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La cifra de participantes en la 42ª edición de la Media Maratón de Vitoria-Gasteiz rondará las previsiones y la tendencia de los últimos años. Finalizado el último plazo de inscripciones 'on line' el pasado sábado, la organización ha confirmado que se han superado los ... 3.000 dorsales, en un goteo constante de solicitudes que se inicio a finales de agosto cuando se abrió el plazo para realizar las inscripciones.
Como siempre ocurre, la llamada de última hora incrementó en centenares las demandas para participar en la prueba decana de Euskadi de la distancia. Desde Madrid o Cantabria, pasando por atletas vascos en su mayoría, colapsaron la web oficial de la prueba el pasado sábado, que tuvo que abrir un plazo extra para dar servicio a todas las solicitudes.
Cerrada esta opción, la última será el 21 de diciembre de forma presencial y al precio de 50 euros en el Hotel Jardines de Uleta donde se desarrollará también la recogida de dorsales. Sólo la prueba txiki mantiene abierta la posibilidad de inscripción 'on line' hasta la víspera de la prueba, el 21 de diciembre, al precio de 3 euros.
Las estimaciones de la organización apuntan a que la cifra podría acercarse a los 3.300 que participaron en 2018, con porcentajes parecidos en cuanto a la presencia femenina, un 14,5 %, y masculina, con el 85,5 %.
El pasado domingo se realizó la medición oficial del nuevo circuito, bajo la supervisión de dos jueces de la Real Federación Española de Atletismo y con la ayuda de la Policía local. A través de la calibración de dos bicicletas, con un aparato de medición y un contador para comprobar que las numeraciones son exactas, se inició el trabajo partiendo de la denominada 'base de calibrado' ubicada en el paso de las Universidades sobre 450 metros.
A partir de ahí se arranca desde el punto de salida hasta hacer el recorrido, referenciando cada kilómetro con pintura y fotografías con los datos de cada bicicleta. Desde las 7:30 de la mañana y hasta las 13:30 horas se alargó dicha homologación que vivió también la fase final de poscalibrado para posibles correcciones.
Una homologación tiene una duración de siete años y un precio de 1.500 euros, aproximadamente. En el caso de la prueba vitoriana, este circuito ha sido diseñado de una manera excepcional debido a las obras que se están acometiendo en la ciudad. La intención de cara a 2020 es rediseñar la carrera.
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