Olas de madera en Sopela

«Deporte es igual a salud y vida. Los chavales tienen que comprender desde muy pequeños que es deporte: salud y diversión». Son las frases que lanzó Jorge Fernández a modo de sabio consejo dirigido al colectivo infantil y sus familias. Claro que su promesa fue que volverá a Drop Indoor Sopela. «Vendré a darle aquí también. Todos los deportes de deslizamiento me gustan: surf, windsurf, skiff…».

Para Ana Urrutia «es el complemento perfecto para el surfing nuestro en el agua. En todos esos momentos de pocas marejadas y que no hay borrascas -más o menos de mayo a septiembre- es perfecto para venir, practicar y prepararte para esas marejadas de otoño-invierno». Ahí llegan las olas gigantes, solo aptas para los más avezados.

Para atreverse a cogerlas sirven también estas instalaciones donde hay una ola gigante de madera y un tubo para practicar. Que se lo digan sino a Enara Elorriaga, una sopelostarra de 25 años enamorada de ambos deportes. «La pista es increíble. Lo puedes plasmar mucho en el surf. Tiene cosas que se asemejan a las olas». Igual que Álex Pons, un joven barcelonés de 27 años afincado en Suances (Cantabria), que compite en surf-skate. «Es que vinimos unos cuantos a probar las pistas y alucinamos», dice.

En la fiesta inaugural disfrutó gente de todas las edades. La idea de poner en marcha las instalaciones surgió de varios surfers que peinan canas, como Gorka Yarritu. Empezar como avanzadilla en este deporte en Sopela, cuna auténtica de los surfer en Bizkaia, no fue un camino de rosas para ellos. Cuando la hegemonía de la mar y sus orillas la tenían arrantzales, mariscadores y pescadores aficionados, aparecieron unos chavales que hoy peinan canas con una nueva afición. «Entonces estaba como estigmatizado, estaba asociado a un mundo más hippy de alguna manera», recordó.

Como no podían meterse en el agua algunos días por las condiciones marinas, se consolaron con el skate intentando surfear sobre el asfalto. Eran otros tiempos. Pero hoy en día los niños llenan las escuelas vizcaínas donde aprenden técnicas de un deporte en auge, convertido en olímpico en Japón. Ya hay vascos en circuitos del mundial y donde había una sola tienda de surf, como en Sopela, se han multiplicado. Igual que las tablas en el agua. Este deporte vive un 'boom', que como el skate es imparable para las nuevas generaciones. Por eso han abierto esta infraestructura de más de 2.000 metros cuadrados de última generación, dispuestas para entrenamientos profesionales, cursos regulares, clases y también sesiones libres tanto de surf-skate como del skate tradicional.