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Era 31 de julio, «la víspera del gran día», cuando el marchador Álvaro Martín escribió de su puño y letra una postal de agradecimiento a su entrenador, José Antonio Carrillo. Faltaban pocas horas para la prueba de 20 kilómetros marcha en la que se colgaría al cuello la plata. Y días para ese deseado oro en el relevo mixto junto a María Pérez. Martín no sabía lo que se esperaba, pero el sentimiento de gratitud hacia su preparador era inmenso.
«No sé lo que pasará... Que no te quepa duda de que yo lo daré todo: por todos los atletas que llevaste a los JJOO y soñaste con ganar una medalla», prometía en el bonito mensaje enviado que ha publicado el diario deportivo Relevo. Tras escribirla, la mandó con el remite a la casa de su entrenador en Murcia, a donde ha llegado varias semanas después.
«Me siento orgulloso de llamarte 'papá'. Me has dirigido como si fuera tu propio hijo. Que no te quepa la menor duda de que daré todo lo que está en mí. ¡Confía en mí!», aseguraba. Un gesto que ha emocionado a Carrillo. «No puedo ni escribir mis sentimientos al leer esta postal, que acabo de recibir, porque mis lágrimas emborronan las letras», expresaba al medio de Vocento.
«Algunas personas nos conformamos con poco y este gesto de 'mi hijo' Álvaro es otro de los regalos más preciados que guardaré en un lugar preeminente en mi hogar», añade el preparador, que ha recibido este miércoles este bonito regalo desde la Villa Olímpica.
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