Carlos Sainz, la estrella emergente

No ha faltado quien ha contestado a estos rumores afirmando que la única ausencia que removería los cimientos del Gran Circo sería la de Ferrari, la que jamás se ha ausentado del campeonato. Los de Maranello ocuparon plaza en el podio de Yas Marina y la escena nos recordaba aquellas del pasado en las que los honores de la última carrera correspondían a los que habían pugnado por el título, compartiendo plaza con el piloto emergente que está en franca progresión y anticipa éxitos inminentes. Ya se sabe que la F-1 es cíclica, que aquí todo vuelve y todo tiene su razón de ser. La temporada 2021 ha sido más que satisfactoria para Ferrari, aunque hayan sido terceros en el campeonato de constructores cuando su nivel de inversión les obliga a ser eternos aspirantes al título. Venían de una campaña horrenda como la anterior y su mejoría ha resultado evidente. La escasa potencia de su mecánica les trajo por la calle de la amargura y afortunadamente el motor con el que han despedido el año -base del que estrenarán en febrero- ha dejado de ser motivo de controversia. Para mayor satisfacción todo indica que la reorganización llevada a cabo entre sus técnicos parece estar ofreciendo réditos convincentes y el coche se ha mostrado competitivo en el tramo final del curso.

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Pero tan imprescindible como disponer de un bólido competitivo es la motivación de quienes lo conducen. Charles Leclerc no ha estado en 2021 a la altura de la categoría que por honores y salario le otorga la propia Ferrari, y quien se ha destapado ha sido Carlos Sainz. Fichado en pleno confinamiento causó cierta extrañeza que abandonara a un equipo en progesión como McLaren para mudarse a Maranello, aunque está por ver quién le da calabazas a los del Cavallino, quién es el piloto que renuncia a vestirse de rojo por exigente que resulte abrazar al mito. Sainz se estrenó con los italianos dubitativo y le llevó tiempo adaptarse a un nuevo coche y a una nueva forma de trabajar. Sin embargo en mayo aprovechó el escaparate de Mónaco para mostrar sus destrezas, fue destapándose durante el verano y batió a su compañero de garaje en el tramo final del curso. Unas recientes declaraciones de Matia Binotto ensalzando las cualidades de su pupilo monegasco hacían ver el favoritismo del que goza en la Ferrari y dejaban en una posición incómoda a Sainz, pero este ha contestado como lo hacen los mejores: batiendo al jefe de filas en la clasificación del campeonato. Su quinto puesto tiene un mérito enorme, teniendo en cuenta que la ventaja mecánica de que disponen convierte en inalcanzables a los cuatro primeros.

Carlos Sainz no está teniendo un tránsito cómodo por la F-1, jamás ha conducido un coche a su medida y se ha enfrentado a compañeros de garaje de envergadura. Debutó de la mano de Toro Rosso y se vio lidiando con Verstappen, ante el que no claudicó. La maquinaria de los energéticos se volcó en promocionar al holandés y abandonó a su suerte al madrileño, que acabó buscando acomodo en Renault. En un año con los franceses condenó al ostracismo al mejor Hulkenberg y aceptó el nuevo reto de enrolarse en una McLaren en construcción. No fue fácil ganarse el favor de una escudería tan británica como la de Woking que acababa de darle la alternativa al nuevo ídolo local, Lando Norris. Pero el liderazgo innato de Carlos le otorgó galones y salió por la puerta grande camino de Maranello. Su cuerpo a cuerpo con Leclerc tomará temperatura en 2022 y ofrecerá una lucha titánica porque el monegasco no ha encajado la derrota ante el que parecía destinado a ser su comparsa y le hará frente dentro y fuera de la pista. Se hablaba estos días de que Carlos Sainz tenía sobradamente merecida la prolongación de su contrato tras una campaña brillante y así fue cuestionado el ínclito Binotto, que respondió a la prensa reconociendo que se plantearán el asunto durante el invierno. Sabido es que Maranello es tierra de intrigas palaciegas, un reino de taifas que desde el fallecimiento del todopoderoso Sergio Marchione acusa un evidente vacío de poder. En este ambiente Sainz deberá hacer valer sus méritos para continuar más allá del próximo diciembre porque la escuadra no le tenía entre sus prioridades y ha ido valorándole con el paso de la temporada.

Carlos fue contratado por dos años como interino, a la espera de que el sobrevalorado Mick Schumacher madurase y ocupara su lugar en Ferrari con Leclerc como indiscutible jefe de filas. Sin embargo este no parece ser el líder sólido que necesita la Scuderia y el hijo del Kaiser ha pasado desapercibido en la campaña de su debut. El devenir de las carreras ha demostrado que quien está realmente maduro como para echarse la Ferrari a la espalda es un madrileño que sin prisa pero sin pausa se confirma como una estrella en ciernes y un sólido aspirante al próximo mundial, si Ferrari es capaz de ofrecerle el coche para lograrlo.