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La epidemia de coronavirus en China también ha golpeado con fuerza al atletismo, al obligar al aplazamiento del gran evento de la temporada de pista cubierta para preservar la salud de los deportistas. El Mundial indoor que debía disputarse en Nanjing entre el 13 ... y el 15 de marzo se ha retrasado hasta 2021 después de que así lo decidiera la Federación Internacional (World Athletics) en un comunicado para justificar su decisión. «Nuestro equipo médico, en contacto con la Organización Mundial de la Salud, nos indica que la expansión del coronavirus a la vez en China y fuera del país sigue siendo importante y que no conviene organizar eventos de importancia si pueden ser aplazados. Hemos estudiado la posibilidad de desplazar la competición a otro país (...) pero teniendo en cuenta la preocupación que suscita la propagación del virus fuera de China hemos decidido descartar esa opción», declaró la World Athletics en un comunicado en la tarde noche del martes.
Desde que se conoció la expansión del virus por China ya se pudo intuir que el Mundial de pista cubierta estaba amenazado. Y cuando algunas compañías aéreas, como Finnair, cancelaron sus vuelos a Nanging hasta mediados de marzo como medida de protección, las horas de la ciudad china como sede del evento estaban contada. Tanto las autoridades del país como la IAAF comenzaron a trabajar sobre el asunto para tratar de salvar el campeonato.
En los últimos días se barajaban ya dos opciones: o el aplazamiento o el traslado a otra sede. Pero la Federación Internacional ha apostado por la primera, teniendo en cuenta que la infraestructura para organizar un Mundial de pista cubierta en otro lugar es realmente complicado, y por otro, que la IAAF tampoco está dispuesta a alterar sus excelentes relaciones con China, con quien mantiene importantes acuerdos de patrocinio. Así las cosas, se ha optado por una resolución que tendrá sus consecuencias a nivel deportivo, tanto esta temporada donde los Juegos Olímpicos de Tokio son la meta de todos los atletas, como la que viene, donde la campaña de invierno aparece ahora con una sobrecarga de eventos.
La principal afección que tiene un aplazamiento del Mundial indoor, además de la propia de ser la gran cita invernal donde los atletas se juegan las medallas y donde tienen el test más importante para comprobar cómo marcha su preparación, tiene que ver a nivel de marcas y mínimas de cara a Tokio. Desde el pasado curso, la World Athletics liderada por Sebastian Coe implantó un sistema de ranking de cara a ganarse la plaza en los Juegos. Además de mínimas, los atletas tienen otra vía para ganarse su puesto, a través de una clasificación de puntos donde no solo se valoran las marcas, sino el escenario donde se logran. Es decir, que cuanto más importante sea el evento donde se hace la marca, más puntos se obtienen.
La IAAF se ha ocupado de poner unas mínimas tan duras para Tokio que se asegura que más o menos la mitad de los participantes no las logren y tengan que acceder a los Juegos a través de este World Ranking, que también tiene en cuenta el cupo de tres atletas máximo por país. Y es aquí donde adquiere importancia el Mundial de pista cubierta, porque es una de las convocatorias más destacadas para hacer marcas y que queden reflejadas en ese ranking.
La puntuación se basa en las cinco mejores competiciones (dos en el caso del maratón, 50 kilómetros marcha o en pruebas combinadas). Y como se explicaba desde los principales organismos atléticos, probablemente el evento más beneficiado con esta medida iba a ser el Mundial de Nanjing, que iba a ver aumentada su participación notablemente. Hay que tener en cuenta que su ubicación en el calendario este 2020 no auguraba grandes cosas, puesto que la temporada pasada acabó muy tarde por culpa del Mundial de Doha y muchos atletas podían plantear saltarse la temporada indoor pensando en los Juegos. Pero con el nuevo ranking, en China se iban a repartir unos puntos muy importantes de cara al camino olímpico, algo que acaba de desaparecer de golpe y obligará a los deportistas a replantearse la temporada y a decidir su nueva ruta de competiciones de cara al evento olímpico.
El sueño de Teresa Errandonea
A nivel español, hay un puñado de atletas doblemente perjudicados, tanto por ranking como porque habían apostado fuerte por estar en Nanjing. La más cercana es Teresa Errandonea. La vallista guipuzcoana había batido por dos veces el récord de Euskadi de 60 metros vallas, la última con 8.22, y estaba a seis centésimas de la mínima mundialista, un sueño que se acaba de esfumar. Y de cara al ranking de verano, su marca tiene un problema, ya que la hizo dentro de la Copa de Euskadi de clubes y no acumulará tanto como otra atleta que haga una marca similar pero en un mitin de relevancia.
Y qué decir de Pablo Torrijos, que encabezaba el ranking mundial de triple salto con 16, 75 y ve cómo vuela una gran oportunidad de pelear por una medalla en China. Esther Guerrero, Adel Mechaal, Carlos Tobalina, Oscar Husillos, Carlos Mayo, Fatima Diame, Sergio Jiménez, Solange Pereira... Todos ellos ya están en plena temporada invernal indoor, pero ahora se quedan sin el gran objetivo por el que estaban apostando, así que el planteamiento pasa por competir en los grandes mítines del invierno y aprovechar su estado de forma para plasmarlo en marcas.
Y de cara al año que viene, el calendario se satura. Del defecto al exceso, ya que en apenas dos meses de pista cubierta se van a encontrar con un Europeo y con un Mundial, el que se ha aplazado y que llevará, en una segunda oportunidad, a los atletas a Nanjing. En la primera, ha ganado la salud de los deportistas.
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