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Una imagen vale más que mil palabras. Novak Djokovic conquistó este domingo el oro en París ante Carlos Alcaraz en una final inolvidable que fue de todo menos un camino de rosas. Un partido en el que ambos tenistas echaron el resto sobre la pista y demostraron por qué son dos de los mejores del mundo en esta disciplina. Prueba del sufrimiento para alzarse con la preciada medalla fue la imagen del deportista serbio abrazado a su hija pequeña en la grada, momento en el ganador de 24 Grand Slams no pudo evitar las lágrimas.
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Djokovic se derrumbó al ver la carita de felicidad de su pequeña Tara. Las cámaras captaron el tierno momento que emocionó a todos los presentes y a los espectadores que siguieron la gran final por televisión. Nada más vencer al tenista murciano, el serbio saltó a la grada para celebrar la gesta junto a su familia.
Allí, totalmente desbordados por la emoción, le esperaban su mujer Jelena y sus dos hijos, Stefan, de 10 años, y Tara, de 7. Todos vivieron con intensidad el duelo. Durante todo el encuentro no dejaron de animar al tenista serbio. La imagen de la pequeña Tara abrazando a su padre, llorando a lágrima viva, ha emocionado en las redes sociales.
«He puesto a mi familia, mi cuerpo, mi vida para ganar este oro. Sobre todo ha sido por Serbia. Representar a mi país, llevar orgulloso la bandera, me motiva más que cualquier otra cosa. Veía a Nadal, a Murray, a Federer, cómo reaccionaban al ganar una medalla para su país y lo veía increíble», afirmó el serbio nada más colgarse el oro olímpico.
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