Fútbol de Álava

La Federación alavesa llama de urgencia a los clubes para atajar el mal estado de los campos

Sería la decisión más extrema y que, en el fondo, todos temen. No hay que olvidar que cada fin de semana en Álava se celebran 340 partidos, en los que participan 11.000 futbolistas con licencia desde edad escolar hasta senior. Y que la gran mayoría de ellos –en torno al 70%– se disputan en los 16 campos municipales de Vitoria, distribuidos en once instalaciones. Por lo que la clausura de alguno de ellos abriría una grieta enorme. Si ya de por sí encajar todos los encuentros resulta un rompecabezas, el hecho de restar, al menos, una plaza de la ecuación pondría en jaque el calendario.

Las miradas se centran sobre todo, en los cuatro campos de Vitoria que piden a gritos una renovación: Olaranbe, Zaramaga, Sansomendi y Adurtzabal. Todos ellos de titularidad municipal y que acumulan cerca de dos décadas de antigüedad. Fuentes de la FAF confesaron que el estado del césped en ellos es «crítico»: a las líneas levantadas se suman los socavones y los parches, unas tiritas que no consiguen tapar las heridas. Estas condiciones han derivado en que «algunos jugadores se hayan negado a jugar», tal y como revelan los propios clubes.

En las últimas semanas, operarios del Ayuntamiento actuaron, al menos, en estos cuatro terrenos de juego, los de mayor gravedad, para tratar de reconducir la situación. Sin embargo, los equipos que compiten en ellos coinciden en que los trabajos realizados han sido estériles. Los parches que periódicamente se colocan se levantan con gran facilidad y los socavones se han convertido desde hace tiempo en un rival más para los futbolistas. Fue ese estado y las quejas recibidas las que llevaron a la Federación a analizar de nuevo 'in situ' el estado en el que habían quedado los terrenos de juego y, posteriormente, a tomar cartas en el asunto.

No son los únicos que están bajo lupa. La radiografía realizada a los 16 campos municipales de hierba artificial muestra un estado preocupante en otros tres más: Betoño, otro en Olaranbe y Aranbizkarra. El chicle ya no da más de sí. La vida útil de uno de estos terrenos de juego ronda los ocho o diez años. Estos superan la mayoría de edad. Por poner un ejemplo: para jugar competiciones de ámbito nacional, la RFEF obliga a cambiar el 'verde' cada ocho años. En su defecto, a pasar un examen de calidad. Esto último llevó al San Ignacio a mudarse a Los Astrónomos.

Contenido de la reunión

La medida de la Federación alavesa va encaminada en dos direcciones. En un primer momento, el órgano del que depende el fútbol en Álava ha recopilado todas las actuaciones que se han realizado en cada campo en las dos última décadas: desde el cambio de césped hasta arreglos, reparaciones del regadío o porterías, entre otros ejemplos. Una especie de histórico para que conozcan de primera mano cómo es ha ido trabajando. Este documento lo han recibido ya a los clubes con representación en deporte escolar y fútbol federado.

Y, de forma paralela, la junta de la FAF decidió convocar a los dirigentes de estos equipos a una asamblea extraordinaria. Al fin y al cabo, trabajan a diario en esos campos, por lo que son los que mejor conocen el nivel del deterioro y pueden aportar la fotografía más fidedigna. La reunión no busca ser sólo una escucha activa, la idea es que de ella se salga con una posición conjunta. Decidir entre todos cómo atajar este problema. Y encima de la mesa está la posibilidad de cortar por lo sano y que se acuerde no celebrar partidos en los campos que presentan peor estado, como ya han solicitado en los últimos tiempos algunas entidades.

Desde la Federación insisten en que la única solución pasa por «acelerar los ritmos», en relación a la renovación de los campos. Hace dos años ya dejaron de manifiestos que la planificación actual es «ineficaz». Y el escenario apenas ha variado desde entonces. Un campo al año es insuficiente para reconducir la situación. Hace falta realizar una inversión de calado para rehabilitar los cuatro campos más deteriorados. A este ritmo, en cuatro años podrían estar aún peor», consideran desde la FAF.

Porque en esa hoja de ruta municipal, el siguiente en el que se actuará es Olaranbe. «En el resto, se realizarán arreglos puntuales en base a las prioridades», señalan las fuentes municipales consultadas por este periódico. Una solución que para la federación es «insuficiente».

Desde la FAF remarcan que «durante estos cuatro años de mandato la comunicación con el Ayuntamiento es fluida» y que se han mantenido diferentes reuniones para tratar de desbloquear la situación. Sin embargo, son conscientes de que la situación obliga a actuar. De manera que ponen otra solución encima de la mesa. En varias ocasiones han planteado la posibilidad de asumir desde la Federación la renovación de algún campo, a cambio de cederles su uso durante un periodo determinado.