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j. m. cortizas
Jueves, 17 de enero 2019, 00:54
Es la cuarta ocasión en la que los focos le persiguen más que a nadie en la parrilla de salida. Es lo que tiene la condición de campeón que defiende título. Sucede en La Quinta (Palm Springs), enclave californiano en el célebre valle de Coachella ... que alberga la manifestación anual festivalera más importante del país en lo que concierne a la música y artes afines. Aquí ganó Jon Rahm un año atrás en un desempate interminable con Andrew Landry. Hasta el cuarto hoyo del play-off no se coronó el de Barrika, inmensamente feliz al recoger el trofeo Bob Hope Memorial, que sujetaba en brazos mientras hacía la señal del tridente como Sun Devil de Arizona State. Vuelve al lugar de los hechos y huelga decir que cotiza al alza en los pronósticos y apuestas.
Porque aunque entre los 156 profesionales del golf presentes en los tres campos que al unísono albergan el Desert Classic en su 60 aniversario suman 234 victorias en torneos PGA -hay 11 exganadores de esta cita y 9 vencedores en Majors-, el grueso de la plana mayor del ranking mundial ha optado por los favores recibidos del HSBC de Abu Dabi, cita con marchamo Rolex Series del European Tour. De salida y por clasificación planetaria, el 'número 1' del mundo, Justin Rose, comparte honores con el vizcaíno (séptimo), tras no haber estado presente en las ocho ediciones anteriores. Rahm ha planificado muy bien su temporada, que no quiere superpoblar de eventos, y comienza este jueves una terna de citas que le llevarán seguidamente también en California al Farmers (que ganó en 2017) y al Phoenix Open, su torneo de casa. Tras parar una semana se estrenará en el Genesis de Los Ángeles (en el que se cierra el conocido como 'West Coast Swing') y acudirá al Mundial WGC de México.
Su concurso en este Desert Classic venía además obligado por su condición de ganador en 2018 y por la presencia entre los patrocinadores-colaboradores de Lagardère Sports, la empresa que le representa, un emporio mundial con 50 años de experiencia y 1.600 trabajadores a nivel mundial. La misma que cuida de la imagen y derechos de Phil Mickelson, que vuelve a coger los palos tras el mediático mano a mano con Tiger Woods en Las Vegas.
Se trata esta convocatoria de La Quinta de un torneo singular. Nació 60 años atrás por la inquietud del actor Bob Hope por colaborar en diferentes acciones sociales que primigeniamente buscaron recursos y fondos para el Eisenhower Medical Center. La estrella de Hollywood era un reclamo brutal para que la cita fuera creciendo en notoriedad, repercusión y presencia de los mejores jugadores. Desde entonces ha superado los 50 millones de dólares destinados a lo que los estadounidenses genéricamente definen como obras de caridad.
Además de los sponsors, la recaudación tiene mucho que ver con el formato proAm que supone que cada jugador vaya acompañado por un amateur durante los recorridos de los tres primeros día. De este modo, el corte se retrasa al sábado y dará continuidad a los 70 mejor clasificados y empatados. Rahm juega junto a Chez Reavie los tres primeros días. Hoy comenzarán a las 19.20 (hora española) en el tee del 1 de La Quinta; mañana saldrán del 10 del Nicklaus Tou
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