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La Subida a Estíbaliz es una carrera con su propio público. Sus 15,1 kilómetros no son homologables a ninguna distancia olímpica en la que los corredores fijan el cronómetro; no es una maratón, ni una media, ni 10 kilómetros. Además, una buena parte ... del recorrido es cuesta arriba, por lo que pretender marcar un buen tiempo es algo relativo, de consumo personal. De lo que se trata, y es lo que persigue la Sociedad Excursionista Manuel Iradier, que cumple este año su trigésimo tercera edición al frente de una prueba patrocinada por EL CORREO, es pasar un buen día, con la recompensa del avituallamiento final, una auténtica ‘feria’ en la que se admiten el digestivo ‘txoripan’ y el tinto de Rioja como nutrientes básicos del corredor.
El carácter adictivo de la Estíbaliz no gira sólo en torno al factor gastronómico; se explica por las facilidades de desplazamiento o duchas que gozan los atletas, un recorrido que engancha y, por supuesto, el buen ambiente de la llegada. Así, el día 22 de abril, la prueba volverá a su cita con las constantes vitales habituales. El pistoletazo de salida apaciguará los nervios previos a las 10.30, frente a la Casa de Juntas de Armentia -atrás quedaron los experimentos de salir desde la avenida del Peregrino-.
Día. 22 de abril
Hora. 10.30 horas. A las 10.00 se dará la salida a la carrera para personas con síndrome de Down, desde el aparcamiento del santuario a la meta.
Recorrido. Desde la Casa de Juntas de Armentia hasta el santuario de Estíbaliz. 15,1 kilómetros, muchos de ellos por el antiguo ferrocarril Vasco-Navarro.
Inscripciones. A 20 euros en los lugares habituales (oficina de EL CORREO en calle Florida -15% de descuento para suscriptores-, Gaikar Kirolak y Cafetería Tú&Yo. Por internet en www.manueliradier.com y www.herrikrosa.eus hasta el día 19). En los frontones Beti Jai el mismo día de la carrera.
Recogida de dorsales. Del 9 al 20 de abril en Gaikar para los adquiridos por internet. El resto, en los puntos de compra.
La ola de corredores atravesará el pueblo, para circular luego un tramo por la Avenida de San Prudencio y meterse a la derecha hacia la calle Maite Zúñiga, calcando el recorrido de los años precedentes. El pelotón recorrerá la zona sur de la ciudad (Zumabide) hasta llegar a Puente Alto, pasar por Olaranbe e internarse por el recorrido del antiguo ferrocarril Vasco Navarro y atravesar Otazu, Aberasturi y Aldollu hasta llegar a los pies de Estíbaliz. Dos kilómetros finales que sacan lo mejor -y lo peor- de los participantes. Una cuesta para dejarlo todo y entregarse al avituallamiento final.
Las carreras populares han perdido cierto fuelle y, sin hablar de decadencia, el número de participantes experimenta ligeros descensos en la mayoría de las convocatorias. La Subida a Estíbaliz no es ajena a la ‘crisis’ y en la 33 edición ha fijado en principio su capacidad máxima en los 850 dorsales, cuando hace pocos años sobrepasaba el millar.
Para los organizadores no supone en cualquier caso ningún problema; es más, casi les evita complicaciones. La ruta por el Vasco Navarro es estrecha. En años precedentes se producían embotellamientos en la parte central de la carrera, afectando a los corredores que suelen acabar en 1.15 o 1.30. El próximo 22 de abril este será a priori un problema menor. Aunque hasta este martes, ya se habían inscrito cerca de 500 participantes.
De momento, no se conocen inscripciones de favoritos, aunque es una carrera que suele aglutinar a los fondistas locales más destacados. Sí se espera la participación de Iban Rodríguez, vencedor en la pasada edición, con la opción de que también concurra Kike Sebastián. Por otra parte, la Subida a Estíbaliz atrae a muchos de los que luego disputarán el Maratón Fiz (6 de mayo).
Al haber dos semanas de intervalo, los atletas suelen tomar esta carrera como referencia. Y no tanto por lograr un buen tiempo en meta, sino porque les permite hacer una tirada larga, un ‘doblete’: ir hasta Estíbaliz dentro de la carrera y volver por su cuenta después para sumar unos 30 kilómetros que les vendrán muy bien como última sesión larga antes de un maratón, por ejemplo.
Como el año pasado, a las diez también se dará la salida a una carrera destinada a personas con síndrome de Down.
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