Un Seis Naciones pendiente de la pandemia

La primera jornada se abre este sábado con el Italia-Francia del Olímpico de Roma, y con el Inglaterra-Escocia que pone en juego la Calcutta Cup en Twickenham. El siempre atractivo Gales-Irlanda del Principality Stadium queda para mañana domingo. El torneo, interrumpido en su edición del año pasado cuando el mundo frenó en seco en marzo por culpa de la eclosión de la pandemia, volvió ya en octubre a puerta cerrada. Y la selección inglesa se proclamó campeona. Ahora, las dudas sobre su celebración han planeado debido a los contagios disparados y a la propagación de la cepa británica, que derivaron en un comunicado del gobierno francés para recomendar atrasar el campeonato.

La organización ha garantizado a Francia los suficientes y estrictos protocolos sanitarios para que los galos se presenten a la competición. «Todo salió bien en otoño con la Copa de Naciones y será lo mismo ahora. No estoy tan preocupado», estimó Bernard Laporte, el presidente de la Federación francesa.

Incluso se llegó a dejar caer la propuesta de jugar el torneo en un solo país, posibilidad que pronto fue descartada. Londres, Dublín, Edimburgo, Cardiff, París y Roma aguardan. La pandemia de coronavirus mantiene la competición, sin embargo, en alerta.

La organización sostiene la idea de que todos los partidos se jueguen, aunque haya algún equipo que sufra un brote de contagios. El encuentro afectado se aplazaría hasta buscarle otra fecha. El objetivo común es que la competición pueda celebrarse hasta el final.

Son los ingleses quienes conservan su condición de favoritos para repetir los éxitos de 2016, 2017 y 2020. Además de florecer en plena pandemia, los de la rosa se impusieron en la Autumn Nations Cup, tras ganar a Francia en la prórroga. Reciben a Escocia en la apertura del Torneo y después a la cenicienta Italia, para luego jugar tres partidos claves y con mucha miga: en Gales y en Irlanda, y entre medio frente la mejorada Francia en Londres. Ben Youngs, Owen Farrell, George Ford, Courtney Lawes, Elliot Daly, Jonny May y Billy Vunipola son sus jugadores con más apariciones en este torneo. «Somos seres humanos. Está bien tener tu propia habitación, pero a veces quieres hablar con el tipo que está en la puerta de al lado», ha dicho Vunipola ante la burbuja de seguridad establecida.

A Irlanda nunca se la puede descartar. Ganadora en 2014, 2015 y 2018, tiene un exigente comienzo con su duelo en Gales y la visita de Francia. Después juega en Roma y Edimburgo antes de recibir a Inglaterra en el supersábado del 20 de marzo. El inglés Andy Farrell –padre del jugador Owen Farrell– conduce a un conjunto del trébol que en los últimos años tiene la de 2013 como su peor clasificación (quinto puesto). Earls, Healy, Henshaw, Murray, O'Mahony y, por supuesto, Johnny Sexton, aportan la veteranía al 'quince' de los dos países, dos gobiernos, dos himnos… y una selección.

Ya se sabe que los franceses son impredecibles. Preparan desde hace un par de años una selección ilusionante que esté lista de cara a su Mundial en el año 2023. Y van por buen camino, como se vio en la Autumn Cup y en el Seis Naciones pasado, en el que solo cedieron el título al final ante Inglaterra por el average de puntos. Todos le miran de reojo como un equipo peligroso, aunque no levanta el trofeo desde 2010. Salvo Fickou (29 caps), el resto de la selección es un equipo de futuro con jóvenes de gran proyección. Su Gobierno ha puesto muchas condiciones para competir en el torneo, por lo que será exigente respecto a los protocolos preparados anti-Covid.

Gales recibe este domingo a la rocosa Irlanda, con quien no ha perdido un encuentro en su estadio desde 2013. Tras obtener el Grand Slam en 2019 y disputar el partido por el tercer y cuarto puesto en el último Mundial, el año pasado pincharon al ser cuartos en el Torneo con solo la victoria ante Italia. El neozelandés Wayne Pivac dirige a la selección de un país en el que el rugby es el deporte rey. El legendario Alun Win Jones, Dan Biggar, Faletau, Halfpenny, Ball, Lydiate, Jonathan y Gareth Davies, North, Owens, Tipuric y Williams forman una poderosa columna vertebral.

Escocia sigue inédita con este formato de media docena de selecciones. Fue en el último Cinco Naciones, el de 1999, cuando los del cardo vibraron con su último gran éxito. Debuta en Twickenham, donde no gana desde 1983, y recibirá en 'su catedral' de Murrayfield a Gales, Irlanda e Italia, con otra salida de cuidado a Francia, un rival al que todos consideran como uno de los conjuntos más fuertes. Escocia aún recuerda el 38-38 de hace dos años en Londres, después de ir perdiendo 31-0. El zaguero Stuart Hogg es su deportista con más presencias en el torneo.

A la selección italiana, de nuevo la clara candidata a la cuchara de madera –no gana un partido desde que se impuso a Escocia en Murrayfield por 19-22 en 2015–, la pandemia también le toca de lleno. Así, una de sus estrellas, Mateo Minozzi, ha decidido no jugar este Seis Naciones porque «no puedo vivir otros dos meses en una burbuja». «Quiero ser honesto con Franco Smith (seleccionador) y con toda la afición que cree en mí y que me quiere. Estoy física y mentalmente cansado. Espero que me vuelvan a dar la oportunidad». En las cinco últimas ediciones, Italia se ha quedado con su casillero de victorias a cero. Tommaso Allan es su jugador más experimentado. Con Italia, Escocia, Gales, Francia, Irlanda e Inglaterra en liza arranca este fin de semana la gran fiesta del rugby bajo la sombra de la pandemia. El Seis Naciones no podrá disfrutar de su emocionante ambiente en las gradas, pero al menos consolará a los aficionados a través de las pantallas en estos tiempos oscuros.

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