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Los tres protagonistas celebran la consecución de éxito. Maika Salguero

5 horas y 514 rectas para alumbrar un maratón en el Árbol de Gernika

Javi Conde, Jon Salvador y Begoña Beristain completan «emocionados» los 42,195 kilómetros en la Casa de Juntas

igor barcia

Lunes, 30 de diciembre 2019, 09:59

Un escenario mágico y un ambiente emocionante siempre son ingredientes perfectos para albergar otro maratón solidario. Los lugares más emblemáticos de Bizkaia van poco a poco uniéndose a la distancia más emblemática del atletismo, y este lunes fue el turno de un lugar que no ... podía faltar en la lista de ninguna de las maneras. La Casa de Juntas y el Árbol de Gernika forman parte de la vida de todos los vizcaínos. Allí, Javi Conde, Jon Salvador y Begoña Beristain dieron vida a una prueba muy especial, quizá una de las más impactantes de las que han abordado en su vida deportiva, tal y como reconocieron al finalizar los 42,195 kilómetros. «Ha sido emocionante. Llegar en la última vuelta al árbol y rodearlo, y poder vivir algo así nos ha hecho sentir que somos unos privilegiados», coincidieron Conde, Salvador y Beristain.

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No resultó un maratón sencillo. Ninguno de los que forman los maratones solidarios lo es, porque sus creadores siempre buscan la suficiente complejidad para que el reto merezca la pena. Así sucedió en el Puente de Bizkaia, donde corrieron en la pasarela superior para hacer algo que parecía puntual, pero que dio paso a una nueva etapa en su trayectoria al incluir nuevos retos. De este modo llegó después la 'locura' de dar 1.313 vueltas a la gabarra del Athletic, a correr bajo la Ría de Bilbao gracias al Sifón de Deusto, a descubrir la magia de las Cuevas de Pozalagua y a sentirse unos privilegiados en la ermita de San Juan de Gaztelugatxe, las anteriores citas donde los maratonianos Conde y Salvador completaron la mítica distancia para unirla con unos lugares con tanto carácter. Este lunes se sumó al reto Begoña Beristain, periodista y atleta que apostó por enrolarse en la aventura y terminó agradecida por «haber dicho que sí a este reto, por hacer algo que no sabía si sería capaz de hacerlo y por ese componente solidario de ayudar a la gente haciendo algo que te gusta tanto como es correr».

El maratón de este lunes tenía el esquema clásico de los anteriores, un recorrido corto, muchos giros y unas cuantas horas de trabajo físico y mental para afrontarlo. El trío debía completar 514 rectas a un tramo de 82 metros, saliendo desde el tronco del árbol viejo y entrando a la Casa de Juntas al final para rodear el actual árbol. Un escenario cargado de sentimientos, de simbología, unos ingredientes que para ellos estuvieron presentes durante toda la prueba.

El primer gran problema que se encontraron los maratonianos y la maratoniana fue el frío matinal. El termómetro no lograba remontar los cero grados cuando iniciaron su trabajo a las nueve de la mañana, tras el pertinente 'Gernikako Arbola' interpretado por Iñaki Basabe, al pie del cañón durante el tiempo que duró el reto. Y el frío se mantuvo a pesar de que el sol fue ganando altura, porque el trazado de la ruta juradera -un itinerario ceremonial que debía cumplir el nuevo Señor de Bizkaia cuando heredaba el cargo o cumplía 14 años, y debía acudir a jurar los Fueros bajo el árbol de Gernika- estaba casi siempre en sombra y en muy pocas partes los atletas podían entrar en calor.

Giros y dolores

Con el paso de los kilómetros y las horas, hubo que hacer frente a la rutina y al cansancio por los giros, que tuvieron su incidencia en las rodillas de los atletas. A un ritmo cercano a los siete minutos por kilómetro fueron avanzando poco a poco, kilómetro a kilómetro, con momentos muy importantes para los participantes como fue la aparición de los atletas del equipo de atletismo adaptado de Javi Conde, presentes para animar al 'jefe'. El tramo final, el que más les impactó, llegó tras la última vuelta, cuando accedieron a la explanada junto a la Casa de Juntas. Las escalinatas estaban llenas de gente que aplaudieron la consecución del sexto maratón solidario en lugares emblemáticos para Conde y Salvador, y el primero por parte de Beristain.

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4 horas, 52 minutos y 39 segundos fue el tiempo empleado, pero eso este lunes era lo de menos. El reto se había completado y era el momento de saborearlo. «Llegar aquí ha sido tremendo, el aurresku, el Gernikako Arbola... Es un momento único e irrepetible, ha sido la culminación perfecta. Si me pongo a pensar, no paro de llorar. Hace nueve meses estaba en casa sin poder correr y una depresión de caballo, hace dos meses y pico empecé a entrenar un poco y ahora he sido capaz de correr un maratón... Ha sido muy emocionante», valoró Javi Conde.

«Ha sido más duro de lo imaginado», añadió Jon Salvador. «Pero lo hemos hecho bien, nos hemos ayudado los unos a los otros, y hemos logrado acabar en un escenario incomparable. Creo que lo de hoy es insuperable», finalizó feliz el maratoniano de Erandio.

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La «satisfacción» de las Juntas Generales por apoyar el reto

La presidenta de Juntas Generales de Bizkaia, Ana Otadui, valoró el hecho de que la Casa de Juntas fuera el escenario elegido para desarrollar un maratón solidario. «Cuando nos plantearon que habían elegido este lugar primero nos causó sorpresa, pero desde luego satisfacción y alegría, así que nos mostramos dispuestos a ayudar desde el principio, porque se trata de una causa solidaria y justa. Y además sirve para contribuir al objetivo de las Juntas Generales de darnos a conocer a la ciudadanía, y esta ha sido una manera muy bonita, con toda la gente que nos hemos congregado para animar».

Otadui reconoció que «los maratones solidarios tienen una gran trayectoria y mucho mérito por lo que hacen. Y además, hay que valorar el hecho de que se haya unido una mujer para reivindicar su papel y esfuerzo». Y para finalizar, tuvo un recuerdo para la fallecida Ione Basterra.

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