Atilano y 'Traspa', dos de los «locos» del 78

Algo grande empezó a cocinarse cuando en aquellla primera convocatoria destinada a personas que habitualmente no realizaban ejercicio físico se agotaron las inscripciones al precio de 100 pesetas. Testigosde la época cuentan que muchos dorsales se rotularon a mano y que fue tal el entusiasmo y la presencia de atletas entrenando semanas previas en la capital alavesa que la propia federación publicó una nota advirtiendo a coches y participantes de que portaran ropa visible y corrieran en lugares con luminosidad.

La novedosa prueba atlética, dada la distancia de 21 kilómetros, poco frecuente en los calendarios ya establecidos, despertó el interés de alaveses, otros vascos y corredores de provincias limítrofes. Fue el caso de los riojanos Atilano de la Fuente (dorsal 4.100) y Juan Carlos Traspaderne, a la sazón los dos grandes protagonistas en la primera década de la vida de la hoy media maratón.

El primero tiene el honor de inaugurar el palmarés. Lograría otras dos victorias en las ediciones de 1980 y 1981. «Yo era más de cross pero llegué bien a la prueba de Vitoria. Lo más importante no era la rivalidad personal con Traspaderne, sino acudir a un evento que siempre nos gustó mucho», recuerda hoy De la Fuente, durante veinte años concejal de Deporte y Seguridad Vial en el Ayuntamiento de Logroño. El segundo, más conocido como 'Traspa', posee el récord de podios, con cinco. Con más recorrido en el mundo del atletismo, fue uno de los grandes especialistas de maratón. «Cuando gané la primera media en 1979, fue un aviso de que me tenía que dedicar a distancias más largas. Recuerdo aquellos años con mucho cariño», desvela el exatleta olímpico.

Nada que ver con el boom de hace unos años, aquellos «locos», como así se les denominaba, corrían con lo que podían. «Lo habitual eran unas zapatillas Adidas, también entrenaba con otras Múnich y poco más. Mucha camiseta de algodón y a hacer kilómetros», explica De la Fuente. El recorrido de la prueba decana en Euskadi sufrió cambios en sus itinerarios con el paso del tiempo, también un descenso de participantes dado el frío y la nieve habituales del mes de diciembre. «Recuerdo una edición en la que la nieve y el hielo dificultaron mucho. Más que correr, resbalábamos. Bien habríamos hecho en sacar zapatillas de tacos», rememora Traspaderne. Este ingeniero ya jubilado nunca se dedicó profesionalmente al atletismo, lo que no le impidió firmar un récord histórico en la distancia reina de los 42 kilómetros en el Mundial de Múnich. «Logré arrebatarle la marca a Ricardo Ortega marcando 2:11.34 horas. Un buen tiempo para la época», afirma.

El bagaje deportivo de 'Traspa' le llevó a ser olímpico en los Juegos de Los Ángeles'84. «No me salió bien porque me tuve que retirar, pero ni en mis mejores sueños habría imaginado poder vivir esa experiencia», dice con nostalgia. Abandonó la competición en 1991 pero nunca el atletismo, donde se mantiene ahora como entrenador. «¿Correría a su ritmo una nueva Media de Vitoria?», se le pregunta. «Deja, deja... Ya lo hice cuando tocaba», responde entre risas.

A su lado, compartiendo mesa, su amigo Atilano, quien a sus 67 años sí que dejó antes la élite para convertirse durante años en el primer triatleta riojano en disputar una prueba oficial. «Curiosamente fue en Vitoria, a finales de los años 80, y acabé en el décimo puesto», refresca el primer vencedor de la media maratón. De aquellas experiencias queda una profunda amistad forjada alrededor de una mesa todos los miércoles del año en un conocido restaurante de Logroño.