Jueves, 25 de octubre 2018, 01:34
Es uno de los torneos más fieros de la temporada. Supone, con 550 puntos en juego -50 más que un PGA y 100 menos que un 'Major'- el primer gran botín del curso pensando en la FedeEx Cup (Circuito Americano), aunque se trate de la ... cita que cierra la terna bautizada como Asian Swing. El Mundial HSBC de Shanghai devuelve a la plana mayor del golf al escenario tras apagarse los ecos de la Ryder Cup. Para muchos de los héroes o villanos de la cita de Le Golf National, entre ellos Jon Rahm en el bando ganador, supone el regreso a la competición en una época indefinida del curso. Esta cita es puntuable ya para el 2018-19. «He ganado la FedEx Cup por 34 puntos y los 550 que gané aquí hace un año han tenido mucho que ver, fueron muy importantes», comenta Justin Rose.
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El inglés -que pasará a la historia personal de Rahm como su primera pareja en una Ryder cuando jugaron el viernes en 'Fourballs'- demostró además el año pasado que en el Shenshan International, sede de este Mundial, puede suceder de todo. Había mantenido firmes Dustin Johnson a los demás 77 jugadores que limitan la inscripción (no hay cortes) hasta el domingo, cuando arrancaba en la jornada final con seis golpes de ventaja, que eran ocho respecto a Rose. El estadounidense se metió en los jardines más tupidos y el británico entró en trance con el approach y putt. Media docena de birdies en los segundos nueve hoyos (back nine) le propulsaron a un título que dados los antecedentes de esa edición no había entrado en sus planes.
Este par 72, en el que el debutante mundialista Adrián Otaegui destaca unos pares 5 «que te invitan a ser cauto y jugar a green de tres porque en todos hay comprometido peligro», históricamente parecía haber premiado a los bombarderos, a los pegadores, entre los que se alinea Jon Rahm, al que el jet lag y cierta indisposición física no le dejaron entrar en la pomada un año atrás. Pero el camino más directo al éxito parece precisamente eso, jugar recto. Calle ganada da a pie a green en regulación factible, con unos tapetes con mucho movimiento, pero sin dobles interpretaciones. Un campo que no ejecuta a la primera de cambio el error grave. En 2013 sí ganó Dustin Johnson, pese a anotar en su tarjeta tres doble bogeys. Claro que en el otro plato de la balanza puso 28 birdies. Así le salen las cuentas a cualquiera.
Rahm lidera por ranking un cuarteto español (Cabrera-Bello, Campillo y Otaegui) que tiene muy presente que nunca ha conquistado una prueba tildada como Campeonato del Mundo. Van ya 68 disputadas y los mejores resultados son segundos puestos de Jiménez en el American de Valderrama, García en el Bridgestone y el del morrosko de Barrika hace un año en el Match Play.
La primera jornada arrancaba en la pasada madrugada con Rahm jugando junto a Reed y Noren. Otaegui lo hacía junto a Catlin-Inamori, Campillo con Park-Putnam y Cabrera Bello rivalizaba con Cantlay y Pepperell.
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