El 'Good Boy' saca un diez

La pelea estelar del cartel 'Winter On Fire IV' comenzó a las 23.45 horas. Y la marea azul que sigue al 'Good Boy' se dejó notar desde el primer segundo. Sabía que Jon Míguez estaba ante la principal amenaza de su trayectoria. El primer asalto, en el que púgil local llegó a resbalarse, fue de tanteo. Pero ya se vio desde ese instante que Míguez boxeaba más tranquilo, con mucha técnica y serio, haciendo el mínimo desgaste. Es costumbre en él ir de menos a más, acortar distancia y comer el terreno al rival. Metió manos desde el principio arriba y abajo. Jon 'Good Boy' apuntaba las mismas maneras que trasladó en noviembre del año pasado en el BEC, cuando venció a los puntos al incómodo púgil marroquí Abdessamad Nechchad.

Ya en el tercer asalto, en su parte final, le tuvo al ucraniano a su merced al acertar con un par de golpes. Míguez era muy preciso en sus golpes, esquivaba bien y quitaba las manos del contrario, como se descubrió en el frontón Bizkaia. Y el ucraniano no era manco. Peleó como un tipo duro, con oficio, bastante bien preparado y con un gran fondo. El 'chico bueno' le tuvo en algunos momentos abrasado. Como al final del cuarto asalto, cuando le soltó un buen gancho.

En el quinto 'round' Kurasov se recuperó, pero el público veía bien en todo momento al getxotarra. Entre el séptimo y octavo asalto se comunicó la buena noticia de que Sergio 'El Niño' García se había proclamado campeón de Europa. Y poco tiempo después, ya entrado el domingo, Jon Míguez se adjudicó el del Mundo Junior. Kurasov era peligroso al llegar el décimo y último asalto en desventaja. Y Míguez tenía el cinturón en su poder. Con todo, siguió con su propósito de dar espectáculo después de 30 minutos pegándose. Con el sonido de la campana, la marea azul lo tuvo claro. El 'Good Boy' había ganado. Sobresaliente para un gran y joven boxeador que dará mucho que hablar.

Míguez, como rezaba la pancarta colocada en una de las tribunas, sigue persiguiendo sus sueños. Lo consiguió tras una gran pelea ante un más que digno oponente que nunca bajó la guardia. Después de levantar los brazos como vencedor, Jon atendió a los medios y recibió el cariño de su marea. Nunca vio peligrar la victoria en un duro examen que lo aprobó con la mejor nota.