Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Llegado el Gran Premio de Hungría y el parón veraniego del Gran Circo parece obligado prestar atención a la temporada de Fernando Alonso. Aunque sólo fuese porque en la ciudad del Danubio celebró su primera victoria en un gran premio, allá por el lejano 2003. ... De aquella estrella en formación al piloto que más vueltas ha completado en carrera durante los 72 años de Fórmula 1 media un abismo y la sensación generalizada de que al líder de Alpine en absoluto le hace justicia su palmarés.
Si están leyendo estas líneas serán ustedes unos fervientes guidores del Gran Circo y en ese caso disfrutarán de la conversación que hace unos días mantuvo el bicampeón con Mark Hughes, uno de los periodistas más reputados de cuantos siguen el Mundial. El diálogo (alojado en The-Race.com) supone un repaso a la segunda época de Alonso en la categoría reina y resulta muy recomendable. Lo cierto es que su segunda posición de salida en Montreal supuso el reencuentro del ovetense con su propia esencia porque en Canadá se vio al Alonso hiper competitivo y capaz de ofrecer lo mejor de sí mismo, que es una barbaridad. Al margen de los bandazos que protagoniza la dirección técnica de Alpine es un hecho que el monoplaza va dando pasos cortos pero firmes en búsqueda de sus mejores prestaciones. Ha aportado mejoras en cada cita del campeonato, incluso en Hungría; allí donde Ferrari arruinó la actuación de sus pilotos con una estrategia timorata. Allí donde Verstappen consolidó el asalto a su segundo título consecutivo y los Mercedes demostraron que ya son ganadores potenciales.
Volviendo a la charla entre Hughes y Alonso, este último reconoce que durante las primeras carreras del pasado curso le costó retomarle el pulso a la F-1 hasta que llegado el verano se sintió otra vez a su nivel. Lo cierto es que su retorno difícilmente se puede comparar con el que protagonizaron Schumacher o Raikkonen porque con 41 años recién cumplidos hay que reconocer que el asturiano está magníficamente preparado para soportar la presión física y psíquica que exigen la carreras. Cuántas veces se habrá echado de menos un buen coche en sus manos, un bólido que esté al menos un paso por delante de la parte media de la parrilla.
Los rivales le conceden un año más en la F-1, pero lo cierto es que cuando algún día se anuncie su definitiva retirada el legado que dejará Fernando Alonso será el de una calidad y longevidad extremas. Quedarán atrás tiempos en los que interpretó el papel de insolente frente a Schumacher, el de villano en la McLaren de Hamilton, incomprendido en Ferrari o de nuevo villano aunque de pantomima en aquella McLaren Honda de infausto recuerdo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.