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Es tan perfecto que hay que odiarle. Tom Brady es el sueño americano, el mejor quarterback de la historia, quizá el mejor jugador de todos los tiempos. Un ejemplo de superación ya que llegó a la NFL hace 20 años, como número 199 del draft ... reclutado por los Patriots, y con ellos fue creciendo hasta comandarlos a seis títulos. Toda su carrera en las afueras de Boston. Nadie ha ganado tanto. La lista de récords de la liga parece un rosario a su mayor gloria. Y por si eso parece poco, es el marido de Gisele Bündchen.
Brady caló entre los aficionados al football por sus maneras elegantes, y una cierta cadencia a cargar a la derecha. Ser republicano, en estos tiempos, vende. Hasta apoyó, con la boca pequeña, al que por entonces era su amigo Donald Trump. Luego se arrepintió.
Es tan bueno que se hizo un nombre fuera de los campos e incluso fuera de Estados Unidos. Es de los pocos jugadores que el gran público conoce. Ahora que el deporte mundial está parado por el Covid19 regresa él para, por lo menos, dar que hablar. Por sorpresa, más o menos, anuncia 24 horas antes de convertirse en agente libre que no se va a reincorporar a los New England Patriots. Y ayer, que ya era libre tras cortar con su club por 20 años, se filtra que ha fichado por los Tampa Bay Buccaneers. A los 42 años decide pasar de patriota a bucanero. Y aunque suene vacío decirlo, posiblemente no es por los 30 millones que le van a pagar los de Florida.
Porque dinero no le hace demasiada falta al californiano Brady. Nació y creció muy cerca de San Francisco, viendo en directo como Joe Montana cambiaba un deporte tan incomprendido como adictivo. No le quisieron los 49ers y tuvo que buscarse la vida al otro lado del país. No le fue mal. En estas dos décadas, no siendo por mucho de los mejor pagados de la liga, curioso, ha ingresado unos 235 millones de dólares. Entonces, ¿por qué mudarse? Las malas lenguas dicen que no puede más con Bill Belichick, otro de los mitos intocables de este deporte. Belichick es su entrenador. El que le acogió en 2000 y con el que lo ha ganado todo. Pero, al parecer, estos últimos años no le deja jugar como a él le gustaría. Brady, mariscal de campo con galones donde los haya, no puede elegir el pase que dar.
Y eso le ha llevado a buscar fortuna en un equipo joven, fundado en 1974, tres años antes de su nacimiento, que ganó la Superbowl en 2003 y que desde entonces busca sin éxito colarse entre los mejores. Lo tendrá muy complicado, en su conferencia están los Chiefs de Mahomes, nuevo rey de la NFL y los Ravens de Jakcson, MVP de la temporada y aspirante al trono que Mahomes acaba de heredar de Brady.
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