«Nos espera nieve, nieve y más nieve, pero será un juego bonito con la montaña»

- ¿Alex, por qué el Manaslu?

- Porque es una de las montañas más bonitas de Nepal. Tengo un recuerdo excelente de ella cuando la hice con Edurne Pasaban y todo su equipo en 2008. Y después del año tan complicado que hemos pasado tenía ganas de cambiar de registro, de intentar un ochomil nuevo tras cuatro años en el Everest y el K2. Y, te voy a ser sincero, también porque es una montaña más 'económica'.

- Ha influido el hecho de que no tenga una ascensión invernal integral?

- No. Por eso no ha sido. Estuve pensando también en el Dhaulagiri, Makalu, incluso algún sietemil... Y al final pensé «creo que es el momento de aprovechar los conocimientos que hemos adquirido en invierno para intentar una montaña que nos de más opciones de cima que las últimas, Everest y K2».

- Es un montaña considerada 'fácil', comercial en temporada alta, ¿Qué se van a encontrar en invierno?

- Es la primera vez que voy así que cuando estemos allí te lo diré. Pero recuerdo perfectamente las palabras de los Iñurrategi y Josu Bereziartua en 1997, cuando volvieron del intento invernal que hicieron y se quedaron a 7.400 metros: Nieve, nieve y más nieve. Y lo mismo le ha pasado a Simone Moro las dos veces que ha estado. En 2019 le cayeron seis metros de nieve en 3 días. Así que va a ser un juego muy bonito entre nevada y nevada, entre la montaña, la meteo y nuestra intuición y experiencia...

- Bonito... y peligroso.

- Sí, sí. Evidentemente. Pero me atrae ver si seré lo suficientemente astuto. Si tendré la suficiente intuición para abrir las puertas de la montaña...

- También es un contraste absoluto respecto a lo que ha encontrado en los ochomiles: frío y viento de sobra, pero apenas nieve.

- Ese es precisamente otros de los alicientes. Quiero enfrentarme al invierno en una montaña con nieve. Es lo que me falta por conocer.

- Estrategia, ruta...

- Veremos. Una vez que estemos allí y veamos las condiciones de la montaña, decidiremos. En principio la ruta será la original japonesa por la vertiente noreste y la expedición será ligera, con tres campos de altura como mucho, aunque más por seguridad que por otra cosa. Creo que tenemos experiencia suficiente para poder hacer el ataque usando un solo campo intermedio, dos a los sumo.

- Simone quiere subir también el Pináculo...

- Sííí. Lo sé, lo sé. Ya lo hemos hablado. Es la montaña más alta del mundo sin llegar a los ocho mil metros y la tiene en la cabeza desde hace tiempo. Veremos... Desde luego es un objetivo bonito pero también complicado. Sería como subir otro ochomil. Casi se podría considera la primera travesía invernal de ochomiles y la exigencia es brutal. Si nos vemos con fuerza...

- ¿Conoce la polémica sobre el punto más alto de la montaña? ¿Tiene claro cuál es?

- Sííí!! Jajajaja. Está claro. De hecho, allí arriba se ve bastante claro. El que no sube a ella no es porque se confunde, sino porque prefiere evitarse la cresta final. Aunque tampoco hay que sacar las cosas de quicio. Hay años que la propia nieve acumulada puede dar más altura a una punta o a otra, que se diferencian en apenas un metro. Lo que está claro es que documentaremos bien la cima con fotos y lo que haga falta para evitar dudas posteriores.

- Repite con Simone Moro de compañero tras el Nanga Parbat en 2016. ¿Cómo ha surgido de nuevo la alianza?

- En mayo hablamos por primera vez de nuestros próximos planes. Y no tardamos en ponernos de acuerdo para ir juntos al Manaslu. Él me insistió que quería una expedición pequeña, prácticamente los dos solos, y yo le convencí de que si éramos alguno más, tendríamos más posibilidades si, por ejemplo, la montaña está cargada, como casi seguro pasará, y hay que abrir huella. También era reticente a llevar sherpas, pero yo le expliqué que en mis expediciones los sherpas no son guías ni porteadores, sino compañeros de cordada con los que trabajamos codo con codo. De hecho Chhepal y Khundal, los dos que vienen ahora con nosotros, me consideran tan compañero de cordada que han rechazado ir al K2 con Seven Summit en la macroexpedición comercial que se ha montado allí ganando el triple para venir conmigo. Así que tras dejar todo esto claro, Simone y yo nos pusimos rápidamente de acuerdo y aquí estamos.

- Son los dos ochomilistas con más experiencia de la última década en invernales. ¿Qué se pueden aportar mutuamente?

- Creo que nos complementamos muy bien. Simone tiene muchísima experiencia en la montaña pero quizás no la tiene tanto en liderar equipos, porque sus expediciones siempre han sido de dos o tres personas como mucho. Y sin embargo yo ahí creo que le puedo aportar mucho. Y luego físicamente por la diferencia de edad quizás yo esté algo más fuerte, pero él puede aportar más fortaleza mental. En el Nanga demostramos que como equipo podemos funcionar muy bien y creo que en el Manaslu puede repetirse.

- Estamos ante una cordada de futuro?

- Por mi parte estaría encantado. En los últimos años yo siempre le he invitado a venir conmigo. Quizás el problema sea más que tenemos patrocinadores distintos, cada uno con sus intereses comerciales.

- ¿Volveremos a ver iglús en el CB del Manaslu?

- Desde luego. Si podemos los haremos. Sabemos que es un campo base con nieve. Cuando lleguemos veremos si la nieva es apta, y si lo es sin duda los construiremos. Las ventajas y comodidades que suponen para la vida en el CB son infinitas como hemos comprobado en expediciones anteriores.

- ¿Y en los campos de altura?

- Técnicamente también se podrían hacer. Pero tendremos que ver si compensa el desgaste físico que suponen con el uso que les vamos a dar. Aunque tendríamos que señalizarlos muy bien porque se mimetizan a la perfección. De hecho, con la nieve que cae allí arriba se acaban por convertir en cuevas. Y hay que hacer respiradores para que sean habitables.

- Ni el himalayismo invernal se ha librado de la polémica últimamente. ¿Usted es de invierno meteorológico o astronómico?

- Qué quieres que te diga. Todos sabemos cómo se hacían las cosas antes, los pioneros, cuando decidían ir a un ochomil en invierno en unas condiciones inimaginable ahora en lo que a material, meteorología y conocimientos del medio se refiere. Hay que entenderlo. ¿Alguien se atreve a criticar eso? ¿Alguien se atreve a criticar que en 1980 la primera invernal al Everest fuese con oxígeno? Yo desde luego no. Cada expedición y sus logros hay que ponerlos en el contexto histórico en el tiempo en que se logró. Dicho esto, el debate es relativo, todos tienen sus razones. Quienes defienden el invierno meteorológico dicen que diciembre es un mes plenamente invernal, pero yo he estado en el Nanga Parbat el diciembre con un tiempo acojonante. Todo es relativo. Creo que en lo que todos estamos de acuerdo es que los meses más duros son enero y febrero y por eso yo ciño a ellos mis expediciones. A partir de ahí, todos sabemos lo que gustan las polémicas hoy en día en los foro y las redes sociales. Pero creo sinceramente que las alimentan más desde ellas que los propios alpinistas.

- Lleva años 'amenazando' con dejarlo, pero vuelve cada año. Cómo le llamamos a eso? masoquismo, adicción, destino?

- Jajaja... Adicción no. Te lo aseguro. En todo caso adicto a las montañas de aquí y a sus vías de escalada, a las que si no voy en cuanto puedo noto que me falta algo. De ellas sí soy enfermizo, pero del Himalaya no. Aunque te reconozco que me gustaría sacarme la espina de hacer cima en algún otro ochomil. Ahí incluso te reconozco que quizás he pecado de ambicioso al plantearme el Everest y el K2 en los últimos años, en los que nos ha faltado un poco de suerte. Ahora, también te digo que no concibo a Alex Txikon con 46 años haciendo invernales. Es demasiado duro. Una edad bonita para dejarlo son los 41 o 42 años. Porque hay otras cosas muy bonitas para hacer. Luego está todo lo que rodea a las expediciones, que me encanta, porque la cumbre es el camino. Todavía tengo en el estómago ese cosquilleo de que se acerca la fecha, de todos los preparativos, incluso ese punto de incertidumbre de si todo saldrá bien. Todo eso es bonito. Me hace sentirme vivo. El día que deje se sentir eso dejaré de hacer expediciones.

- Su decisión de ir al Manaslu la tomó antes o después de saber la que se ha organizado este invierno en el K2?

- Yo lo sabía desde principios de año. De hecho, desde la agencia Seven Summit Treck, organizadora de todo y grandes amigos míos, primero me pidieron permiso para ir, porque saben que es mi mayor objetivo, y luego me ofrecieron la posibilidad de liderar la expedición. Me dijeron «¿Y si la montamos y le damos un carácter más comercial?». Yo les respondí, «Yo soy vuestro amigo. Yo estoy aquí para ayudaros y si queréis montar esa expedición, adelante. Y si hacéis cima, seré el primero en alegrarme». La montaña continuará ahí y otros seguiremos teniendo la oportunidad de hacerlo en un estilo que nos gusta más.

- ¿Está de acuerdo con las críticas que está recibiendo esa expedición?

- En absoluto. Las montañas no son de nadie, Seven Summit es una empresa, y como tal lo organiza todo en términos empresariales y además tienen perfecto derecho a hacerlo. Ellos son los primeros que asumen el riesgo de lo que supondría para su imagen una desgracia, así que te aseguro que no harán ninguna tontería. A ver si va a resultar que después de años y años de expediciones comerciales occidentales, ahora que la protagonista es una agencia nepalí montada por sherpas vamos a demonizarla. La del K2 es una expedición básicamente comercial, donde cada sherpa cobra su sueldo y donde cada cliente ha pagado entre 25.000 y 56.000 dólares, según los servicios que ha contratado. Ellos van en una expedición comercial y la montaña te la van a montar los sherpas. No se va a ver ningún 'blanquito' equipando este invierno en el K2, salvo el islandés que está echando una mano a Ali Sadpara. Es una expedición comercial al uso. Y cuidado, que no la estoy criticando. Tienen todo su derecho a hacerlo. No pasa a nada. Pero también hay dejarlo todo claro y no confundir las cosas.

- ¿Se va a ascender este invierno el K2?

- No. No se va a ascender. Si tienen suerte, cuentan con una ventana de dos o tres días y se enchufan unos cuantos al oxígeno igual nos sorprenden y llegan al campo 4, pero no van a subir a la cumbre. No tienen la suficiente experiencia para lograrlo. Para subir al K2 hay que tener una experiencia previa de la que modestamente creo que carecen. Y te voy a poner un ejemplo. En 2019 me fui once días del CB del K2 para intentar el rescate de Tom Ballard y Daniele Nardi. Cuando volví al nuestro campo base, todos los sherpas estaban con lo dedos tocados. Y apenas se habían movido del CB. Para escalar el K2 hace falta experiencia, en los alpinistas y en el líder de la expedición. El equipo de sherpas que ha ido este año la K2 es seguramente el más fuerte que se puede reunir ahora mismo, pero les falta experiencia en invierno. El invierno es completamente diferente. Es como jugar al ajedrez con el tablero delante a hacerlo a ciegas, mentalmente. Logística, estrategia, meteorología, el jet stream, vestimenta, el día a día en el CB, no te digo ya equipar la montaña o los campos de altura... todo es distinto. Y mucho más complicado. Les deseo lo mejor y ojalá suban. Muchos son amigos casi íntimos y lo digo con el corazón. Pero les falta la experiencia de una expedición en invierno. Aunque también te digo una cosa: estando allí Nirmal Purja y viendo lo que hizo en 2019 y la suerte que tiene ese tío, me espero cualquier cosa de él.

- ¿La comercialización de los ochomiles puede extenderse al invierno?

- Está claro que sí, porque lo estamos viendo ya este año. Pero va a ser algo atípico. Ten en cuenta que el riesgo es mucho más alto, las posibilidades de cumbre mucho menores y los costos más elevados. En términos empresariales, una expedición invernal no tiene la rentabilidad de una en primavera o en otoño. Esta expedición al K2 es una excepción, por el año en blanco que hemos tenido en los ochomiles por el coronavirus y por la publicidad que les reporta a un Seven Summit o a un Nirmal Purja, que no hay que olvidar que tiene su propia agencia, al intentar lo que otras no se atreven.

- Este año ha estrenado la película de su ascensión al Nanga. Muchos esperaban verla en el Mendifilm pero no ha sido así...

- Al Mendifilm le tengo mucho cariño, he presentado durante varios años películas o documentales y casi siempre que lo hemos hecho nos han dado algún premio, pero pasa a un segundo plano para mí cuando hace unos años el director de una película de Carlos Soria, unos de los alpinistas a los que más respeto, me dice que la han descartado porque a Carlos le patrocinaba el BBVA y chocaba con el principal patrocinador del Mendifilm. Ahí me di cuenta que no es un festival de cine de montaña donde prima la calidad de las películas, sino otros aspectos menos artísticos. Eso para mí fue un antes y un después. Al final, el Mendifilm se ha convertido en una empresa donde están por encima los valores empresariales Si fuera una asociación sin ánimo de lucro igual cogerían nuestras películas. Pero a lo que no estoy dispuesto es a ceder parte de los derechos de mis películas, que me cuestan y mucho, para que otros le saquen una rentabilidad a coste cero. Este año, por ejemplo, me consta que querían meter 'La montaña desnuda', pero como la íbamos a estrenar de antemano y teníamos previstos unos cuantos pases antes de su estreno en el Mendifilm decidieron descartarla. Cuando es algo que sí han permitido en otras películas extranjeras que han traído al festival. Y lo mismo pasó el año pasado con 'Pumori, mendaren alaba', que rechazaron porque se había estrenado en la ETB1 y además con uno de las mejores audiencias de su historia. Lo considero un veto, no tanto a nosotros como al público del festival, al que se le priva de una de las principales producciones de montaña que se han hecho este año en Euskalherria. Evidentemente es una empresa y hacen lo mejor para sus intereses, pero no para el alpinismo y especialmente para las generaciones más jóvenes de montañeros y alpinistas, a los que se priva de valores y referentes como los que ofrece Carlos Soria o la película del Pumori. Creo que al Mendifilm le falta madurez, frente a otros festivales con décadas de historia como Trento o Banff. Así que en el Mendifilm, mientras las cosas sigan como hasta ahora, no presentaremos ninguna película más. Eso lo tengo clarísimo. Soy de ideas fijas y de hecho les deseo lo mejor, pero a mí no se me verá en el Mendifilm mientras las cosas que veo no me gustan, como que se vete una película en euskera por el mero hecho de que se ha estrenado antes.

-Habrá que esperar unos años...

- Bueno... veremos. Esperemos que esa mentalidad no se extienda aquí. Porque madurez y ética falta también en algunos productores, como el de una de las películas más premiadas y aclamadas de la historia, sobre un alpinista muy cercano trágicamente fallecido, realizada a beneficio de la Fundación creada en su honor, pero de la que ni la familia ni la ONG ha visto aún ni un solo euro de los más de 500.000 euros que ha facturado. El otro día hablaba con la familia y se me encogía el corazón cuando a su madre le saltaban las lágrimas mientras me lo contaba, cuando la película no costó más de 100.000 euros. Esto demuestra que la producción cinematográfica en Euskalherria y en España, salvo honrosas excepciones, no entienden ni asumen los valores del alpinismo. Tú no puedes producir una película a beneficio de una ONG e incluir en la letra pequeña del contrato cláusulas que a la hora de la verdad atan de pies y manos a sus teóricos beneficiarios. Eso se llama estafar.