Una oportunidad bien aprovechada

Hasta ese momento, Pineda había crecido a base de esfuerzo y trabajo desde que a los 13 años le atrapó el remo. Él había probado con otros deportes como el balonmano, pero cuando vio a su hermano en un entrenamiento no lo dudó. «O te encanta o lo odias, y a mí me enganchó», recuerda Pineda.

Así empezó la trayectoria deportiva de un chaval que tuvo que hacer frente desde que nació a sus problemas por un nacimiento prematuro, con 28 semanas de gestación, y un derrame cerebral posterior. Pineda tiene una diplejía espástica, atrofia muscular en el tren inferior y afectación en la movilidad de las piernas. Los médicos valoraron que el pequeño Jorge Pineda nunca podría caminar, pero no contaban con su voluntad y su tesón.

El getxotarra, ya como un palista reconocido, fue séptimo en el Mundial de Plovdiv (Bulgaria) y en 2019 fue cuarto en el Mundial de Linz (Austria). Pero fue esa decisión de la Federación Española de crear un cuatro con timonel la que ha cambiado el destino de Pineda y le ha llevado a Tokio. Se trata de una embarcación mixta formada por deportistas con discapacidad visual y física. Pineda se ganó su plaza en ese bote y pese a la premura, lograron ser competitivos para ganarse una de las últimas plazas para Tokio. Junto a Verónica Rodríguez, Enrique Fiorano y Pepi Benítez, con Estibaliz Armendáriz de timonel, fueron terceros en la prueba clasificatoria, siendo el primer país europeo por delante de Alemania y Holanda, y el resultado les permitió recibir la invitación de la Federación Internacional.

En los Paralímpicos, Pineda es consciente de que hay tripulaciones que están por encima porque tienen mucha más experiencia, pero a favor del bote español está el margen de progresión que tienen. Mientras, el getxotarra seguirá trabajando para ser un referente a nivel social para todos aquellos chavales que quieren empezar en el remo.