Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
mikel uriarte
Lunes, 21 de junio 2021, 01:04
Kepa Ancín guarda el silbato y su carnet de entrenador en un cajón. Después de 42 años como jugador, entrenador y director deportivo del Gaztedi de rugby, santo y seña de la entidad, el vitoriano da un paso al costado con la intención de que ... otros le releven y de paso, descansar. Ahora será un aficionado más del balón ovalado, de tan noble deporte, aunque si en algún momento debe echar una mano, lo hará, seguro. El rugby ha sido y es su pasión, pero necesita apartarse de la voragine diaria de la primera línea. Atiende a EL CORREO en su lugar de trabajo, feliz y contento del crecimiento que ha experimentado la entidad de Gamarra en las últimas campañas.
- ¿Le ha costado mucho tomar la decisión de retirase?
- Sí, un poco. Aunque llevaba un par de años viendo que mi ciclo, haciendo esta labor, estaba terminado. En mi situación no sabes cuándo es bueno dejarlo. Se lo comuniqué a Moisés, el presidente, hace un mes. Hay un tiempo prudencial para planificar lo necesario. Dentro de la pandemia la cosa no ha ido tan mal este año; peor fue la pasada campaña.
- ¿Por qué se va?
- Básicamente por cansancio. Acaba una temporada, pero hay que empezar con la siguiente. Hay que gestionar los fichajes, las reservas de los campos, los jugadores que vienen de fuera… Y en algún momento hay que parar. Sigo en funciones hasta que el club encuentre a un sustituto y estoy a disposición de lo que digan. Soy del Gaztedi y seguiré siendo.
- ¿Imaginó cuando empezó que estaría 42 temporadas?
- No. Entré como jugador con 15 años y al siguiente ya me puse a entrenar. Es mucho tiempo, pero es mi 'hobby'. Es un deporte que me llena y que te da otra serie de cosas además del juego. Te llevas satisfacciones y desilusiones. Si he estado tanto tiempo es porque compensa.
- Ha hecho de todo en el club.
- Bueno, de directivo, no. Nunca he sido dirigente. Es una cosa que nunca me ha llamado, pero si ahora debo aconsejar al club en algún tema y demás, pues encantado.
- ¿Con qué se queda?
- De lo más reciente con el crecimiento del club. Este año esperábamos una reducción de jugadores en torno al 25% y ha sido al contrario. Igual las familias quieren que los niños estén al aire libre y no en casa viendo la televisión. De la mano del crecimiento se nos empieza a considerar deportistas. Durante mucho tiempo parecía que se asimilaba el rugby con la violencia, el barro o las cervezas, y no ha sido así. Los jugadores tienen su trabajo durante la semana además de entrenar cinco días en cada una. Intentamos que ese grupo sea la referencia para las futuras generaciones.
- Deja a la entidad en su mejor momento en cuanto a estructura se refiere.
- Cierto, aunque creo que hemos crecido de manera desordenada y en cierta forma nos ha atropellado. Nos basamos en el voluntariado y este tiene sus límites. Uno de los desafíos a medio plazo es profesionalizar ciertas facetas del club que hoy por hoy no lo están. Todo lo administrativo o llamadas de teléfono muchas veces lo gestiona el presidente que tiene una capacidad inmensa, pero no se le puede sobrecargar porque está para otras cosas. El punto de mejora es ese con el fin de consolidar la estructura. Este año ha sido bueno, aunque hay que abrir el paraguas por si vienen mal dadas. Si en algún momento hay que recular, habrá que hacerlo.
- ¿Cuántos equipos forman la pirámide roja y negra?
- Ahora mismo doce, además del equipo de conjunto de las madres y el universitario. Las normas que ha habido por parte de las instituciones en cuanto a estar federados han limitado la competición y la posibilidad de poder captar a más personas que querían probar, porque tenían que tener una licencia.
- ¿Cuál es su mejor recuerdo?
- Siempre lo repito, pero es así, el campeonato de España cadete que ganamos en 1984. Fue algo sorpresivo y además es algo que no ha vuelto a hacerse nunca. Aquel equipo era especial y ahora muchos de ellos están con nosotros, como Miguel (Beltrán), el entrenador del primer equipo; Esteban Sagasti, Tejada, Pablo Corres o Eduardo Saldías. Si consiguiéramos otra generación con un perfil de gente con esa motivación e implicación, estaríamos algo mejor incluso. Seguimos siendo amigos.
- ¿Tiene algún momento que preferiría olvidar?
- Sí, ha habido momentos económicos que han puesto en riesgo el futuro de la entidad. Recuerdo que hubo una época en la que había deudas por desplazamientos y otras veces que obteníamos recursos sacando escombros de una obra o contando camiones de mercancías peligrosas en el extrarradio de Vitoria durante un mes. El dinero no te lo regalan y esos momentos eran complejos.
- Ha entrenado a hombres y también a mujeres. ¿Se queda con...?
- La diferencia entre unos y otras es que las mujeres necesitan creer en lo que estás diciendo. Si están convencidas, lo van a hacer. Los hombres son más simples y van más por testosterona. Las chicas me han ayudado a ser mejor entrenador porque he tenido que convencerlas, ha habido que argumentar y eso me ha ayudado como técnico.
- ¿Una figura con Ane Fernández de Corres ha ayudado a visibilizar el rugby en Vitoria?
- Claro, aunque antes que ella también hubo cuatro jugadoras del Gaztedi que también fueron internacionales. Todo suma. Si tienes carisma y transmites ,la gente se vincula al grupo.
- ¿Nota que el Gaztedi es más seguido mediáticamente hablando que hace unos años?
- Sin duda alguna. Este año lo hemos visto reflejado en los medios de comunicación. Hay que premiar el esfuerzo y no el éxito. Cuando empiezas a jugar por un premio, giramos la cabeza todos. Recuerdo el 'play off' contra el Oviedo que se juntaron 1.500 personas en Gamarra. Este año, con los buenos partidos que el equipo ha hecho, no ha podido ir el público al campo, aunque las retransmisiones por 'streaming' han tenido un eco importante, con unas 2.000 visualizaciones. El primer equipo es el espejo de lo que hay abajo.
- El reto a todos los niveles es consolidar al primer equipo en la segunda categoría nacional, ¿verdad?
- Está claro. El primer año lo pasamos mal al debutar en esa división con el salto que supone y las incorporaciones tardías de los jugadores foráneos que trajimos. Ahora vamos poco a poco creciendo.
- ¿Si le llegara un reto deportivo de envergadura, se replantearía su decisión?
- No. Ahora estoy todavía con las chicas. Estoy contento y disfruto, pero mi etapa como entrenador de otro nivel ya pasó. No se puede vivir del pasado, solo del presente. Lo que quiere todo el mundo es vivir el presente y no batallitas anteriores. Habrá que ver cómo se reestructura el staff de cara al año que viene.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
A la venta los vuelos de Santander a Ibiza, que aumentan este verano
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.