«El Ironman es un estilo de vida». De esta forma define José Ramón 'Joserra' Callén el triatlón, uno de los deportes más exigentes y más físicos que le enamoró desde un primer momento y que le ha llevado a completar hasta la fecha 28 ... Ironman por hasta cinco continentes del planeta. Su alegría y su forma tan pasional de describir cada detalle completará aún más esta próxima edición del Ironman de Vitoria del 16 de julio, una ciudad a la que le tiene «muchísimo cariño» y que suele visitar «con bastante frecuencia».
- ¿Qué se le pasa por la cabeza cada vez que le hablan de Vitoria?
- Muchas cosas, la verdad, pero todas muy bonitas. Me encanta, es una ciudad preciosa, con gente maravillosa y que está muy vinculada al mundo del running y del deporte en general, tanto en fútbol como en baloncesto. Se respira un grandísimo ambiente y dentro de tres emanas no será menos.
- Ha participado en 28 Ironman y siempre destaca el vitoriano. ¿Cuál es el motivo principal?
- Ahora mismo diría que hay unos 42 Ironman en el mundo. Pero de todos en los que he participado Vitoria está entre mis tres favoritos por varios motivos. La organización es muy buena y el mimo que se le pone a cada detalle del recorrido es excelente. Y si ya hablamos de la cantidad de voluntarios que participan cada año en este tipo de eventos sumado a las decenas y decenas de personas que animan sin parar en cada rincón... Hace que sea inolvidable.
- ¿Participará en esta edición?
- No, pero sí lo hará mi mujer. El pasado año también lo hizo y estuvo encantada. De todas formas, queríamos venir igualmente, nos encanta Vitoria. Este año me toca estar desde fuera ayudando y apoyando a otros participantes a los que he tenido la ocasión de entrenar.
- ¿Cuánto tiempo necesita alguien para preparar un Ironman en condiciones?
- (Piensa) Depende mucho. Cada persona tiene una planificación individual y depende de cuánto pueda entrenar durante la semana. Evidentemente también hay que tener en cuenta la condición física, pero normalmente, si alguien quiere hacer un buen Ironman y disfrutarlo, que al final es lo importante, lo mínimo es dedicarlo 10 u 11 horas a la semana durante seis meses. En plan, cinco horitas entre semana y después durante el sábado y el domingo, otras cinco o seis. Aunque hay casos de gente que le dedica 20 o incluso 30. Eso sí, si la persona que está interesada a participar no realiza deporte con frecuencia, más tiempo, por supuesto. Quizá un año.
- Usted que ha participado en este Ironman, ¿qué les ha dicho a esos atletas a los que entrena y que participarán?
- Lo primero que le digo a todas las personas que quieren preparar un Ironman, ya sea el de Vitoria o cualquier otro, es que tengan muy claro el motivo de por qué lo hacen. Cuál es la razón. Me he encontrado con personas que han dado respuestas de todo tipo, y todas son igual de válidas: ya sea por amor al deporte, para clasificarse a alguna prueba en concreto e ir allí, por una promesa, por un reto, por una causa benéfica... Incluso por las redes sociales.
- ¿Qué me dice?
- (Ríe) Hay alguno que otro que se dedica a subir historias a Instagram o a compartir su experiencia en vivo y en directo. Lo dicho, hay de todo un poco y lo vuelvo a repetir: todas son aceptables. Lo importante es participar y pasarlo genial, disfrutar del momento y de la experiencia.
Privilegiados
- Hay veces que, cuando se experimenta, después se vuelve a repetir. ¿Es adictivo?
- Lo normal es que cuando un deportista empieza con su primer triatlón o duatlón o incluso Ironman, le enganche. Da una sensación de grandeza y de felicidad que se busca una y otra vez. Uno que prepara un Ironman debe pensar que es privilegiado por tener la salud y el tiempo de hacerlo. Es una pasada cuando te das cuenta que hay miles de voluntarios que están ayudando en un Ironman por nosotros.
- ¿Ese fue su caso?
- He sido muy activo, desde que era pequeño. Siempre me ha gustado hacer deporte, ya sea corriendo o subiendo a un árbol. De todo. La actividad física ha sido parte de mi día a día. Y mi amor con el triatlón comenzó en Huesca, donde vivo, cuando estaba andando por la calle y me topé con un antiguo profesor de educación física y surgió la opción. Estamos hablando del año 1994 o 1995. Por aquel entonces no era un deporte que lo practicaran muchos.
- Pensando en el Ironman de Vitoria y teniendo en cuenta el clima, ¿Qué se necesita?
- Mucha preparación, como en todos los Ironman que uno quiere realizar. Pero es una ciudad con un tiempo que te puede sorprender, son detalles que en realidad uno no puede controlar. Lo que está claro es que hay que variar a la hora de hacer bicicleta o a la hora de correr, cuanto más cerca estés del día de la carrera, más descansado debe estar el cuerpo para estar lo más fresco posible. Para ello, se pueden hacer series más cortas y equilibrarlo con alguna otra actividad que requiera menos esfuerzo. Pero todo depende de cada uno.
- ¿Algo parecido a la alimentación entonces?
- Exacto. El tema de las comidas varía en función a cuánto tiempo quede para la prueba. Es algo de lo que nos solemos encargar en TriDot, que es donde también trabajo. Planificamos entrenamientos y ajustamos una rutina alimenticia adecuada. Tiene que ser algo equilibrado, con suficientes hidratos de carbono que aporten energía, unos 8 o 10 dependiendo del cuerpo y de la rutina deportiva. Aparte de eso se requiere también proteína, vitaminas, minerales... Y sobre todo, muchísima hidratación antes de un Ironman, esto es importante. Las barritas energéticas también son un pilar clave.
- Todo esto lo explica con tanta ilusión que dan ganas de probarlo alguna vez...
- (Ríe) El Ironman o el triatlón es un estilo de vida que gusta y que es diferente a lo que en ocasiones vemos o queremos en la sociedad. Cuando buscamos algo, nos gusta que sea algo sencillo, rápido y que si es gratuito, mejor. En este caso, estamos hablando de un deporte que es todo lo contrario. No es nada fácil sino exigente, el proceso no es nada veloz, requiere su tiempo y su paciencia. Y además hay que gastar un dinero para participar, ya sea para viajar hasta ese lugar o para el dorsal.
-Y del aspecto mental, ¿Qué me puede decir?
- Como en cualquier deporte, es algo prioritario. Uno mismo no sólo debe prepararse en el apartado físico sino también en el psicológico. Un Ironman te hace estar en otro mundo, haces cosas que no sueles hacer durante el día: Nadas, corres, pedaleas... Y tienes que ser consciente de que debes aguantar. Mientras que estás luchando y disfrutando por llegar a la línea de meta, para muchos eres como una especie de héroe o algo parecido. Estás practicando un deporte de mucho desgaste. Pero una vez que lo consigues, la recompensa es tremenda. Estoy convencido de que muchos participantes que estén en Vitoria lo experimentarán, sobre todo si es su primera vez.
«En mi primer triatlón tuve la ocasión de competir junto a Eneko Llanos, me fascinó»
El vínculo de Joserra Callén con el País Vasco comenzó de forma irónica. Con apenas 18 años, el oscense se encontró con ganas de experimentar su primer triatlón y se decantó por el Popular de San Sebastián «tras ver lo que había en el calendario en ese momento». Aquel fue el primer punto a su extenso currículum como triatleta.
-¿Por qué San Sebastián?
- Me encantaba la ciudad, sabía que podía ser una bonita experiencia y es algo que jamás olvidaré. Me encantó. La gente no paraba de animar mientras íbamos todos por la Playa de la Concha y sus alrededores.
-¿Le impresionó algún participante en especial?
-Lo cierto es que en esa edición participó mucha estrella. Recuerdo que entre ellos estaba Eneko Llanos, me fascinó porque ya era alguien con mucha experiencia. Estoy hablando del 2001 más o menos, ya había participado en las últimas olimpiadas con España y todo.
-¿Y su primer Ironman?
-Debuté en Lanzarote un año después, en 2002. Al igual que en San Sebastián, disfruté un montón. Me dieron ese impulso a querer hacer esto cada año, ha conocer a más gente y a vivirlo al máximo.
-Y a partir de entonces, ¿Qué tocó?
-(Piensa) He conseguido organizarme bien tanto en la época universitaria como en el trabajo para compaginar ambas cosas. El Ironman me ha llevado a experimentar otras culturas, otras fronteras y a respirar otros ambientes. Tras Lanzarote, llegaron Zúrich Suiza), Frankfurt y Regensburg (Alemania), Klagenfurt (Austria), Sherborne (Reino Unido), Busselton y Cairns (Australia), Niza (Francia), Coeur d'Alene, Florida, Texas, Hawaii, Lago Tahoe y Maryland (Estados Unidos), Port Elizabeth (South Africa), Taupo (Nueva Zelanda), Cozumel (México), Florianópolis (Brasil), Mallorca... Y cómo no, Vitoria. Siempre entre mis favoritos.
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