Ironman de Vitoria 2023
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Ironman de Vitoria 2023
Más allá de los límites del IronmanHombres y mujeres de hierro pondrán a prueba su resistencia y fortaleza mental en la prueba de las pruebas. La capacidad para nadar 3,8 kilómetros, pedalear durante 180 y correr un maratón (42) no está al alcance de muchos, pero la experiencia ha permitido ... certificar que con sacrificio y una buena preparación física y mental nada es imposible. Para Luis Álvarez, el Ironman se ha convertido en «un estilo de vida».
Con 17 años pesaba 95 kilos y era fumador. Su primer Ironman fue en 1991 en Kona. Ahora suma 202, toda una hazaña para este mexicano de 61 años que, tiempo atrás, decidió vender sus empresas para enfocarse en otra vida como conferenciante y deportista inquieto. Hasta completar en más de una ocasión todas las citas de la franquicia internacional de triatlón convirtiéndose, casi sin quererlo, en un espontáneo embajador de la marca.
Fue en su aventura por hacer cumbre en la cima más alta del planeta, el Everest, cuando su vida dio otro giro de tuerca en el 2016. «En el descenso, a 8.200 metros, en la denominada 'zona de la muerte', me quedé sin vista, se me quemaron las córneas. La probabilidad de muerte fue alta, pero gracias a amigos tuve la fortuna de bajar al campo base. Me di cuenta de lo vulnerable que eres cuando pierdes la visión y me hablaron de fundaciones que ayudan a personas ciegas. Desde entonces hago dos Ironman al año acompañando a personas sin visión», relata este veterano triatleta nacido en México DF pero de origen español. «Mi abuelo era gallego y mi abuela vasca. Tengo doble nacionalidad y curiosamente mi DNI español me lo hice en Vitoria. Amo esta ciudad», confiesa abiertamente.
En su tercera participación en el Ironman Vitoria, lo hará en compañía de su amigo Rafa Jaime, deportista ciego que también subió el Everest el pasado mes de mayo y con el que ya ha vivido la experiencia exigente de los 226 kilómetros en Cozumel. «La inspiración para mí es Rafa. Es un honor acompañarle. La comunicación entre ambos es fundamental», subraya. En los 3,8 kilómetros a nado irán unidos por la cintura con un arnés. «Saldremos después de las triatletas profesionales y antes de los grupos de edad para tener cierto margen porque la gente no sabe de la presencia de una persona invidente y tratan de pasarnos por encima», explica.
El rodaje de los 180 kilómetros por los parajes de la LLanada alavesa serán encima de un tándem. «Sumamos cerca de 200 kilos y mover la bicicleta no es sencillo. Los avituallamientos son complicados porque tratamos de no parar la bici y coger los botellines casi al aire», relata con humor. El maratón lo harán unidos por un lazo en la mano. «Vamos en paralelo. Mi función es tratar de advertirle de los obstáculos que nos iremos encontrando sobre el pavimento. Es un trabajo en equipo». apunta.
Álvarez completó su Ironman 200 cuando cumplió los 60 años. Lo hizo con su hijo y acompañando a otra persona sin visión. A pesar de tener una vida saludable, una buena alimentación y completar en torno a 18 o 20 Ironman al año, acude a Vitoria con varios problemas cardiacos. «Vengo casi sin entrenar. Tengo varios problemas de corazón, el último una miocarditis derivada del covid, pero tengo una medicación específica para evitar riesgos. También me han operado de hombro, rodillas y columna, pero nada me para», asegura con una vitalidad fuera de lo común.
La vida para nuestro protagonista es un reto constante. «Siempre tengo locuras por hacer». Y no se cansa de proyectar retos por el mundo que le hagan aún más de hierro. «Quiero nadar de Asia a Europa y de Europa a África, cruzando el estrecho de Gibraltar. También me gustaría hacer a nado la vuelta a Nueva York, que son 50 kilómetros, completar el canal de la Mancha y me planteo un maratón en el desierto del Sahara en compañía de otro deportista invidente», añade. Casi nada.
Las emociones fuertes para el deportista mexicano tocaron techo en 2022, cuando, aprovechando su estancia en la capital alavesa, decidió acudir a Pamplona para correr un encierro. «Corrí delante de los toros, con prudencia. Vaya experiencia», rememora. Este año lo volverá a repetir, como el 'calentamiento' a lo que le espera dentro de una semana en Vitoria. Su Ironman número 203. Unido física y anímicamente a amigo Rafa Jaime Seguro que será uno de los más especiales.
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