Medio siglo del histórico duelo Spassky-Bobby Fischer

A un lado del tablero, Fischer, de 29 años, ocho veces campeón de EE UU. Nacido en 1943 y criado en Brooklyn, aprende a jugara los 6 años, a los 15 es ya Gran Maestro y deja la escuela para dedicarse al ajedrez. Frente a él, Boris Spassky, campeón del mundo desde 1969. Periodista, casado y con dos hijos, nació en Leningrado en 1937 y fue criado en un orfanato en Siberia. Gana el mundial juvenil a los 19 y se convierte en Gran Maestro.

Fischer multiplica sus caprichos antes de aceptar. Exige renovar la sede de la competición, temperatura de 22,5 grados, aislamiento acústico y cámaras ultrasilenciosas. Un día antes de la primera partida, no da señales de vida. El mismo Henry Kissinger tiene que intervenir. La competición se inicia con nueve días de atraso. El mejor en 24 partidas será el vencedor. En el debut, Fischer comete dos errores de bulto, abandona y no se presenta a la segunda partida. Spassky gana por abandono. La tercera es dos días después. Kissinger vuelve a llamar a Fischer para que juegue.

El 16 de julio, la sala está llena a rebosar, pero los dos adversarios juegan en una pequeña sala contigua por exigencia de Fischer. Spassky pierde, la cuarta partida termina en tablas y en la quinta el soviético abandona. El marcador está ahora igualado pero Spassky solo ganaría una partida más. En la 21 el soviético anuncia su abandono definitivo con 12,5 a 8,5 en el marcador y Fischer se convierte en campeón mundial, finiquitando la hegemonía soviética.

Spassky, deprimido, vuelve a Moscú. Se le prohíbe jugar y el KGB lo vigila pero en 1976 se casa con una francesa y se instala en París. Fischer no volverá a competir a alto nivel.