Bermeo, una fiesta por todo lo alto

Una pantalla gigante esperaba a la afición de Urdaibai en la zona más elevada de Bermeo. Algunos entusiastas ya han tomado asiento a las once de la mañana sobre el petril del parque de Tala, la atalaya de esta villa de bogadores. Los ingredientes están preparados para una gran celebración. El aroma a alegría y buena cocina inunda el ambiente desde las cazuelas del concurso de sukalki incluido en las fiestas locales.Algunos cocineros miran de reojo a las imágenes de la regata femenina. Desde las carpas. Había condimentos para hacer un buen plato para la cuadrilla y para festejar el triunfo de su trainera en La Concha. «Va a ser un día del copón, con los amigos, una buena jamada y la 'Bou Bizkaia' ganando en Donosti. No se puede pedir más», explica muy sonriente Josean bajo la carpa de su grupo gastronómico.

Hay satisfacción por todo y en todo lo alto de Bermeo. Algunas turistas nórdicas miran sorprendidas al público que comienza a reunirse en Tala frente a la pantalla. Los mayores, más madrugadores, se han sentado en el murete y a la chavalería no le importa probar el duro asfalto para seguir a los suyos. Aparecen más delantales detrás de los espectadores más veteranos. Cuando ha concluido la actuación de las embarcaciones femeninas, llega el avituallamiento en la txosna para aprovisionarse de bebida y un pequeño. La hora decisiva se acerca.

Tras algunos aplausos a Ondarroa, que remaba en la primera tanda, unas trescientas personas se unían en elparque de Tala para animar a Urdaibai. Arranca la regata esperada y comienzan a empujar a los 'txos'. «Venga, chavales, a por el récord». Los aplausos crecen cuando la 'Bou Bizkaia' alcanza la boya en un pulso con la trainera local. En las improvisadas gradas siguen atentos la competición desde chavales de Primaria hasta ancianos con la mirada fijada en su trainera. Una señora ha desmontado su andador para convertirlo en una silla en un lugar preferente, en primera fila, delante del resto y protegida por la sombra de los plátanos. Un vecino al menos septuagenario no ha querido perderse el acontecimiento y ha subido a la sala de cine con sus dos bastones.

Urdaibai toma la cabeza en el largo de vuelta y aumentan las ovaciones. Con cada segundo ganado a Donostiarra se multiplican los silbidos y los gritos de ánimo. «A mantener, a mantener», dice en euskera uno de los fogoneros. «Epa ahí», «A por el récord», gritan sus compañeros. Urdaibai entra en meta en la primera posición y la felicidad se dispara entre los trescientos espectadores reunidos en Tala. El sukalki será el postre de una mañana gloriosa en Bermeo.