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Las felicitaciones se le acumulan cuando pisa la redacción de EL CORREO y las miradas se centran en esa medalla histórica para el atletismo vizcaíno. ... Es la primera en un campeonato de Europa y aunque su nombre no está grabado en ella, pertenece a un Markel Fernández (Sopela, 2003) que mira con atención el lugar donde el domingo se relató cómo formó parte de ese relevo 4x400 que completaron Manuel Guijarro, Óscar Husillos y Bernat Erta con el que España conquistó la segunda plaza en el Europeo de short track de Apeldoorn (Países Bajos). Medalla de plata y atleta viajaron el lunes a Bilbao y ayer a primera hora estaban en la redacción para expresar su felicidad por un hecho inolvidable para el atletismo. «Estoy muy feliz de ser el primero» en conseguir tal logro. «Esta medalla la voy a recordar toda la vida», expresó el velocista vizcaíno de 22 años.
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Sentado en el centro de la redacción, Markel explica los detalles de un campeonato de Europa de pista cubierta que ha sido completo para sus intereses. Primero se estrenó a nivel invidivual en 400 metros, donde logró sus objetivos de clasificarse para semifinales y «correr lo más rápido posible», en este caso, con un nuevo récord de Euskadi (46.19) que rebajaba en cinco sentésimas su propia marca. Ningún atleta vasco ha corrido la distancia más rápido que él, ni en indoor ni al aire libre.
En semifinales tuvo una carrera muy complicada, «donde me choqué con dos atletas» y se quedó fuera de la final, pero aún así su octavo puesto colmó sus aspiraciones personales, antes de tomarse la revancha de hace dos años con el relevo cuando España se tuvo que conformar con la cuarta plaza en Glasgow 2023, en el que fue su debut internacional en categoría absoluta. «Aquello fue un palo bastante duro, la verdad. Y el pasado año tuve una mononucleosis que me limitó mucho y al final me quedé sin ir a los Juegos, que era el gran objetivo. Así que esta temporada dije que no me perdía nada y de momento he traído una medalla para Bizkaia. Ahora el objetivo es ir al Mundial de dentro de dos semanas en China», en el verano estar presente en el Mundial al aire libre de Tokio y en un futuro más lejano, soñar con los Juegos. «Los Ángeles 2028 no se me va a escapar. Hay que soñar para tener un objetivo y ser ambicioso», admite con una sonrisa.
Eso forma parte del futuro deportivo de Markel Fernández, lo que está por llegar en una carrera que prácticamente acaba de arrancar. Pero de momento se agarra a esa medalla de plata que brilla con las luces de la redacción y que sirve para compensar «esos días que no son tan buenos o situaciones complicadas como cuando fui hace un mes a correr a Kalsruhe (Alemania)». El atleta vizcaíno tuvo que correr en el extranjero para buscar la mínima y acumular puntos en un complicado sistema clasificatorio que le llevó a Apeldoorn. En Alemania fue uno de esos días donde todo salió mal. «Invertí tiempo y dinero para competir y me quedé sin correr porque hice una salida nula. Pero todo esto te hace aprender y madurar y ahora ganar una plata recompensa todo el trabajo y toda la inversión», admite Markel.
Su actuación en el relevo tuvo el reconocimiento de sus propios compañeros de equipo. «Markel está loco», resumió un veterano como Husillos, mientras Guijarro admitía que «nadie esperaba que Markel hiciera lo que hizo».
El protagonista lo cuenta así: «Sabíamos que nos correspondía una calle mala, pero no tan mala como nos tocó en el sorteo porque la calle uno es la peor. Era un 'marrón' y el principal para mí, porque me tocó salir primero. Es duro porque te limita mucho respecto a tus rivales. Había varias opciones pero el que más valentía suele demostrar en las salidas consideraron que era yo y había que jugársela».
– ¿Cómo lo hizo?
– Me dijeron que el objetivo era colocarme a rueda a cola del pelotón, no quedar descolgado en esa salida y tratar de superar a alguno antes de entregar el testigo, pero lo que no se esperaban es que saliera tan fuerte, que superara a dos rivales antes de la calle libre, ir a rueda y ganar posiciones en la entrega. Todos hicieron un trabajo excelente, pero hubo que trabajar muy duro y el resultado fue esa medalla de plata y el récord de España.
Un atleta agradecido
Con este resultado Markel Fernández ya está instalado en la élite nacional de los 400 metros, pero poco ha cambiado en aquel chaval que estudiaba en la ikastola Ander Deuna de Sopela y que probó diferentes deportes –«desde pelota a ciclismo, pasando por el fútbol»– hasta que descubrió el atletismo de la mano del Berango Atletismo. «No me lo creo ni yo, porque empecé en fondo, hacía cross y 1.500, y mira ahora, especialista en 400 metros», sonríe mientras recuerda a alguien fundamental en su proyección. «Nadia Castelo ha sido esencial en mi trayectoria deportiva. Para mí siempre va a ser de mi equipo», agradece Markel a la que fue su entrenadora hasta el pasado año en Fadura.
Ahora lo hace con Iago Hermida en Zorroza. «He tenido la suerte de encontrarle y juntos estamos haciendo grandes cosas», explica un atleta que no piensa en introducir cambios en su vida deportiva. «Está claro que para un atleta lo mejor es vivir en un Centro de Alto Rendimiento donde tienes todo a tu alcance. En Bilbao tengo una buena pista pero todo es mejorable porque no tenemos una pista cubierta como tienen otros atletas. Y sí, ahora tendría la posibilidad de ir a un CAR, pero estoy bien en casa. Allí sería todo atletismo y aquí tengo a la familia y amigos que me ayudan a desconectar».
Es hora de irse y Markel guarda una medalla histórica. La primera del atletismo vizcaíno en un campeonato internacional absoluto y que estuvo de visita en la redacción de EL CORREO.
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