Pablo Sanz
Domingo, 2 de febrero 2025, 00:32
Cubiertos de la cabeza a los pies con careta, chaquetilla, peto, pantalón y guantes, entre otras prendas. Así visten quienes practican esgrima, un deporte en el que dos atletas utilizan espadas para atacar y defenderse mutuamente con el objetivo de golpear a su adversario para ... sumar puntos. Una disciplina poco popular que lleva practicando el SAARVI (Sala de Armas de Vitoria) desde 2013, pero que cuenta con cada vez más jóvenes adeptos en la capital alavesa. «Cuando empezamos había media docena de esgrimistas, todos adultos. El primer grupo de txikis que tuvimos fueron 15, de los cuales quedan dos. Ambos están en la universidad y son quienes han abierto el camino a esta generación que viene ahora con tanta fuerza», comenta Andrés Cabeza, vicepresidente del SAARVI, en referencia a su hija Lucía Cabeza y a Egoitz Bóveda.
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La entidad cuenta actualmente con alrededor de 70 niños y niñas en sus filas, aunque con una mayor presencia femenina. «Hasta los 16 años es un club claramente femenino. Tenemos un gran grupo de niñas en categoría M15 que viene trabajando muy fuerte. Estamos muy contentos con ellas al igual que con los niños», resalta Cabeza. Buena muestra de ello son Maialen Zulueta, Garazi Iriarte, Naira Peregrina, Uxue Díez y Sofiia Zhuk, todas ellas situadas en los 30 primeros puestos del ranking estatal en esta categoría. Un éxito que para el SAARVI podría tener una enorme recompensa. «Gracias a su trabajo y entrega tenemos posibilidades de meter dos equipos del club en el campeonato nacional, lo cual no consigue ningún otro equipo en España», indica Cabeza.
Una cantera que ha dado sus frutos con esgrimistas como Iria Guede, número 2 del ranking nacional en la categoría M15, y que el pasado fin de semana compitió en el Campeonato del Mediterráneo en la ciudad croata de Vrsar. Un torneo en el que se enfrentó a tiradoras de países como Italia o Francia y en los que disputó varios combates tanto el sábado en la categoría M17 como el domingo en M15. «El sábado eran mayores que yo y gané dos de cuatro combates. El domingo, por contra, fue algo peor porque estaba un poco mal de la mano. Aun así me lo pasé muy bien, fue una experiencia increíble», relata.
Iria Guede
Esgrimista del SAARVI
Guede se inició en el mundo de la esgrima a los 10 años después de que el SAARVI fuese al colegio de San Prudencio, donde actualmente estudia 3º de la ESO, a realizar una exhibición. «Me gustó mucho y mi tía al verme animada decidió apuntarme a mí y a mi hermana, aunque ella no sigue» comenta Iria que admite que el arma fue lo que más le llamó la atención de este deporte. Desde entonces, Guede no ha parado de practicar un deporte que ejecuta «con ganas de querer mejorar y avanzar cada día» y en el que la constancia es clave. «Hay que tratar de disfrutarlo y no frustrarse. Al principio no ganaba nada, pero el esfuerzo ha terminado dando sus frutos», comenta la joven alavesa por experiencia.
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Después de tres años y medio con la espada en la mano, esta vitoriana no se imagina su vida sin ella. Por ello, de cara al futuro lo tiene claro. «Me gustaría llegar a ser profesional sin dejar de lado mis estudios. Poder dedicarme a la esgrima y tener aparte mi propio trabajo sería un sueño», señala sin todavía tener decidido a qué se quiere dedicar.
Espada, florete y sable son las tres modalidades con las que cuenta la esgrima. En sus instalaciones, ubicadas desde 2021 en el número 13 de la calle Panamá, el SAARVI se dedica casi exclusivamente a la primera, dispone de un pequeño equipo de la segunda y no descarta introducir la tercera. «Tenemos materiales de todo tipo para que nuestros deportistas puedan disfrutar y experimentar de todas ellas», apunta Cabeza.
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Por ende, el objetivo del club a corto plazo es el de seguir creciendo en el panorama nacional, pero sin dejar de atraer y formar a niños y niñas de la mano de su maestro Renny Rivero. «Queremos mantener el nivel de trabajo que estamos llevando a cabo. La directiva está al pie del cañón, el entrenador está dándolo todo, y los chavales están compitiendo muy fuerte. Todo esto sin dejar de contar con los padres y madres, que son una pieza muy importante y los que nos permiten que haya esta relación del club y de la esgrima con sus hijos», recalca Cabeza.
Andrés Cabeza
Vicepresidente del SAARVI
Una ambición con la que, a medio y largo plazo, el SAARVI espera poder empezar a meter más tiradores en torneos nacionales y poder competir a nivel internacional. «Es un club joven, pero la predicción es buena», puntualiza Cabeza. Colocar a la entidad en lo más alto es un reto ambicioso, aunque sin descuidar la base. «Queremos, sobre todo, transmitir valores como el sacrificio, la disciplina, el orden o el compañerismo. Es un deporte individual, pero todos somos un equipo», concluye.
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