El triatlón de Bilbao recupera la sonrisa: «Es una alegría recuperar algo de normalidad»

Triatletas llegados de Madrid, Cataluña, Galicia, Cantabria… y también una gran representación de deportistas vascos. Era también la ocasión de testar un circuito que el año que viene será la cita continental de la disciplina. Entre los deportistas se vislumbraba ilusión. Las mascarillas en la zona acotada para los deportistas, -el área de recogida de dorsales y zona de salida, llegada y transición estaba restringida al público-, todavía dejaban claro que aún no se ha alcanzado la normalidad absoluta, pero el trasiego de triatletas denotaba las ganas que había de disfrutar de una prueba que el año pasado se había visto limitada por la pandemia a solo 400 participantes.

En esta ocasión esa cifra se duplicó. Y eso era patente a la vista echando un simple vistazo a la explanada del Museo Marítimo. La grúa Carola se encontró rodada de bicicletas y deportistas nerviosos preparando todo el material necesario para acometer la cita.

Antes de arrancar la competición los triatletas apuraban para hacer la última ingesta de alimento, charlar entre ellos y realizar los calentamientos previos. En todos ellos destacaban dos sentimientos, el de los nervios previos y el de la alegría por volver a competir. Las mascarillas, obligatorias en la zona acotada, no impedían ocultar en los rostros de los protagonistas del día esa sonrisa de felicidad antes de que llegara la gran hora.

Marcos era uno de los atletas que había llegado a Bilbao desde Madrid. «Tengo muchas ganas de competir. Se me está haciendo larga la espera», señalaba. Para él era su primera vez en la cita bilbaína. «El año pasado con toda la pandemia no pude acudir», indica. La pandemia lastró los planes de muchos deportistas, pero el regreso de las competiciones ha supuesto la oportunidad para que muchos puedan volver disfrutar de su hobby.

En la línea de Marcos se mostraba también Iván. Llegado desde Santander se mostraba feliz porque las competiciones estén regresando como antes de la pandemia. «El año pasado nos vimos privados de poder competir como estábamos acostumbrados», explica y añade que «es una alegría que poco a poco vayamos recuperando la normalidad». El ambiente en la zona de participantes emanaba ilusión. María, por ejemplo, quiso plasmar su participación en la cita bilbaína con una fotografía. «Que se vea la grúa y la zona de transición», le pedía a su acompañante que era el encargado de ejercer de fotógrafo. «Es la primera vez que participo en el triatlón de Bilbao y quiero tener un recuerdo», apuntaba. La instantánea era uno de los muchos recuerdos que iba a guardar. El resto los iba a disfrutar en primera persona unos minutos después.

La cita también sirvió para algún que otro reencuentro. Saludos entre compañeros de equipo y entre amigos. Mientras algunos triatletas preparaban el material en las zonas de transición oían como alguien gritaba su nombre y le saludaba en la lejanía. Uno de esos que saludaba a un amigo era Raúl. «Además de venir a competir estas pruebas también sirven para ver a conocidos con los que entablas amistad de competir en diferentes pruebas durante años», explica. En definitiva, el triatlón de Bilbao recuperó su sonrisa. Esa que la pandemia le privó el año pasado.