Vitoria extenderá su compromiso con el Ironman para los próximos cuatro años

Instantes después de la ceremonia del podio, el dirigente de Ironman en España, Portugal, Italia y Andorra tenía una distendida conversación junto con el alcalde, Gorka Urtaran –muy activo durante todo el evento, colaborando en bicicleta para marcar quién era la primera competidora femenina–, y el diputado general de Álava, Ramiro González, flanqueados por Eduardo Martínez, director local de la prueba. «Hemos tenido varias reuniones con Gobierno Vasco, Diputación y Ayuntamiento, y ahí se ha acabado de reforzar nuestro compromiso», confirmaba también el 'alma mater' de los eventos de triatlón en Vitoria.

Una negociación a cuatro bandas y con una inversión importante pero que las instituciones entienden como necesaria para promocionar la ciudad gracias a la repercusión mundial (la carrera fue retransmitida online para todo el planeta) y el retorno económico (20.000 pernoctaciones adicionales desde el jueves hasta hoy) del Ironman que patrocina este periódico. «Es el evento internacional más importante de Álava y entre los tres primeros del País Vasco y tenemos el futuro asegurado», concluía Martínez con una mezcla de satisfacción y cansancio por la intensidad de la jornada de ayer.

De cara a las próximas ediciones –esta semana se abren las inscripciones para el 2023–, Agustí Pérez apuesta por «pensar en grande». «Tenemos que intentar ser el mejor Ironman del mundo porque tenemos potencial para serlo». ¿Qué tiene Vitoria que no tenga el resto de grandes ciudades de alrededor? «El bagaje organizativo. Son muchos años de trabajo, de eventos exitosos, con muchísimos voluntarios, locales, restaurantes, hoteles, prensa... todos ponen de su parte y eso el atleta de fuera lo nota. Y el territorio es increíble para la práctica deportiva pese al calor, que de normal suele hacer una temperatura ideal», justificó el director general.

Los 35 grados al sol fue el pequeño lunar que registró la prueba, con un índice de abandonos algo por encima de lo habitual en un recorrido de estas características. «Los atletas han sufrido un poco. Hemos tenido horas complicadas pero es parte del juego y los avituallamientos han funcionado a pleno rendimiento». El objetivo del año que viene es pasar de los 2.000 participantes de ayer (había 2.500 inscritos pero hubo bajas por covid y motivos personales) a los 3.000. «La única pega será la capacidad hotelera. Lo ideal sería tenerlos a todos en Vitoria, pero no supone ningún problema que algunos se alojen en Bilbao o Miranda. Son gente habituada a viajar y en algunos Ironmans están a 100 kilómetros de distancia del epicentro de la prueba», sentenció.