Carolina Marín hace saltar todas las alarmas: «No sé si volveré a coger una raqueta»

Carolina Marín se rompió hace un semana. Jugaba por meterse en la final de los Juegos ante He cuando un mal gesto hizo que su rodilla derecha dijera hasta aquí. Los gritos dejaron helados a todos y el alcance de la lesión se supon poco después: rotura del ligamento anterior y de dos meniscos. Aunque en las primeras horas ella no se pronunció, su círculo decía que pese a estar muy preocupada parecía asimilar lo ocurrido. No era la primera vez que sufría esta dolencia, ni la segunda. Las anteriores no la dejaron participar en Tokio.

Sin embargo, la resiliencia de la onubense hizo que se rehiciese y volviera con más fuerza a su deporte, el badminton. En su mente solo había un objetivo: el oro de París. Cuando se rompió su rodilla, se rompió el sueño. Pero todo el mundo apelaba al coraje de la española para vencer a las adversidades. Ahora, en cambio, es ella la que ha acallado esas voces y ha hecho saltar todas las alarmas: «No sé si volveré a coger una raqueta».

Lo ha dicho en un vídeo que ha compartido su departamento de prensa. «Estoy destrozada, no os puedo decir otra cosa. Tengo el alma totalmente destrozada», señala en la grabación donde, en cambio, muestra un rostro sereno. El golpe ha sido «muy duro» y la joven necesita tiempo para recuperarse físiica y emocionalmente.

Ya ha sido operada, y «ha salido todo muy bien», ha señalado la deportista. Pese a que ésta es la peor de las lesiones de su carrera. Por ello, reconoce que necesita «aire, respirar». Aun así , no se despide para siempre ni mucho menos del badminton: «No sé qué va a pasar». Lo que pide es una tregua para restañar sus heridas y ver cómo y por dónde continuar.

Marín es una de las deportistas españolas más importante a nivel internacional. Ha sido campeona del mundo tres veces y otras ocho de Europa. Sin embargo, en la semifinal que la iba llevar al olimpo tuvo que arrodillarse ante la adversidad. Y aunque lo intentó -volvió a la pista, en la que iba ganando a la china-, no pudo dar ni tres pasos más.

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