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El motor de la 'Bou Bizkaia' está bien engrasado y su técnico, Iker Zabala, cuida al máximo los reglajes para que siga así un par de semanas más. El objetivo es rematar una temporada de ensueño. Urdaibai mostró su versión más caníbal en la primera ... jornada la Bandera de La Concha y tiene entre ceja y ceja repetir la jugada mañana. «Chavales, a retorcerles otra vez el domingo», lanza su preparador en la charla previa al entrenamiento del martes, al que pudo asistir EL CORREO. El técnico no quiere «a nadie rondando alrededor del equipo a partir del miércoles para preparar las cosas con tranquilidad», asegura.
Los 'txos' afrontan el segundo asalto con un colchón de 14 y 15 segundos sobre Zierbena y Donostiarra, pero la palabra conformismo está desterrada de su vocabulario. La tripulación es consciente de que en caso de ondear la ikurriña donostiarra haría historia convirtiéndose en el único club que ha conquistado en un mismo curso los tres campeonatos -Bizkaia, Euskadi y España-, la Eusko Label Liga y la madre de todas las regatas. Y la sensación que transmiten es de confianza en sus posibilidades, pero con el punto de tensión necesario para dar un nuevo golpe en la mesa.
«Saldremos a romper como siempre, nada de especular», apuntan varios pesos pesados de la cuadrilla azulona. El primer día no bajaron de las 38 paladas en ningún momento y aunque fueron abriendo hueco respecto a los rivales de manera progresiva, la verdadera escabechina la hicieron en el tramo final, cuando la fatiga hace mella.
La cita con los bermeotarras es a las 18.30 horas en las vetustas instalaciones del club. El pabellón se cae literalmente a pedazos a la espera de que «algún día acometan el nuevo equipamiento que ya está ideado», apuntan desde la entidad. Para esa hora, el técnico y los colaboradores del club ya tenían todo listo en el remolque. Los remeros llegan a cuentagotas en sus vehículos y se ponen el traje de faena a la carrera. Tras enganchar el remolque a la furgoneta salen corriendo hacia el otro lado del puerto, que es la única zona desde la que pueden echar la trainera al agua. El técnico les sigue por detrás al volante con el carro y semblante serio.
Entre una cosa y otra, alrededor de media hora de trasiego. Una vez en el punto de destino -el muelle del martillo- no hace falta decir nada a nadie. Cada uno tiene claro cuál es su tarea después de los ejercicios de estiramiento. El grueso del grupo carga con la embarcación al hombro hasta el pantalán mientras otros compañeros se encargan de bajar los remos. El técnico ha fijado una sesión con tres grupos de trabajo en tramos de un cuarto de hora aproximadamente.
Quince minutos de carrera
En la primera de las tripulaciones que saltan al agua se encuentran algunos de los deportistas que menos han remado las últimas semanas «para que mantengan el punto», explica Zabala. El resto -seis bogadores- sale a trotar por la localidad. «Os recogemos aquí en quince minutos», avisa el míster mientras salen a la carrera. Acto seguido Zabala deja claro a la tropa patroneada por Gorka Aranberri que «fuera está feo» y hay que estar «activos desde el inicio». El bote enfila ya hacia el exterior del puerto.
«Amplitud, que no queme la pala en el agua», corrige el técnico desde la zodiac una y otra vez, mientras la trainera navega de brankas en dirección a Matxitxako. Las olas y el viento del noroeste azotan con fuerza y la palca pequeña que han instalado antes de salir ha sido todo un acierto para no embarcar agua y tener que interrumpir la sesión. La cosa cambia a la vuelta. En popare, la 'Bou Bizkaia' vuela. Tanto que a la zodiac del preparador le cuesta incluso seguir su estela por momentos. Aranberri está en su salsa y disfruta como un niño en la popa con posturas de equilibrista.
«Es un espectáculo verle cómo se mueve», reconoce el entrenador sobre uno de los mejores patrones, sino el mejor del momento. Realizados los cambios de remeros pertinentes en el bote, ese segundo grupo enfila de nuevo hacia el rompeolas. «Cinco minutos de rodar y cuatro series de veinte-quince» explica Zabala. «Listos!!! Aaah, aaah....», lanza Aranberri mientras el bote comienza a deslizarse de nuevo hacia el exterior de la dársena. Y, a una orden del entrenador, los 'txos' comienzan la primera de las series de 15 paladas a 32 de ritmo, seguidas de cinco más lentas.
Así, una tras otra subiendo el ritmo a 34 primero y luego a 36 paladas. La proa de la 'Bou Bizkaia' «va en el aire» y el preparador 'txo' sonríe. Lo que ve le inspira confianza de cara a la batalla final. «Ahí va bien chavales, así, así», motiva Zabala a la tropa a viva voz. Se acerca la recta final del entrenamiento, pero el técnico no deja que nadie se relaje. Su voz se escucha alta y clara pese al ruido de la embarcación. «Bien acabada la palada, pero sin apretones. Sáaacale y sigue, sáaacale y sigue. Las manos nunca paran», repite, mientras el bote desfila por el interior del puerto viejo ante la atenta mirada de numerosos vecinos que pasean por el muelle.
Varias salidas
Y para poner el colofón a la sesión, varias salidas de regalo. Hay que cuidar hasta el más mínimo detalle y la txanpa inicial puede ser clave. «Rodillas al pecho, espalda bien erguida. Preparados, vaaaaaaa», grita Zabala. Los remos flexionan al máximo y la trainera sale como un cohete. La tarde languidece, pero al desembarcar aún hay tarea por delante. Hay que cargar con la embarcación y los remos de nuevo al remolque para llevarlos hasta el pabellón antes de una ducha rápida para irse a sus casas en busca del descanso del guerrero. Mientras cargan el material llega uno de los momentos simpáticos del día.
Hasta el grupo se acerca a darles ánimos una turista que ha quedado «enamorada de este imponente deporte», les dice. Los remeros y cuerpo técnico agradecen su apoyo y se sacan una foto con ella antes de salir a la carrera en dirección al club. Alrededor de un kilómetro por el entorno portuario mientras reciben el aliento de los vecinos que se cruzan en su camino. «¡¡¡Chavales, a por ellos el domingo!!!», les lanzan como arenga. En caso de conseguirlo sería la octava Bandera de La Concha de los bermeotarras, justo el primer día de las fiestas patronales. «Vamos a darlo todo por traer la bandera a Bermeo», lanza Jon Unanue, uno de los pesos pesados del plantel.
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