidad les tuviese contra las cuerdas.
Charles Leclerc comienza a poner tierra de por medio en la clasificación del campeonato porque el único rival que podría hacerle frente -su compañero de garaje- no acaba de estar a la altura. En Melbourne se ha vivido un nuevo episodio del mal fario que acosa a los Sainz. Carlos iba para pole el sábado cuando el accidente de Alonso provocó una bandera roja. El madrileño estaba firmando un fin de semana impecable en Albert Park y sin que su magnífico tiempo se contabilizara debió volver a boxes, aún con la esperanza de poder aprovechar la última oportunidad de que disponía. Pero no fue así, la diosa Fortuna le dio la espalda y aquello de «trata de arrancarlo» volvió a atormentar al aficionado que veía incrédulo cómo se demoraba el regreso a pista del dorsal 55. Increíble pero cierto, y lo ocurrido en carrera no es sino la consecuencia lamentable de una calificación increíblemente desafortunada.
La pugna entre los pilotos de Ferrari por ganar este gran premio habría supuesto un soberbio espectáculo, tan sólido como se muestra Leclerc y tan motivado como había llegado Carlos Sainz a Melbourne. Pero los huecos que ayer dejaron Verstappen y Sainz en la parte noble de la parrila han sido ocupados por los Mercedes, que lejos de su mejor versión siguen sumando puntos para el certamen de constructores.
Mercedes había dispuesto de dos semanas para trabajar en el coche antes de viajar a Australia y dispondrá de idéntico lapso de tiempo hasta que el día 22 se abra el pitlane en Imola, allí donde estrenará su primera gran evolución. No son pocos los que aseguran que la temporada está perdida para los germanos, lastrados por un argumento tan evidente como que el coche no es rápido. Si la falta de competitividad se diera en un bólido de mitad de la parrilla los responsables de la escuadra estarían ya esbozando los primeros trazos del monoplaza de 2023, sin malgastar un solo euro en el actual.
Sin embargo los de la estrella plateada disponen de recursos sobrados para poner un nuevo coche en el asfalto cuando el Gran Circo desembarque en Barcelona el próximo mes de mayo. Cierto es que algunos de sus mejores técnicos han sucumbido a los cantos de sirena del nuevo departamento de motores de Red Bull y también es verdad que el límite de gasto se aplica a todas las escuderías por igual, incluso a las que nadan en la abundancia como es el caso. Pero tratándose de Mercedes no es descartable que estén ganando carreras durante el verano. Probablemente su monoplaza acabe siendo un cohete que deslumbre cuando todos sus engranajes se sincronicen -pocos lo dudan- aunque para entonces sus pilotos habrán acumulado tal desventaja en la clasificación que no les quedará mejor papel que el animadores del campeonato. Eso sí, aventajados animadores del campeonato.
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