Hace unos años una marca muy reconocida en material deportivo ideó el proyecto 'Breaking 2' con la intención de que Eliud Kipchoge bajara de las dos horas en maratón. Primero lo intentó en Monza y se quedó a punto, pero al año siguiente con la ... ayuda de los mejores atletas de Nike y con un camión quitándole el viento logró bajar de las deseadas dos horas en los míticos 42.195 metros. El filósofo demostró al mundo que el ser humano no entiende de límites. El proyecto suscitó mucho interés pese a que todos sabíamos que la marca no iba a ser homologable. El 'Breaking' fue un maratón a la carta, sin un reglamento definido, donde al mejor maratoniano de la historia ese día le llevaron entre algodones…

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Este domingo en Chicago hemos presenciado un 'Breaking' a lo femenino, pero reglamentado y homologable. Ruth Chepngetich ha logrado un 'increíble' récord del mundo (2:09:56). Para mí es equiparable a la marca que realizó Kipchoge en Viena (1:59:40), pero con muchas dificultades añadidas. Lo más significativo es que Ruth corrió sin un ritmo fijo. Sólo con decir que el primer 5.000 corrió a ritmo de 3 minutos por kilómetro lo dice todo. Creí que iba a morir en su intento de récord o más bien que jugaba con balas de fogueo y que no llegaría al medio maratón. Me equivoqué. El paso por la media maratón (1:04:16) me decía que por mucho que pinchara, el récord lo tenía en sus piernas.

¿Porqué digo esto? Ruth no es ninguna desconocida. Ha sido campeona del mundo de maratón, ha ganado en dos ocasiones el maratón de Chicago y la evolución de materiales, alimentación e hidratación personalizada le habrá hecho mejorar en su rendimiento deportivo. Además, y es un matiz que tengo que añadir, no corrió sola, siempre fue acompañada de un atleta de su país que le secundó sobre todo en la segunda parte de la carrera que es cuando empiezan las dificultades para cualquier maratoniano y ese compatriota le iba animando y marcándole el ritmo.

Lo que ha ocurrido en Chicago es algo memorable para el atletismo femenino, está a la altura de los récords más prestigiosos; sólo citar a uno de ellos: el récord del mundo de Armand Duplantis en pértiga, 6,26 metros. La marca de Ruth es equiparable a la Armand o incluso mejor.

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¿Qué panorama se avecina? Cuando me preguntan cuándo va a llegar el momento en el que un hombre baje de las dos horas en maratón, mi respuesta es contundente. Creo que tras los Juegos de París vamos a vivir una verdadera revolución de marcas de récord y no sólo en maratón sino en otras disciplinas atléticas. La evolución hace que todos los registros sean mejorables; mejora en los materiales deportivos, investigación, profesionalización, dedicación… Por otra parte, las mujeres tienen más margen de mejora que los hombres. No en vano, la primera mujer que corrió un maratón comercial portando un dorsal fue hace relativamente poco tiempo, cuando Kathrine Switzer corrió el maratón de Boston en 1967.

Los menos creyentes pensarán que lo sucedido en Chicago es mentira, que un récord del mundo no se alcanza con casi dos minutos de diferencia, pero es que la evolución que se ha experimentado en estos últimos años nos lleva a ver estas marcas que nos parecen de otra galaxia; si no miren el histórico, desde 2019 hasta hoy el récord del mundo de maratón femenino se ha mejorado en más de cuatro minutos. No veamos fantasmas donde no los hay, vivimos en una transformación, una evolución en la que tenemos que creer.

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Lo dijo Eliud Kipchoge, no hay límites, todo es mejorable… Y yo os digo: aquí en este planeta no existen extraterrestres, sólo humanos con grandes facultades.

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