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GOrka Seco
Domingo, 5 de julio 2020, 09:30
La pandemia del coronavirus ha marcado un antes y un después, también en el mundo de la vela. El Real Club Marítimo del Abra-Real Sporting Club, que acogió el año pasado el Mundial de la clase J80, ejerce este fin de semana de anfitrión ... con la disputa del XXXV Campeonato de Bizkaia de Cruceros, una de las pruebas más importantes en el Cantábrico. Se trata de la primera cita en el calendario del Real Club Marítimo desde que a mediados de marzo se detuviera en seco toda la actividad deportiva.
Cerca de 40 barcos y 250 regatistas participan entre ayer y hoy en la prueba representada por mayoría vizcaína, pero en la que también toman parte clubes de Castro, Santander y San Sebastián. En esta edición se cumplen 35 años desde que se celebró por primera vez el Campeonato de Bizkaia de Cruceros. El presidente del Real Club Marítimo, Ramón Zubiaga, destacó «lo especial que supone celebrar el aniversario», a pesar de que se tenga que conmemorar en esta situación. «La gente está muy ilusionada», añadió.
Este campeonato despunta entre las regatas programadas en el calendario del club de Las Arenas. «Se trata de una de las regatas técnicas más importantes que se celebran. Estamos encantados con la respuesta que ha tenido la prueba, es un éxito», explicó Eduardo García-Santamarina, director deportivo del club.
Las clasificaciones tras el primer día de competición estuvieron marcadas por el 'Biobizz' vizcaíno de José Azqueta en la clase J80, por el 'Yamamay' cántabro de Pablo Santurde en la clase Regata y por el 'Kribi' guipuzcoano de Juan Manuel Pereiro en la clase Crucero. A pesar de las ganas que había por navegar, el viento no ayudó. Estuvo rolón y complicado en la primera manga, pero algo más entablado durante la segunda.
Aún así, lo más importante para los deportistas es poder volver al mar después de tanto tiempo. A tan solo minutos de salir a competir, Marine Lescan du Plessix, tripulante del 'Mandovi', explicó lo duro que ha sido para los regatistas no poder navegar durante el encierro. «Estar confinado y ver el mar vacío ha sido doloroso. Volvemos con muchísima ilusión. Es lo que más nos gusta hacer en el mundo y, además, nos da mucha libertad».
Ana Pujol, patrona del Dorsia Sailing Team, es la primera vez que vuelve a montarse en su barco tras cuatro meses de parón. «A base de entrenar y haciendo muchas reuniones de equipo hemos mantenido la motivación».
De cara a evitar posibles contagios entre los regatistas, la organización impuso una serie de normas a seguir. Todos los deportistas deben llevar puesta la mascarilla y mantener las medidas de distanciamiento en las instalaciones hasta el momento que suelten amarras. «Si se mantiene el control, lo normal es que no haya contagios», puntualizó García-Santamarina.
A la entrada de los pantanales Mónica Fernández y Leticia Gandarias, ambas médicos y jueces, toman la temperatura a los regatistas. Además, se realizaron test Covid-19 de forma aleatoria entre los participantes.
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