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Bob Beamon en el Estadio Olímpico de México. Keystone Pictures USA
El día que Beamon se hizo eterno

El día que Beamon se hizo eterno

Se cumplen 50 años del 8,90 del estadounidense en salto de longitud, una marca mítica en la historia del atletismo

Jueves, 18 de octubre 2018, 19:21

Aquel 18 de octubre de 1968, el tiempo se paró en el Estadio Olímpico de México durante 20 largos minutos. Acababa de empezar la final de salto de longitud, y era Robert Bob Beamon, el cuarto competidor, el encargado de iniciar la prueba. Era ... uno de los favoritos, podía pelear por el oro, pero nadie imaginaba lo que estaba a punto de ocurrir. Tras 19 zancadas, el estadounidense voló, literalmente, hacia la historia. Saltó tanto que dejó atrás las referencias de marcas que acompañan al foso de longitud y a los sistemas de medición de aquella época. Estaba claro que había roto el récord mundial situado en 8,35 y que compartían Ralph Boston e Igor Ter-Ovanesian, que precisamente estaban en esa competición. Tras 20 interminables minutos y después de echar mano de la cinta métrica y de remedir la distancia, llegó la noticia: «8,90».

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