Txelu Fernández fue subcampeón en el Mundial celebrado en Italia. e. c.
Txelu Fernández | Sucampeón mundial de veteranos

«El gran triunfo de Fischer me llevó al club de ajedrez»

«Los torneos de maestros de Bilbao fueron una referencia mundial por la calidad de los participantes y el gran nivel de organización»

Domingo, 11 de diciembre 2022, 23:37

Txelu Fernández, el gran maestro vizcaíno de 68 años, campeón absoluto de España en 1989 y 2001, se proclamó hace dos semanas en Asís (Italia) subcampeón del mundo de veteranos. Fue un éxito extraordinario -sólo le superó el legendario John Nunn-, con el mérito añadido ... de haberlo logrado solo cinco meses después del fallecimiento de su hijo Borja.

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- ¿Cómo transcurrió la final del Mundial de Veteranos en Asís?

- Para este campeonato había hecho una buena preparación física y técnica. Me encontré creativo. El torneo fue entre 192 jugadores y yo era el 7 del ranking. Los seis primeros eran muy fuertes, aunque es verdad que el número 2, el francés Vaisser, y el número 3, el alemán Knaak, no estaban en su mejor momento de forma. En la novena ronda me enfrenté con negras contra el inglés John Nunn, un gran matemático, un niño prodigio que a los 15 años entró en la Universidad de Oxford. Una imprecisión mía le dio ventaja y ganó en 43 jugadas. Perder con negras contra el número uno era probable, solo quedaba recuperarme y salir con más fuerza en las dos últimas rondas. Mi victoria contra Werner me llevó a la última.

- Estuvo cerca del triunfo.

- Jugué contra el danés Jans Kristiansen y gané en 66 jugadas. Si Nunn perdía y yo ganaba, sería campeón. Pero el inglés, desde la apertura, siempre tuvo ventaja y terminó venciendo. En el desempate con un grupo de cuatro jugadores se refrendó mi subcampeonato.

- El reputado periodista Leontxo García, una referencia, definió algunas de sus victorias en este torneo como vibrantes. ¿Cómo resume su campeonato en Italia?

- Todo se puede mejorar, pero estoy contento con mi juego y creatividad. Lo resumiría de esta manera: jugué sin miedo y sin precauciones, buscando la iniciativa.

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- Ha sido subcampeón solo cinco meses después del fallecimiento de su hijo. Es una medalla muy emotiva.

- Mi hijo Borja estuvo en mis pensamientos, en los paseos, esperando las respuestas de mis contrincantes…

Leer hasta el amanecer

- ¿Cómo le llegó su pasión por el ajedrez? Su padre veía la luz de su habitación de noche y pensaba que estaba estudiando medicina.

- Siempre me ha gustado el ajedrez, desde los seis años. Mi aita José Luis, médico pediatra y aficionado al ajedrez, me inculcó el placer que le daba resolver problemas. Nos regalaron el libro 'Gambito de Rey' de Paul Keres. Lo leí y seguí jugando partidas con mi hermano mayor, Josu. Luego, sobre los 10 años, lo dejamos. Luego me marcó el famoso match entre Spassky y Fischer en Reikiavik en julio de 1972. El gran triunfo de Fischer me llevó al club de ajedrez de mi pueblo, Portugalete, donde viví con mi familia mis primeros 24 años. Me apasionaba tanto la belleza de las partidas de los libros, 'Los grandes Maestros del tablero', de Reti, por ejemplo, que recuerdo empezarlos al acostarse la familia y acabarlos amaneciendo. Mis estudios de medicina tenían un gran rival: el estudio del ajedrez de forma autodidacta.

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- ¿A qué jugadores famosos ha conocido desde entonces?

- He tenido la suerte de jugar y compartir experiencias con una lista grande de campeones mundiales como Vasily Smyslov, Tigran Petrosian, Mijail Tal, Boris Spassky, Garri Kasparov, Anatoli Karpov, Vladimir Kramnik, Viswanathan Anand, Veselin Topalov... Mi primera Olimpiada fue en Lucerna, donde compartí equipo con históricos del ajedrez español como Arturo Pomar, Jesús Díez del Corral, Juan Manuel Bellón, Antonio Medina, Román Torán, Ángel Martín y Javier Sanz. En 1978 abandoné mis estudios de medicina y me fui a residir a Barcelona. Me fichó la Unión Graciense de Ajedrez (UGA), donde compartí equipo con Arturo Pomar, Javier Ochoa (actual presidente de la FEDA) y Guillem Buxadé.

- ¿Por qué se fue a vivir a Tenerife?

- En 1978 conocí a mi mujer Marta Mendoza, que es tinerfeña. Es jugadora y en los campeonatos de España de La Toja -por primera vez los campeonatos absolutos y femeninos fueron en la misma sede y fecha-, nos enamoramos. Un año después nos casamos. Al tener dos hijos nos planteamos ir a vivir a Tenerife, donde llevo casi 40 años.

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«Está demostrado científicamente que el ajedrez es una gran herramienta pedágogica»

educación

Herramienta pedagógica

- Su categoría es la de más de 65 años. ¿Cómo cree que influye el ajedrez para evitar las enfermedades mentales?

- Los estudios científicos demuestran la importancia del ejercicio mental para retrasar la aparición del deterioro cognitivo.

- ¿Y el ajedrez como herramienta pedagógica en los colegios?

- El ajedrez, está demostrado científicamente y con numerosas pruebas estadísticas, es una gran herramienta pedagógica desde la más temprana edad. La práctica del ajedrez en los colegios mejora la comprensión lectora, la toma de decisiones, desarrolla la lógica, el pensamiento, la creatividad y aumenta la concentración y la memoria enseñando a planificar y prever.

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- ¿Qué recuerdos tiene de aquellas maravillosas finales de maestros que se hacían en Bilbao?

- Aquellos torneos fueron un referente mundial por la calidad de sus participantes y por el gran nivel de su organización.

- Para experiencia, en cualquier caso, sus nueve Olimpiadas.

- Sin duda. Las Olimpiadas de ajedrez son algo muy especial, con más de 150 naciones y más de 2000 personas reunidas. Son la gran fiesta del ajedrez.

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- Suele decir que uno de los torneos que más le impactó fue en Jurmala (Letonia). ¿Por qué?

- Sí, Jurmala, un balneario cerca de Riga, de la extinta URSS, ahora Letonia. Fue una invitación recibida para jugar un gran torneo en 1983. 14 jugadores, cinco de ellos extranjeros y nueve jugadores de repúblicas soviéticas. Estaba el mítico y excampeón mundial Mijail Tal, el héroe local. Mi resultado deportivo fue muy bueno y terminé el cuarto por delante de Tal. Para mí, que venía de un país donde ser ajedrecista era como ser un marciano, estar en Jurmala era como estar en el paraíso. Tenía la sensación de que mi hogar estaba en una sociedad muy diferente a la mía.

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