Iván Fernández corre por El Mineral. Rafa Gutiérrez
Atletismo

Iván Fernández: «He superado una crisis y ya me siento fuerte»

El fondista vitoriano pensó dejar el atletismo, pero está recuperado y dispuesto a demostrar que lleva una gran marca en las piernas

Viernes, 2 de noviembre 2018, 00:23

Iván Fernández (Vitoria, 10-6-1988) vuelve a calzarse un dorsal. En sí mismo eso es una noticia, después de ocho meses de retiro voluntario. El vitoriano lo ha pasado mal, decidido incluso a colgar las zapatillas. Pero la depresión que le supuso retirarse ... de las dos maratones de la primavera pasada y no poder acreditar marca alguna está superada. Ahora vuelve más fuerte, con blindaje piscológico. Y quiere demostrarlo pronto. El día 11 aspira al triunfo en la Behobia-San Sebastián y antes de terminar el año espera despejar definitivamente todos sus fantasmas en una maratón. Tal vez, el 2 de diciembre en Valencia.

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–Corrió el domingo la media maratón de Valencia, su 'debut' desde hace tiempo. Quedó el 40 (1.04.45), pero más allá de puestos o marcas, ¿qué balance hace?

–Me quedé con buenas sensaciones después de ocho meses sin competir. Sensaciones buenas, pero las piernas cansadas de los entrenamientos previos. Y noté un gusanillo, nervios antes de la salida recordando fechas pasadas. Pero muy contento y con ganas de más.

–Fue un test, más que una prueba dura.

–Sí, mi entrenador quería que corriese en 1.06 y corrí en 1.04.45. Luego le comenté cómo hacía sido la carrera –se batió el récord del mundo– y él lo entendió. También hay que ver el registro de marcas que se hicieron, que fueron muy buenas. Eso significa también que el circuito es muy rápido, buenísimo para esta especialidad (parte es el mismo del maratón del día 2 de diciembre).

–A partir de ahora afrontará carreras con más exigencia, como la Behobia.

–Sobre todo la Behobia, que es el próximo objetivo. Voy a salir a ganar. Sé que es muy complicado y probablemente el máximo favorito sea Jaume Leiva, que ha hecho 1.02.29, después de 6 años que casi no ha podido ni entrenar. Hay que recordar que ya ganó en 2012 y cuenta con la ventaja de conocer el recorrido. Creo que él es el favorito por esto, pero yo creo que estaré mejor y voy a salir a ganar.

–¿Alguna otra carrera después?

–Sí, después de la Behobia correré un maratón, todavía por definir. Este es el objetivo de 2018, terminar un maratón en condiciones y enfrentarme otra vez a la distancia en la que quiero brillar.

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–Los anteriores intentos salieron mal... Y eso le hundió.

-Sí, hay que ser realistas y ahora mismo tengo miedo a la distancia, a lo que pueda pasar a partir del kilometro 30, que es donde me he tenido que retirar en las dos últimas ocasiones. Ese es el tramo en el que tengo que mejorar y es lo que estamos entrenando día a día.

–¿Por qué tuvo que retirarse?¿Qué problemas sufrió?

–Muscularmente, en Sevilla no iba desde la salida y en el 32 kilómetro vi que el tiempo se me iba. No era cuestión de alargar la carrera para terminar en 2.20 y quemar balas. A partir del 32, la destrucción muscular es irreparable para maratones futuros. Decidí retirarme e intentarlo en Barcelona. Pero claro, después de una retirada la cabeza no está bien, te entran dudas. A eso hay que sumarle que en Barcelona el tiempo no acompañó, la liebre no cumplió, en el 6 se retiró... Se suma todo y es complicado.

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–¿Ahí es donde decide empezar de cero?

–Ahí lo valoro. Hablo con el mánager y me propone correr en Milán el 8 de abril. Sevilla fue el 25 de febrero y casi 6 semanas después no puedes aguantar en un estado de forma con dos batacazos y dos retiradas. Y yo sabía que en Milán no podía estar bien. No llegaba fresco ni muscular ni mentalmente, que es lo más importante. Entonces decidí, descartar Milán. Hablé con él y le dije que no quería correr más maratones, lo cual me cortó el pase para el Campeonato de Europa. Yo ya ahí reflexiono y dejo de entrenar. Un tiempo indefinido hasta recuperar la motivación y las ganas de antes. Veía que salir a entrenar era un auténtico calvario y no quería engañarme ni a mí mismo ni a nadie. Escribí un pequeño texto y se lo envié a la gente más cercana a mí para comunicarles que voy a dejar de entrenar hasta que el cuerpo me lo pida y voy a darme un descanso.

–Estamos hablando de...

–Ese escrito lo hago hacia el 28 de marzo. Y estuve hasta mediados de junio sin entrenar. Bueno, me dediqué a salir en bici, pero correr, cero.

–Y recurre a una psicóloga.

–Sí, empiezo sesiones un poco antes de rechazar correr en Milán, en marzo. Ella me ayudaba a expresar mis sensaciones. Porque yo no quería correr en Milán, pero temía miedo a decirlo. Así, gracias a ella, me abro a decir que no quiero correr y quiero parar.

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–En ese momento piensa dejar el atletismo.

–Sí, las cosas eran así. Ponerme a trabajar y terminar con todo. Estaba muy descontento conmigo mismo. Había hecho un trabajo muy bueno en los entrnamientos y no había tenido suerte. Pero creo esto viene de atrás. No de cuatro meses de mucho entrenamiento y de que no te salen las marcas. Viene del año anterior, 2016, cuando logro la mínima y no soy seleccionado para los Juegos. Eso fue una gran decepción.

–Va saliendo del bache y vuelve a sentir ganas de entrenar.

–A partir de junio, con sesiones con la psicóloga. Noto que quiero correr y no competir. Dar un cambio. Y decido cambiar de entrenador. Era algo que ya tenía pensado de antes. Porque con Martín Fiz la relación es excelente. Me exprimió al máximo y conseguí muchas cosas con él. pero si empiezo de cero, creo que debo también hacerlo de cero con el entrenador. Dar un cambio de enfoque. Y entreno con Santi Pérez. Me gustó de él la tranquilidad. Empezar gradualmente, buscar la motivación. No me habló de marcas o carreras, sino de ir poco a poco. Eso me ayudó a ir con él. No ponerme una meta a corto plazo.

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–Pero empezar de cero para un profesional es muy complicado.

-Sí, exacto. Parar tres meses y medio, cuatro, es una barbaridad para nosotros. Me costó muchísimo empezar. Pero lo hice motivado y con ganas. Encontré un grupo majo, he cambiado zonas de entrenamiento, porque estaba un poco saturado del Prado y de todo. Ya casi no lo piso. Lo veo como una zona pasada. Intento irme por ahí a otros sitios. Eso me está ayudando a mejorar ahora.

–Ya se ha dejado de pruebas, ahora viene lo serio.

-Sí, he trabajado duro con la psicóloga. Estamos en el camino. Todavía me queda mucho. Pero el otro día en Valencia me sentí bien, fuerte. Si hubiese tirado a tope habría estado cerca de mi mejor marca.

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–¿Y qué sintió en esos momentos previos a la salida?

–Pues no estaba demasiado nervioso. Eso me sorprendió. Significa que hemos trabajado bien. No estaba agarrotado, ni con miedo. Y en carrera intené aplicar lo que me recomienda ella. Quitar los pensamientos negativos, cuando te duelen las piernas pensar en otra cosa... Y eso sí que ayuda. Yo pensaba que era una tontería, pero es importante.

–Ha dicho de correr un maratón este año. Y luego, ¿cuál es el plan?

-En función de cómo me salga y cómo recupere. Sí que me gustaría engancharme a la temporada de cross, en enero. A ver cómo lo enfocamos.

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–¿Eso es porque es un adicto al cross o porque le viene bien para el maratón?

-No, no. Me viene bien. El cross te da mucha fuerza. Es como una sesión de gimnasio. Y pisar en barro no desgasta tanto como en asfalto... Viene bien. Haré cross, aunque no sé si prepararé el Campeonato de España, porque esta temporada hay Mundial. Luego correr un maratón en abril igual es un poco excesivo. Quizá mejor dejarlo para octubre o noviembre...

–¿Se ha fijado una marca?

–Han cambiado la puntuación para los Juegos. En vez de por mínimas, cogen las mejores medias y hacen un cómputo global. Se premiará a los más regulares.

–¿Y cuántos españoles irán?

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–Creo que son tres, pero la IAAF igual permite más. Los cómputos se van a hacer 16 meses antes de la cita de Tokio.

–El objetivo final ya está trazado, ir a los Juegos. Ahora bien, ¿está preparado para un fracaso?

-Sí, eso está superado. En las primeras veces con la psicóloga yo le comentaba que tenía miedo de no ser el mismo Iván de antes. Y ella me dice 'eso es imposible, serás mejor'. He asumido que había un problema y he puesto los medios para tratarlo. Correr voy a correr igual, pero de cabeza soy más fuerte, por tanto voy a ser mejor'. Bueno, no sé si correré más, pero he superado una crisis. Y eso es lo que pasa también en la vida. Yo pensé que esto era de locos, pero ya está superado y me siento fuerte.

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