Bilbao Night Marathon: la carrera que derriba récords

Una hora antes del pistoletazo de salida, la acumulación de atletas, más de 13.000, en los alrededores de La Catedral compone un colorido espectáculo. Algunos daban los últimos retoques a su indumentaria en las mesas de bares, realizaban estiramientos, trotaban o se aplicaban ungüentos previsores en el parque de Doña Casilda. En un semáforo de Sabino Arana, tres participantes hablan de sus entrenamientos para la carrera pirata, la prueba de 10 kilómetros con sello popular. Riadas de atletas confluyeron en el templo del Athletic. Quedaban más de 30 minutos para la salida y era el momento de los selfies y las fotos colectivas, de poner a punto los cronómetros, surtirse de agua o de acudir a los urinarios descubiertos y dispuestos en cabinas.

Un escenario multicolor, acompañado de música y constantes ánimos lanzados por megafonía, rodeaban San Mamés y La Misericordia. Todo se había dispuesto para que los amantes del atletismo de fondo tomasen sin contratiempos las avenidas de la ciudad. Las principales fueron cerradas al tráfico para que los corredores se desplazasen libres por el asfalto. Como en ediciones precedentes, sorprendió a muchos peatones la Gran Vía invadida por miles de personas a la carrera o al trote, pilotadas por el grupo de élite, los atletas africanos con los mejores tiempos en la media maratón. En realidad, este gran acontecimiento deportivo se divide en tres categorías: maratón (42 kilómetros, 1.400 atletas), media maratón (21 kilómetros, 5.600 competidores) y la llamada carrera pirata (una cita de carácter más popular en la que se inscribieron 6.400 aficionados).

1.200 personas, identificadas con llamativos chalecos verdes, compusieron el staff que se preocupó de vigilar los cruces, pasos de cebra y semáforos para que no hubiera percances. Desde el escenario montado por la organización junto al Guggenheim se recordó con insistencia que sin su trabajo sería imposible celebrar una prueba de la envergadura de la maratón nocturna.

Por si fuera poco, el cartel de favoritos presentaba nombres atractivos para el público por sus recientes marcas. En la lista de inscritos en el maratón sobresalían Dolores Marco, Sergio Turull, Íñigo Egaña y David Lahera, mientras en la media maratón destacaban los keniatas Ismael Kiprono, David Ngure, Elvis Chebor, Peter Mwaniki, Edwin Kibichiy, Ayub Kiptum y Nelly Jeptoo, el ugandés Ali Chebures, las etíopes Tegest Ayalew y Ayehu Bitew, el polaco Bartolomiej Falkowski y los españoles Raúl Cubero y Rubén Campos. En la carrera pirata tomaron parte el madrileño Chema Martínez, uno de los mejores fondistas nacionales de la historia, Marcos Pascual, Pablo Benito, Luis Arribas, Teresa García y el marroquí Ahmed Ouslimane. Chema Martínez, de 51 años y medalla de oro en los Campeonatos de Europa de 2002 y plata en 2006, tuvo que conformarse con la octava plaza en la carrera pirata. El madrileño reconoció al poco de entrar en meta que la carrera se le había hecho «muy dura. No he podido».

La victoria en la prueba más popular, en la que toman parte aficionados de diferentes edades y condiciones físicas, fue para Joanes Goitisolo, de Gernika, el más rápido en el último triatlón de Lekeitio y en el de Gorliz, entre otros éxitos. El vencedor invirtió 30 minutos y 40 segundos en completar los 10 kilómetros. Al segundo cajón del podio de subió Ahmed Ouslimane, afincado en Durango y campeón de Bizkaia de cross, mientras que el tercer puesto recayó en el británico James Reeder, que entró en meta a 51 segundos de Goitisolo.

La marroquí Zaroual Wafa se impuso con autoridad en los 10.000 femeninos. Con un tiempo de 33 minutos y 24 segundos, ganó a Silvia Vega, de Arrigorriaga (37.13), y a la cántabra Noemí Peña.

Ayub Kiptum no defraudó en su papel de aspirante a conquistar la media maratón, la prueba reina de la reunión bilbaína por la calidad de la escuadra africana que se disputaría el título. El keniata estuvo en el grupo de escogidos que comandó al resto de los fondistas e intentó separarse de sus compañeros en dos ocasiones. En la segunda, ya cerca del Guggenheim, consiguió su objetivo de cruzar la meta en solitario después de soltar un latigazo al que no pudieron responder sus oponentes. Kiptum registró un crono de 1h00:34, con el que mejoró su marca personal en casi un minuto y batió el récord de los 21 kilómetros bilbaínos, en poder hasta ayer de su compatriota Ronald Kiprotich Kirui (1h01:36). A continuación entró el también keniata Peter Mwaniki (segundo con 1h.00:40), seguido por el ugandés Ali Chebures (1h01:19).

Mayor emoción se vivió en la categoría femenina, donde la corona se decidió en un auténtico sprint. Aunque la etíope Tegest Ayalew trató de marcharse de la keniata Nelly Jeptoo, fue esta la más rápida en los últimos metros, en un pulso aplaudido por decenas de espectadores concentrados en las escalinatas del Guggenheim. Ayalew (1h11:25) no pudo superar por sólo dos segundos la plusmarca de los 21 kilómetros de la ugandesa Rachel Zena Chebet (1h11:23).

En el maratón masculino, el mejor fue Phillip Wewald (Hamburgo, 2h39:19), por delante de Javier Santos (Basauri) y del francés Leonard Leloup. La mejor maratoniana fue Dolores Marco (2h56:29), la bilbaína Saéz fue plata y la gala Sandra Davezat, bronce.

21 kilómetros masculino

1. Ayub Kiptum 1h01:34

2. Peter Mwaniki a 6 segundos

3. Ali Chebures a 45 segundos

21 kilómetros femenino

1. Nelly Jeptoo 1h11:25

2. Tegest Ayalew a 1 segundo

3. Ayehu Bitewa 8 segundos

42 kilómetros masculino

1. Phiplipp Wewald 2h39:19

2. Javier Santos a 19 segundos

3. Leonard Leloup a 1m 50seg

42 kilómetros femenino

1. Dolores Marco 2h56:29

2. Laura Sáez

3. Sandra Davezat