Juan del Campo y Aingeru Garay: dos vizcaínos en la élite del esquí mundial

Del Campo y Garay atienden la llamada de EL CORREO desde la localidad sueca de Kaabdalis-Storklinten, en el Círculo Polar Ártico. Allí, a casi cuatro mil kilómetros de Euskadi, han hecho el último 'stage' de pretemporada durante las últimas tres semanas antes de afrontar la competición. «Estamos un poco cansados porque se hace muy duro, hace mucho frío. La pista está dura porque la meten agua y eso cansa a nivel articular», dice Del Campo. Nacido en Bilbao en 1994, se encuentra en plena madurez deportiva. El año pasado obtuvo el puesto número 21 en el mundial de eslalon, su disciplina favorita, donde busca mejorar sus resultados: «Queremos estar ahora entre los 15 y los 20 mejores».

«Las sensaciones son fantásticas. Cada temporada es un mundo, pero hay confianza», lanza Del Campo, que confiesa un cambio en sus entrenamientos. «Me he tomado con más calma la preparación. No me he centrado en ir más rápido, sino en la técnica, en la forma de la curva». También incide en que el aspecto mental «es muy importante». El norte de Suecia ha sido el último escenario de una planificación que le ha llevado en dos ocasiones, en total seis semanas, a la exótica Ushuaia, en la Tierra del Fuego ubicada al sur de Argentina. Por tanto, en pocos meses se ha ejercitado en ambos polos del planeta.

Juan del Campo ha recorrido todo este camino junto a Aingeru Garay. Natural de Galdakao, es más joven (1998) que su compañero. Ambos son dos de los tres esquiadores españoles que competirán en el campeonato del mundo. El tercero es el catalán Quim Salarich, quien ha compartido junto a los vizcaínos las más de 50 sesiones de pretemporada a los mandos del nuevo entrenador del equipo nacional, el británico Noel Baxter. En Suecia, de hecho, han entrenado en la misma pista que otras potenciales mundiales como Gran Bretaña, Estados Unidos, Croacia o Bulgaria. Es decir, con los que serán sus próximos rivales. Un peculiar trabajo en equipo en un deporte individualista. «Te mides unos con otros y vas puliendo detalles», indica Garay, que encara su segundo campeonato del mundo. Él también compite en la disciplina denominada gigante, donde es el actual campeón de España –Del Campo fue plata–, pero al tener un ranking más bajo no la va a priorizar. «Me perderé las primeras pruebas del campeonato de Europa por centrarme en eslalon».

Subcampeón nacional de esta última, quiere mejorar el puesto número 35 que obtuvo en su estreno en un campeonato del mundo. «El objetivo es estar entre los 30 mejores, en top-15 europeo. El año pasado tuve una buena temporada, pero estoy preparado para mejorarlo. Me encuentro mejor que nunca y hay ganas de empezar». El 30 no es un número al azar. En esquí, es el puesto que hay que alcanzar en la primera manga para poder disputar la segunda definitiva, la que reparte los puntos. Funcionamiento similar al de un torneo de golf o las clasificaciones de los deportes de motor.

Con una pretemporada tan exigente y un calendario tan condensado, unido a la ausencia de pistas de nieve en el territorio y la comunidad, Del Campo y Garay echan en falta poder pasar más tiempo con los suyos. «Es muy ajetreado, no paras quieto. Volveré unos días por Navidad pero hasta febrero o marzo el ritmo es alto», dice el bilbaíno. «Siempre que puedo me paso por Galdakao a ver a la familia y los amigos, pero se hace difícil», aporta Garay. Por delante tienen meses donde descenderán las montañas más imponentes de Europa y hasta alguna de Estados Unidos.