El esfuerzo por sacar adelante el Ironman Vitoria-Gasteiz con la presencia de 1.000 triatletas amateur y populares tuvo en la espesa niebla que devoró el pantano de Landa a la hora de la salida su primer contratiempo. La imposibilidad de poder atisbar las ... boyas que permiten marcar el recorrido a los participantes provocó la decisión por parte de la organización de desechar la opción del sector a nado y avanzar con el segundo sector de ciclismo. «En Vitoria nunca nos había ocurrido, pero es algo habitual en el mundo del Ironman. Al ser un evento que se desarrolla al aire libre en diferentes entornos y países, a veces por la niebla, tormentas o la temperatura si el agua está muy fría, se suspende la natación y se convierte en una prueba de duatlón con las mismas distancias» explicaba a EL CORREO, el director del evento Eduardo Martínez.
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Bajo esa premisa que alteró el plan inicial, los triatletas afrontaron el sector de bicicleta con el formato «rolling start» y por parejas. Es decir, salidas programadas en función de tiempos estimados de finalización de cada sector. Algo que, a efectos clasificatorios y de orden de llegada en meta, complica algo más a la hora de situar a los primeros.
Sin presencia de deportistas profesionales, el punto de mira se instaló en los grupos de edad que fueron desde la franja de 25-29 años hasta 75-79 años en hombres y 60-64 en mujeres. El atrevimiento de la pechada de kilómetros que ya de por sí supone los 180 sobre ruedas y los 42 a pie, vino acompañado por el calor, con temperaturas que rondaron los 30 grados y que obligaron a extremar las precauciones con una constante hidratación.
Después de iniciar las primeras pedaladas entorno a las 9:50 de la mañana, el primer triatleta que cruzó la elegante línea de meta situada en el párking del Buesa Arena fue el francés Yannick Matejicek que disputaba la prueba en el grupo más joven de 24-29 años y que finalizó con un buen crono de 7:29:15. «Era mi primer triatlón absoluto. Estoy muy feliz. Espero estar el año que viene en Vitoria. Me encanta esta ciudad» declaraba exhausto tras ser el «primer finisher» al que acompañó el aria Nessum Dorma de la ópera Turandot escrita por Giacomo Puccini.
El detalle le dio un punto más de emoción, compartida por un público que puso ese ingrediente que tanto echábamos de menos en un evento deportivo. El de ayer, se convirtió en el más multitudinario después de más de un año en el que la pandemia nos dejó huérfanos de casi todo. Casi a una hora taurina, a las 17:20, la línea de llegada se inauguraba con la entrada del galo y así un reguero de triatletas, algunos con visibles muestras de fatiga y que tuvieron que ser atendidos por los servicios médicos. Una hora y diez minutos después, llegó la primera mujer. La turca Sera Sayar, ya lo celebró con el público en los últimos 500 metros. Su esfuerzo tras 8 horas, 35 minutos y 26 segundos había merecido la pena.
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La prueba se alarga siempre hasta pasada la medianoche, cuando los últimos en llegar pueden decir aquello de «yo acabé el Ironman de Vitoria». Salvada esta edición de 2021, la organización abre ya inscripciones para 2022, con cerca de 2.000 dorsales ya reservados y con la esperanza de conseguir la anhelada normalidad que pueda traer a la capital alavesa a los mejores triatletas internacionales.
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