'Nany' Suárez: «Kerman es muy cuadriculado y yo soy todo lo contrario»

'Nany' Suárez es asturiana y vizcaína a la vez. El pasado 28 de agosto se proclamó campeona de Europa de peso minimosca al batir a una francesa con un apellido que intimidaba, Marie Connan, en la localidad gala de Vendome. Para 'Nany' era la recompensa tras su retorno a los cuadriláteros. Apenas unos días después, Kerman agarró otro cinturón continental. Ya tenía en su palmarés el título wélter y ahora, el superwélter. Los dos deportistas, en el acto de homenaje de la Diputación, se acordaron del equipo técnico que les prepara, encabezado por Ibon Larrinaga. «Nosotros hacemos lo fácil, que es poner la cara. Cada día cuando llegamos a entrenar, ya está todo preparado».

Lejarraga disfruta de esta nueva etapa en su carrera deportiva. «Hay Kerman para rato», dijo antes del último combate. Lo corroboró sobre la lona. Cuando le preguntaron por iniciar otra aventura en los Estados Unidos, contestó: «Hay que tener los pies en el suelo». 'Nany' y él comparten guantes y vida. «Ser pareja de un boxeador igual sí es una ventaja; ser pareja de Kerman, no«, dijo con una sonrisa. »En los eventos que participa él no entro yo y al revés. Por la cosa de los nervios. Sería una presión añadida y tenemos que estar centrados. Además, siempre quieres compararte con lo que tienes al lado. Y es muy difícil compararse con Kerman», señaló Suárez. Lo explicó: «Es un estricto, muy cuadriculado. Y yo soy todo lo contrario. No hay manera de compararse con él».

El título minimosca que ha conseguido se lo debe en parte a él. «Me ayudó a volver a boxear. Me decía que no podía dejarlo así. Y menos mal que le hice caso». Juntos comparten sus dos trayectorias deportivas. «Lo paso peor cuando pelea él. Cuando estás ahí arriba controlas lo que sucede. En cambio, los que están abajo lo pasan fatal, fatal», comentó después de levantar con Lejarraga los dos cinturones en el Palacio foral. «Es la recompensa por todo lo que nos ha costado llegar. Han sido muchas piedras en el camino y al final nos ha salido bien».

El descanso será breve. «Un par de semanas», apuntó el diputado. «Una», recortó Lejarraga. Un premio breve tras tantos meses de trabajo. Una semana de vida normal en la casa de los campeones de Europa. «Salimos a desayunar, a la playa, a dar un paseo. Quedamos con los amigos. Hacemos cosas sencillas que normalmente no podemos hacer. Es, en cierto modo, hacer durante una semana lo que queremos», describió 'Nany'. Luego, otra vez a amarrarse los guantes.