Ander Mintegui
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Ander Mintegui
Cuatro años de diferencia es suficiente para que dos hermanos crezcan picándose, retándose el uno al otro. «Justo hace dos hicimos la carrera definitiva porque él se iba a retirar. El que ganaba era el mejor». Venció Ander, el pequeño, a Ibon, también esquiador hasta que por trabajo lo tuvo que dejar. Desde Estados Unidos, Ibon fue uno de los primeros en llamar a Ander el miércoles cuando se proclamó subcampeón del mundo en la estación francesa de Les Portes du Soleil, en los Alpes. Un día después, con el móvil «que no me carga y no deja de sonar», saca un rato para atender la llamada de EL CORREO 24 horas después de colgarse la plata en el súper gigante del Mundial Junior. «Esperaba un buen resultado, venía entrenando fuerte, pero segundo para nada», cuenta en el inicio de una charla en la que repasa lo recorrido y la ilusionante trayectoria que arranca con el recuerdo presente de su compañero y amigo Iu Vidal, fallecido en 2019 cuando a los 16 años. «Juré que todo lo que hiciese sería por y para él», rememora.
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Manuel Bermúdez
Ander Mintegui (Bilbao, 2003) llegó a la montaña, al esquí, casi por decreto. «Con mis padres y mi hermano íbamos casi todos los fines de semana a esquiar a Astún». Allí, al Pirineo aragonés, fue por primera vez con «dos o tres años. Casi sabía antes esquiar que hablar», bromea el joven, que recuerda con cariño una anécdota de unos cinco años después. «Había una carrera, la Pitarroy, en la que competíamos 400 niños y gané. Me hicieron una entrevista y me preguntaron que porqué empecé a esquiar. Respondí: 'porque mis padres me obligaron'. Ahora agradezco a mis padres que me obligasen a empezar a esquiar».
El pequeño Ander, que vive en Leioa, se apuntó al Mayencos, uno de los clubes de referencia en la zona donde su familia solía esquiar cada vez que se escapaban a su casa en Castiello de Jaca. «Me formé con ellos, empecé a competir... Y luego accedí al Centro Especializado en Tecnificación de Deportes de Invierno de Aragón (CETDI)». Eran los primeros pasos de uno de los representantes de «una de las generaciones más prometedoras de los últimos tiempos», según las palabras de Ángel Calero, director técnico del equipo nacional al que Mintegui dio el salto hace tres años para ser inscrito en el campeonato del mundo júnior. Las escapadas familiares y las carreras con su hermano se habían transformado en el inicio de una trayectoria en la que sueña con «ser campeón del mundo».
Desde esta temporada, el bilbaíno compite al amparo del club vasco Eskiarte, respaldado por Basque Team y con ficha de la Federación Vasca, aunque su rutina la mantiene con la selección española. «Tenemos una base en Italia y de allí nos movemos a los países donde competimos: Suiza, Francia... De furgoneta en furgoneta casi cada semana», explica.
Mintegui compite en el circuito de velocidad, en concreto en las categorías descenso y súper gigante. Pero consciente de la dificultad y salto al vacío que conlleva toda carrera deportiva de alto nivel, también se prepara un futuro académico. Estudia a distancia Administración y Dirección de Empresas en la Universitat Oberta de Catalunya.
Su gran día llegó en Les Portes du Soleil y, como si de una premonición se tratase, toda su familia, incluida también la de su novia, le arropó. «Hasta mi perro ha venido. Que estén todos aquí es muy emocionante. Es muy bonito haberlo logrado justo en este momento».
Solo faltaba alguien muy importante. «Mi hermano me llamó nada más acabar y se puso a llorar, con una alegría tremenda», dice Mintegui. Ibon ha sido el espejo en el que mirarse. «Siempre ha sido un ejemplo. Ha competido toda su vida, también en el CETDI. Y aunque no llegó al Nacional, sí que fue con la Universidad a Rusia y otros países», explica.
No solo echó en falta a su hermano. Desde 2019 Mintegui añora a Iu Vidal, una joven promesa del esquí catalán que murió en 2019, con solo 16 años, a causa de una enfermedad. «No entrenábamos juntos, pero coincidíamos en muchas carreras internacionales. Cuando falleció juré que todo lo que hiciese sería por él. Quiero lograr estar en la Copa del Mundo por los dos. Este subcampeonato se lo dedico a él, es el comienzo de algo muy bonito. Podemos llegar muy lejos», se emociona.
Cuando Mintegui aparca los esquís y los apuntes de la carrera se refugia en su gente... y se entrega de nuevo al deporte. «En verano surfeo con mis amigos, hago mucha bici, pádel... Y me he aficionado a la pesca», cuenta el chaval, que tiene como referentes a los vizcaínos Juan del Campo y Aingeru Garay, presentes en la Copa del Mundo absoluta. «Siempre dicen que ni cuando ganas eres muy bueno ni cuando pierdes eres muy malo, me enseñan y veo cómo luchan». El esquí vasco atraviesa un gran estado de forma. ¿Por qué? «Hemos asomado la cabeza por todo lo alto. Tenemos una actitud muy positiva, siempre queremos ganar».
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